CRISTIANDAD FUTURA.

Santa Bernardita testamento espiritual

Por la miseria de papá y mamá, la ruina del molino, el tablón de la desgracia, el vino del cansancio, las ovejas sarnosas, ¡gracias, Dios mío!

Porque he sido una boca más que alimentar, por los niños, por las ovejas guardadas, gracias.

¡Gracias, Dios mío, por el procurador, el comisario, los gendarmes y las duras palabras del pérroco Peyremale!

Por los días que viniste, Virgen María, y por aquellos en los que te he esperado, no sabré daros gracias más que en el Paraiso.

También por la bofetada de la señora Paihalsson, las risas, los ultrajes por quienes me creyeron loca, por los que me tomaron por mentirosa, por los que pensaron que era codiciosa, ¡gracias, Virgen maría!

Por la ortografía que nunca aprendí, la memoria que nunca tuve, por mi ignorancia y estupidez, gracias.

¡Gracias, gracias! Pues si hubiese habido en la tierra una niña más tonta y estúpida, la habríais escogido a Ella.

Por la madre Josefina, que dijo que yo no era buena para nada, gracias.
Por la maestra de novicias, su voz dura, su severidad, sus burlas y el pan de la humillación, gracias.

Por este cuerpo mísero que me has dado, esta enfermedad de fuego y de humo, mi carne podrida, mis huesos cancerosos, mi fiebre, mis dolores apagados con llanto ¡gracias, Dios mío!

Y por esta alma que me has dado, por el desierto de la sequedad interior, por la noche y por tu luz, por tus silencios y tus rayos, por todo, por el tiempo en que has estado ausente y por el que has estado presente, gracias Jesús.