Villas romanas y ritos paganos en Navarra
DN AINHOA PIUDO PAMPLONA 21/09/2011
En el siglo I d.C, algunos contingentes de itálicos se establecieron en lo que hoy conocemos como Navarra. "Posiblemente eran veteranos de las últimas guerras de pacificación de Augusto, a los que se les adjudicaban tierras para ser explotadas", explicó ayer María Ángeles Mezquíriz, directoria honoraria del Museo de Navarra. "Al contrario que la guerra, el comercio, la usura o los cargos públicos, la explotación agraria sí era considerada como un modo de enriquecimiento honesto", dijo Mezquíriz, que ofreció la tercera ponencia en el ciclo de Las Maravillas de Navarra, en el que también intervinieron María J. Peréx Agorreta y Mercedes Unzu.
En la primera época imperial, un administrador se quedaba al cargo de cada villa o villae, y el dueño sólo residía allá de modo temporal. "Esto cambió en el Bajo Imperio", apuntó Mezquíriz. "La pérdida de poder de las élites urbanas les llevó a convertir sus mansiones en el campo en símbolos de riqueza y ostentación", dijo.
Mezquíriz señaló que en Navarra han sido "muy numerosos" los hallazgos de villas romanas, y eligió la de las Musas de Arellano como mejor ejemplo. En su opinión, esta denominación no es la más lógica. "A la vista de la completa investigación del yacimiento, lo que le da una especial singularidad es el culto a Cibeles. Debería ser esta diosa la nombrada si se tiene preferencia por un nombre de la mitología greco-romana", apuntó.
Lares en la bodega
El comienzo de la uilla de Arellano puede fecharse en la primera mitad del siglo I.d.C. Es un establecimiento dedicado a la agricultura, y en sus proximidades se han encontrado restos de un granero y un hórreo. También se han encontrado estancias relacionadas con la elaboración de vino, entre las que destaca una bodega o cella uinaria. "Tiene unas dimensiones extraordinarias (28'5 x 7'10m) y lo más singular es que dentro de ella se instaló un larario, es decir, un altar dedicado a los dioses protectores de la familia (lares)", ahondó ayer la arqueóloga.
Las excavaciones han demostrado que, a finales del siglo III.d.C, un gran incendio arrasó con todas las edificaciones. "Probablemente a causa de las primeras invasiones bárbaras", indicó Mezquíriz. Las instalaciones quedaron fuera de uso y, durante unos años, el lugar quedó abandonado. ¿Cómo puede saberse esto? Por las monedas. "Existe un vacío entre las emitidas en el 271 d.C y las del 310 d.C.", añadió.
En cualquier caso, la segunda fase de construcción se hace sobre los restos de la anterior, en el siglo IV d.C. "Mantuvo su carácter de explotación agrícola, pero fue entonces cuando pasó a ser un centro religioso del culto a Cibeles y Attis, como muestran los mosaicos hallados", dijo Mezquíriz. "Podemos asegurar que es la primera vez que se encuentra la representación de este mito en un mosaico romano en todo el conjunto de países mediterráneos", enfatizó.
DICCIONARIO "ROMANO"
La parte edificada de la villa se llamaba uilla; el conjunto de la explotación, fundus, dentro del que se distinguen el ager para los terrenos de cultivo, el saltus para la vida pastoril, y la silua, donde se practicaba la caza y se extraía la madera.
En el proceso de elaboración del vino, el torcularium era lugar de pisado y prensado de uva; los lagares eran los lacus vinarius. En el cortinale se cocía, salaba y perfumaba el mosto; y en el fumarium, se envejecía artificialmente el vino, que se conservaba en la cella uinaria.
La villa de las Musas de Arellano formará parte de la red Villas romanas de Hispania