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La conversión de Etsuro Sotoo gracias al arte de Gaudí
RomeReports/ReL 21.01.2012
Etsuro Sotoo era profesor de
Arte de la Universidad de Kioto, en Japón, cuando decidió
viajar por Europa. En 1978 llegó a Barcelona y se quedó
impresionado ante la Sagrada Familia. Tanto que abandonó todos
sus proyectos para trabajar como escultor en la obra de Antonio
Gaudí (1852-1926). Desde entonces, se empeñó en
conocer más de cerca al arquitecto catalán.
Yo conozco todas las obras, todas las palabras, todas las
maquetas que he tocado, pero un paso más no puedo. No puedo
tocar a Gaudí. Decidí no mirar a Gaudí. ¿Dónde miro?
Intentaba mirar donde miraba Gaudí. Yo soy escultor,
intenté hacer lo que quería hacer Gaudí. Éste es el momento
magnífico y el milagro.
Etsuro procedía de una tradición cultural y religiosa muy
diferente a la europea y le costaba conectar con el proyecto de
un modo fiel al espíritu de Gaudí. Cuando conoció la
verdadera intención del autor de la Sagrada Familia
entendió su trabajo. Y cambió su vida: "Invito a todo el
mundo que quiera conocer a Gaudí a que no se equivoque de puerta.
Si verdaderamente quiere conocer a Gaudí, toque la
puerta espiritual y la fe de Gaudí.
Eturo Sotoo dice que su compromiso con la arquitectura fue el
primer paso para que Gaudí le ayudase a replantearse sus valores.
Tiempo después llegó su conversión al catolicismo:
¿Para qué construimos el templo de la Sagrada Familia?
Una pregunta sencilla: ¿para qué construimos? No buscamos la
belleza orgullosa del hombre. No. El templo de la Sagrada Familia
es una herramienta para construirnos a nosotros.
Gaudí dejó medio acabado el templo; el templo de la Sagrada
Familia construyó perfectamente a Gaudí.
Etsuro Sotoo sigue actualmente trabajando en las principales
esculturas de la Sagrada Familia. Un trabajo y un
encuentro que le han cambiado la vida.
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Etsuro Sotoo es el escultor jefe de la Sagrada Familia y dice que en el mundo no hay nada terminado
Aún quedaban 10 torres por construir en 2010 de las 18 proyectadas
Gaudí decía que «cuanto más tiempo, mejor» y que todo lo que es belleza o arte es un esplendor de la luz de la verdad
Nicolás de Cárdenas/ReL 14 de marzo de 2010
La profundidad de Etsuro Sotoo, escultor jefe de la Sagrada Familia, es abrumadora. Sus reflexiones son serenas y con idéntica serenidad espera poder, simplemente, mirar a los ojos a Benedicto XVI cuando visite Barcelona. Opina que España debe estar tranquila «porque tiene una madre fuerte que es la fe», pero advierte: es nuestro trabajo tratarla bien y cuidarla.
El escultor jefe de la Sagrada Familia, Etsuro
Sotoo, estuvo el 13 de marzo de 2010 en Madrid para participar en
un congreso internacional de la Asociación Española de
Personalismo bajo el título «¿Quién es Dios? La
percepción contemporánea de la Religión», que se ha celebrado
en la Universidad CEU San Pablo de Madrid. En concreto,
Sotoo compartió mesa redonda sobre la representación de la
trascendencia con el director del Departamento de
Cine de la Conferencia Episcopal, Juan Orellana, y el director
del Teatro de Cámara Chéjov, Ángel Gutiérrez.
El maestro escultor japonés, pese a vivir en España desde hace
más de 30 años, sigue manteniendo, para el profano, ese halo de
misterio que lo oriental tiene para el occidental. Incluso,
utiliza expresiones un tanto crípticas a veces, al más puro
estilo haiku.
Sin embargo, tiene las ideas muy claras.
- ¿Cómo ha recibido el anuncio de la visita del Santo
Padre a Barcelona? - No sólo es significante, sino que
cambia el mundo para el templo de la Sagrada Familia, porque,
hasta ahora, simplemente está en construcción, salvo la
pequeña parte que se usa como parroquia. Con la visita del Papa
se produce una revolución para la Sagrada Familia, porque se
reconocerá universalmente como templo. Ya son 128 años
construyéndola y la gente es consciente, pero, a veces, los
trabajadores olvidan que estamos construyendo un templo, no un
garaje, un rascacielos o unas oficinas. Esta ha sido mi lucha los
últimos años: que todo el mundo sepa que es un templo.
- Probablemente tenga ocasión de saludar al Santo Padre. ¿Qué le gustaría decirle bajo las torres de la Sagrada Familia? - Espero tener esa ocasión. Este Papa es muy inteligente y con la mirada ve la verdad de la gente. No creo que tenga ocasión de hablar, pero me gustaría mirarle a los ojos y, aunque no pronuncie palabra, transmitirle mi pensamiento.
- Volviendo a la construcción del templo. Decía que ha intentado transmitir a los trabajadores el espíritu de Antonio Gaudí - Eso es. Normalmente, debajo de una farola está muy oscuro, pero ilumina kilómetros más allá. La construcción no es fácil y la realidad es cruel. Normalmente no hay mucho espacio para hablar de la espiritualidad de Gaudí, porque nos centramos en encontrar soluciones a los problemas del día a día. La visita del Papa me produce una alegría enorme, porque así el deseo de Gaudí se hace firme y ahora tenemos una piedra enorme para seguir construyendo.
- ¿Se refiere a construir un templo espiritual más allá de las piedras que forman la Sagrada Familia? - Sí. Hoy en día, la mayor dificultad que vivimos es construir la sociedad para lograr la felicidad de cada uno. Pero en esta sociedad muy poca gente es consciente de que se está construyendo y lo necesitamos. Porque la verdadera educación no sólo puede darse en la Universidad o en casa, sino también en otras partes de la sociedad. La verdadera educación que damos a los jóvenes -y a nosotros incluso-, está en la sociedad. Pero, ¿quién cuida de la sociedad? ¿Quién construye la sociedad? Hoy lo importante no es sólo enseñar a sobrevivir, sino a convivir. Y esta sociedad actual está concentrada en sobrevivir y eso es muy pobre.
- ¿Cómo se logra que la materia que se ha usado para construir el edificio tenga una trascendencia espiritual? - Es un trabajo del día a día en el que, sobre todo los escultores, deben darse cuenta de que es una ocasión que se nos ha dado -sobre todo gracias a Gaudí- para poder expresar la espiritualidad de este sitio. Si despreciamos esta ocasión, despreciamos todo. Es muy difícil que tengamos ocasión de crear cosas nuevas, sólo sabemos aprovechar, comer y gastar. Es una gran oportunidad, como un gran lienzo en blanco para un pintor. Esto es la Sagrada Familia. No debemos despreciarlo.
- Aún quedan 10 torres por construir de las 18 proyectadas. ¿Qué diría Gaudí de verla terminada? - Gaudí decía respecto a la construcción de este templo, que «cuanto más tiempo, mejor». ¿Por qué? Porque nuestra inteligencia está muy limitada y sólo entrando en la Iglesia descubrimos muy pocas cosas. Trabajando y construyendo, podemos descubrir muchísimas más, aprendemos mucho más. Pero con una condición: siempre sin olvidarse del amor. Nosotros no podemos crear nada, solamente encontrar en la naturaleza. Primero amor y después técnica. A veces caemos en poner la técnica por delante del amor. En la puerta de mi taller lo tengo escrito. Espero que toda la gente, incluidos los trabajadores y dirigentes de la Sagrada Familia, recuerde que esto es una casa de amor y que estamos construyendo un gran símbolo de amor.
- ¿Le molesta que pueda convertirse la Sagrada Familia en un monumento más de un arquitecto genial y que la gente sólo se fije en las maravillosas formas modernistas y que no vaya a visitar el sagrario acogido entre sus muros? - Esto es lo que me ha traído a hablar en Madrid. Para la mayoría, el arte es una inversión, algo no necesario, pero que, si se tiene dinero, se puede comprar. No es así. Vengo a hablar del arte. El arte es fe y es difícil de explicar para un no creyente. Sin fe no hay arte. Como dice Gaudí, todo lo que es belleza o arte es un esplendor de la luz de la verdad. El arte sin amor no existe. Ahora parece que está separado de la búsqueda de la verdad, pero nunca lo está.
- Es lo que se refleja en la carta de Juan Pablo II a los artistas, en la que se habla del auténtico arte como un reflejo de la eternidad de Dios - Efectivamente. Sin fe no puede existir el arte.
- En España, quienes se proclaman representantes del mundo del arte y la cultura, también se presentan como lejanos a la fe. ¿Qué propuesta haría para que se comprendiera que esto no es necesariamente así, que el arte no tiene por qué estar alejado de Dios? - Tengo ojos de extranjero y veo las cosas de forma diferente. Normalmente las cosas curiosas se descubren a través de los ojos de un extranjero. Por eso digo sin miedo que aquí se nota que hay quien se ha ido muy lejos. Sin embargo, tranquilizaría a los españoles. Pueden ir lejos porque España tiene una madre fuerte. Por eso pueden ir muy lejos. Porque quien no tiene madre no puede ir lejos. Esa madre es la fe. Pero hay que estar tranquilos, mientras esté esta madre.
- Entonces, en este campo, hay mucho hijo pródigo en España - Sí. Pero son pocos y pequeños. Por eso digo que hay que estar tranquilos. Lo que hay que hacer es cuidar de vuestra madre, que es también la mía. Hay que tratarla bien, hay que cuidarla bien. Ese es nuestro trabajo.
- Lleva más de 30 años en Barcelona, ¿cree que logrará terminar la Sagrada Familia? - Eso de terminar Nosotros automáticamente usamos la palabra terminar, pero en el mundo no hay nada terminado. El mundo sigue. Sólo somos humanos que nos obligamos a pensar que las cosas tienen que terminar. Pero esa es sólo una cuestión de la economía. Si no está terminada, no se puede vender. Pero, en el mundo, nada está terminado.
Etsuro Sotoo es el escultor jefe de la Sagrada
Familia y dice que en el mundo no hay nada terminado Aún quedan
10 torres por construir de las 18 proyectadas
Gaudí decía que «cuanto más tiempo,
mejor» y que todo lo que es belleza o arte es un esplendor de la
luz de la verdad