Crónica
La negociación de Zapatero
con la ETA de 2005 a 2007
El Gobierno del PSOE propuso a la ETA en 2007 que a Navarra había que seducirla para su entrega
Zapatero reconoce que mantuvo
contactos con ETA tras el atentado de la T4 por el deseo de
instancias internacionales y que se permitió hablar a ETA de
Navarra
Tony Blair fue mediador entre Zapatero y la ETA según Jáuregui
DIARIO DE NAVARRA. Domingo, 13.01.2008. AGENCIAS. Madrid
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha explicado que el Ejecutivo continuó los contactos con la banda terrorista ETA después del atentado de la T-4 de Barajas por el "deseo de instancias internacionales" que esperaban que "pudiera verse la luz al final del túnel".
En una larga entrevista concedida al diario 'El Mundo' y recogida por Efe, Zapatero ha insistido en que decidió emprender el diálogo con la banda terrorista porque creía que existía "un terreno para poder llegar al final dialogado de la violencia", aunque ha señalado que era consciente del "riesgo político que asumía".
El jefe del Ejecutivo reprocha al líder del PP, Mariano Rajoy, la falta del apoyo de su partido en la lucha antiterrorista. "Tengo la convicción absoluta, al cien por cien, de que Rajoy no ha querido apoyarme", sentenció.
En alusión al proceso seguido con ETA tras el atentado de la T-4, en el que murieron dos personas, Zapatero ha subrayado que los contactos continuaron debido al "deseo de instancias internacionales" que "tenían toda la buena voluntad de que pudiera verse la luz al final del túnel, de que aquello no fuera el fin". [Tony Blair fue mediador entre Zapatero y la ETA según Jáuregui].
Sin embargo, ha reconocido que los contactos continuaron "con una situación ya muy deteriorada" en la que "había ya muy pocas posibilidades".
"Mi principio ético era el de agotar hasta el último suspiro para evitar que hubiera más víctimas", declaró Zapatero, quien añadió que ésa "es la parte más difícil de ser presidente de una democracia con un grupo terrorista enfrente".
Sobre el contenido de las conversaciones con ETA, Zapatero ha asegurado que el Gobierno "mantuvo siempre unos principios clarísimos de que las reglas eran la democracia y la Constitución".
Preguntado sobre por qué "permitió" que en las reuniones con ETA se hablara sobre el futuro de Navarra o sobre la autodeterminación, el presidente del Gobierno ha señalado que "ETA puede hablar de lo que quiera", pero ha matizado que no se cedió nada en política.
"Yo busqué la paz con ETA pero a la vez preparaba la confrontación", apostilló.
En la entrevista, de la que hoy se publica una primera entrega de seis páginas y que refleja ocho horas de "debate", Zapatero se ha referido a la Iglesia católica, a la que ha recordado que "quien hace las leyes es la mayoría democrática de la sociedad civil".
También fue preguntado por asuntos como el concepto de Nación, el derecho a la lengua, el Estatuto catalán, el incumplimiento de la Ley de banderas o la sentencia el 11-M.
Zapatero confesó, asimismo, que está bautizado, es miope, no se siente odiado por la ciudadanía, que es muy feliz con sus hijas, a las que nunca ha dado "un cachete", y con su mujer, Sonsoles, a la que considera "la mujer más atractiva e interesante".
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Zapatero admite por primera vez que autorizó contactos con ETA tras la bomba de la T-4
LIBERTAD DIGITAL. Domingo,13 de enero de 2008
José Luis Rodríguez Zapatero ha reconocido, pese a que anunció la "suspensión" del diálogo y tras meses de desmentidos por parte del Gobierno, que continuó negociando con ETA tras el atentado de Barajas. En una larga entrevista con Pedro J. Ramírez, Zapatero dice que los contactos siguieron por el "deseo de instancias internacionales". "Matar habían matado siempre ", responde cuando el director de El Mundo le reprocha que negociara pese a las dos víctimas que causó la bomba.
El Mundo publica este domingo,13 de enero de 2008, la primera parte de la larga entrevista que le hace Pedro J. Ramírez a José Luis Rodríguez Zapatero con el fin de hacer balance de la legislatura. De entre todos los temas que tocan, destaca uno, la negociación con ETA, apuesta del presidente para esta legislatura y de la que ahora el Gobierno procura no hablar mientras presume de firmeza. En las primeras preguntas referidas a este asunto, Zapatero comienza afirmando que "ha sido consciente del riesgo político" que asumía al emprender la negociación, cuyo inicio estaba supeditado a que existiera, según le recuerda Pedro J., "una alta probabilidad de que ETA dejara las armas". El presidente declaró después, continúa recordando el director de El Mundo, que había que "intentarlo" si había una "mínima posibilidad".
"Alta probabilidad mínima probabilidad. Había una probabilidad", se limita a contestar Zapatero. "Yo creí que existía un terreno para poder llegar al final dialogado de la violencia", apunta después. "¿Quién es consciente de qué posibilidades pueden darse en la última fase de una negociación para llegar a un acuerdo?", se pregunta en un intento de justificar el fracaso de un proceso del que, dice, "toda la responsabilidad fue suya".
Pedro J. le pregunta después por su clamoroso fallo de pronóstico un día antes de la bomba de la T-4. Zapatero explica, para disculparse, que "nuestro diálogo democrático, de personas civilizadas", tiene "un registro que no tiene nada que ver con el de quienes usan la violencia". "Lo suyo es mantener la acción por la acción", lamenta Zapatero en alusión a los terroristas.
El presidente no habla de datos equivocados para justificar su error, sino de creencias e intuiciones. "Resultaba inconcebible para cualquier demócrata, para cualquiera con sentido común", apunta después, "que en un proceso abierto en el que el diálogo se mantenía, hicieran una barbaridad como la de la T-4 como elemento de presión". Tras calificar el atentado como "atrocidad", insiste en que "aun sabiendo que tienes enfrente a un grupo terrorista, no era pensable que pudieran cometer una acción como ésa".
Los "principios éticos" de Zapatero
Los contactos tras el atentado, que han revelado tanto el proetarra Gara como las principales cabeceras nacionales, incluido El País, son el siguiente asunto tratado en la entrevista. Sorprendentemente, al presidente no le cuesta reconocer, a preguntas del director de El Mundo, que sí existieron, obviando así los sistemáticos desmentidos del Gobierno y también de su propia declaración tras la T-4. Zapatero declaró en su momento que la negociación estaba "suspendida". Rubalcaba matizó días después sus palabras asegurando que estaba "rota". Los contactos "continuaron con una situación ya muy deteriorada, muy deteriorada. Y fue debido al deseo de instancias internacionales", dice Zapatero. "Al ver que tenían toda la buena voluntad de que pudiera verse la luz al final del túnel, de que aquello no fuera el fin Pero la verdad es que había ya muy pocas posibilidades", prosigue el presidente.
Pedro J., en el que quizás sea el momento más revelador de la entrevista, le pregunta entonces si no sintió "escrúpulos morales" al autorizar la negociación con "quienes acababan de matar". Así responde el presidente: "Matar habían matado siempre ". "Mi principio ético era agotar hasta el último suspiro para evitar que hubiera más víctimas", añade.
Zapatero evita mencionar la palabra "error" pese a la insistencia del periodista. "¿En definitiva qué pasó? Que me entregué a una causa noble, desde principios nobles. Que pedí ayuda y no la tuve", es lo único que concede, incluyendo en su respuesta una alusión al PP. En la entrevista, el presidente habla también de otras reuniones con ETA no reconocidas por el Gobierno, las que mantuvieron el PSE y Batasuna años antes de que Zapatero llegara al poder.
El presidente admite también en este punto su implicación en este punto de la negociación. Dice que permitió la celebración de estas reuniones con un partido ilegalizado "porque fue un encuentro, un simple encuentro". "No se puede considerar diálogo político", continúa, sin aludir tampoco lo hace el director de El Mundo al Pacto Antiterrorista que firmaba con Aznar a la vez que se producían las reuniones.
"Todo el mundo sabe que fue un encuentro y usted sabe que hubo contactos de distintas personas que querían contribuir a la paz", insiste el presidente, que aprovecha después para hablar del PP y reprocharle su postura en estos años pese a que revelaciones como ésta implican que el Pacto Antiterrorista nació roto. "Se puede buscar cualquier excusa", apunta, "pero tengo la convicción absoluta de que Rajoy no ha querido apoyarme en la política antiterrorista". "Porque no la compartía, por lo que fuera Rajoy no ha querido apoyarme", se lamenta.
ETA, interlocutor político
Las confesiones de Zapatero en El Mundo incluyen también el reconocimiento de que en los encuentros con ETA, como él los define, se habló de política. El presidente lo explica diciendo que "ETA puede hablar de lo que quiera". "¿De qué se había hablado en Argel y en Zurich?¿De la liga de fútbol?", ironiza Zapatero, a quien le parece "normal" que en las conversaciones se incluyeran estos asuntos. "Sinceridad radical. Nosotros tuvimos un número elevado de reuniones que nunca he negado", indica, antes de decir que buscó "la paz con ETA pero a la vez preparaba la confrontación". Una particular fórmula que resume, según el presidente, en qué ha consistido su proceso.
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Tony Blair fue mediador entre Zapatero y la ETA según Jáuregui
Libertad Digital (Europa Press) . Lunes, 7.04.2008
A pesar de que el principal protagonista de la negociación con ETA, Jesús Eguiguren, haya admitido que el PSE negoció políticamente con Batasuna-ETA y que el Gobierno "llegó al borde del precipicio para intentar salvar el proceso" tras el atentado de la T-4 del 30.12.2006, este lunes Ramón Jáuregui dice que no hubo "negociación ninguna" entre el Gobierno y los terroristas después de la bomba de Barajas, y que "ninguna conversación se salió de lo que es nuestro marco legal". El secretario general del PSOE en el Congreso dijo desconocer la información de El Mundo, pero no la ha negado, simplemente ha dudado de que "eso pudiera producirse después de la T-4".
El secretario general del Grupo parlamentario del PSOE, Ramón Jáuregui, ha dicho que después del atentado de ETA contra la T-4 no hubo "negociación ninguna" entre el Gobierno y la banda terrorista y, por lo tanto, señaló que no cree que el Ejecutivo presentara ninguna oferta a ETA después del atentado.
Jáuregui dijo desconocer la información que publica este lunes, 7.04.2008, El Mundo, según la cuál el Gobierno ofreció a la banda crear un órgano institucional común para el País Vasco y Navarra pero, en cualquier caso, dudó de que "eso pudiera producirse después de la T-4".
Así, se mostró partidario de no especular sobre el asunto, aunque estuvo de acuerdo en que un órgano común para las dos comunidades no sería bien acogido por los navarros. "En Navarra, la voluntad de la ciudadanía es la de conformar una autonomía foral, una Comunidad Autónoma propia y eso lo recoge el 85% o más de la ciudadanía navarra", dijo.
En declaraciones a Onda Cero recogidas por Europa Press, Jáuregui defendió que todas las conversaciones del Gobierno con ETA se mantuvieron en el marco legal. "Conviene que la ciudadanía tenga claro que ninguna conversación, que pudiera mantenerse durante el proceso, se salió de lo que es nuestro marco legal", sostuvo.
Sobre el contacto entre representantes del Ejecutivo y ETA después del atentado de Barajas del 30.12.2006, el dirigente socialista estimó que "no hubo diálogo de negociación ninguno", sino que "simplemente" se trató de una reunión a propuesta de los líderes británicos, "fundamentalmente -agregó- de Tony Blair", para constatar "si efectivamente se había roto" el proceso. Además, se refirió al consenso en la lucha contra el terrorismo. En este sentido, indicó que el presidente del Gobierno "pretende buscar y reclamar el consenso" de todas las fuerzas políticas para que el terrorismo sea tratado como "lo que es, una materia suprapartidista, de Estado", agregó.
Acuerdo antiterrorista
Preguntado sobre la razón por la que el posible pacto no estuviera formalizado por escrito, como se ha publicado, Jáuregui replicó que desconoce la existencia o no de esa predisposición, y subrayó que, de todas formas, "lo que importa es que haya un consenso". "Cómo se materialice me parece secundario", señaló. Por ello, abogó por establecer unas "bases comunes" y por "encontrar un diagnóstico común" con todos los partidos, "incluidos -dijo- los del ámbito vasco", para que la política antiterrorista se desarrolle "sin discrepancias" y "no sea objeto de debate interpartidario". "Puede ser que haya un acuerdo o que se establezcan reglas de funcionamiento, que todos los partidos cumplamos, aunque no estén escritas", planteó.
En referencia a la cuestión económica, hizo hincapié en la necesidad de "afrontar las circunstancias de la desaceleración" y consideró que esta materia se convertirá en "uno de los elementos fundamentales" del discurso de investidura de José Luis Rodríguez Zapatero.
"Creo que las previsiones de crecimiento para 2008 se han ido reduciendo progresivamente, porque los síntomas de la desconfianza en la política crediticia de las entidades financieras está resultando muy afectada, y el Gobierno necesita trasladar en el comienzo de su nueva andadura una serie de medidas para combatir esa desaceleración", concluyó.