El 15 de octubre se celebró en el Vaticano el
encuentro "Nuevos evangelizadores para la nueva
evangelización", donde la fundadora de la congregación de
vida contemplativa Iesu Communio, Sor Verónica Berzosa, quien
emocionada por ver al Papa Benedicto XVI lo abrazó en
lugar de besarle el anillo, tal y como lo señala las normas de
protocolo.
En declaraciones a ACI Prensa, la Hermana Verónica, explicó que
su gesto se debió a que sintió
"mucha emoción, porque es mi Padre".
La hermana Verónica es la Superiora General de Iesu Communio, la
nueva comunidad de clausura que surgió de las clarisas de Lerma
en España y que sorprendió al mundo con una explosión de
vocaciones.
La Superiora llegó al encuentro acompañada por tres hermanas de
su instituto, Sor Paloma, Sor Blanca y Sor Beatriz.
Siguiendo el lema del encuentro, "La palabra de Dios crece y
se difunde", Sor Verónica expuso sus reflexiones sobre
"La espiritualidad y la vida interna", y más tarde
explicó a ACI Prensa, que el significado de la nueva
evangelización es "vivir el cristianismo en el gozo".
En el encuentro también participaron el Presidente del Pontificio
Consejo para la Nueva Evangelización, Mons. Rino Fisichella; el
escritor y periodista católico Vittorio Messori; el físico y
astrónomo Marco Bersanelli; el Obispo Castrense de Colombia,
Mons. Fabio Suescun Mutis, quien habló sobre la historia de la
evangelización en Latinoamérica; y Jesús Colina, el presidente
de Aleteia.org, el nuevo portal sobre cuestiones católicas de
internet.
Además, el tenor italiano Andrea Bocelli -quien se declaró
católico de toda la vida-, interpretó un amplio repertorio de
canciones entre las que deslumbró el Ave María.
Al acto asistieron unos ocho mil participantes, entre miembros de
unas 30 conferencias episcopales, religiosos y seglares de
Europa, Estados Unidos y Canadá.
El Papa Benedicto XVI dirigió su Bendición Apostólica sobre
todos los participantes y recordó que "ser nueva
evangelización no es un privilegio, sino un compromiso que
proviene de la fe. A la pregunta que el Señor hace a los
cristianos: ¿a quién enviaré y quién irá por
mí?, responded con la misma confianza en el
Profeta y el mismo coraje: Aquí estoy Señor,
envíame a mí.
"Os pido que os dejéis moldear por la gracia de Dios y
corresponder dócilmente la acción del Espíritu del Resucitado.
Sois signos de esperanza, capaces de mirar al futuro con la
certeza que proviene del Señor Jesús, quien venció la muerte y
nos dio la vida eterna".
"Comunicad a todos la alegría de la fe con el entusiasmo
que proviene del ser movidos por el Espíritu Santo, porque Él
hace nuevas todas las cosas, confiando en la promesa hecha por
Jesús a la Iglesia: Sabed que yo estoy con vosotros todos
los días, hasta el fin del mundo", concluyó.