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Mons. Juan Antonio Reig Pla,
Obispo de Alcalá de Henares, Nota del 24 de septiembre de 2014
sobre el aborto
Por un plato de lentejas. La peor de las corrupciones, Pastoral de Mons. Juan Antonio Reig Pla Obispo de Alcalá de Henares, 26 de diciembre de 2014
Por un plato de
lentejas. La peor de las
corrupciones, Pastoral de Mons. Juan Antonio Reig Pla
Obispo de Alcalá de Henares, 26 de
diciembre de 2014 La retirada de la reforma de la ley del aborto por Rajoy ha sido para conseguir un puesto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas entre otras imposiciones del imperialismo transnacional del dinero, como La promoción de nuevas leyes que
sitúan fuera de la ley a quienes, como
la Iglesia, afirmen que la particular inclinación de la
persona con atracción sexual hacia el mismo sexo, «debe
ser considerada como objetivamente desordenada» (Congregación para la Doctrina
de la Fe, Carta sobre la atención pastoral a
las personas homosexuales, n. 3) o que «los actos homosexuales son
intrínsecamente desordenados» (Catecismo de la Iglesia
Católica, n. 2357). España, como buena parte del mundo, ya no es más que una colonia, al servicio del Nuevo Orden Mundial, nos hemos convertido en siervos de las instituciones internacionales para la promoción de la llamada gobernanza global (Nuevo Orden Mundial) al servicio del imperialismo transnacional del dinero «Si matar a un inocente no-nacido se reconoce por la leyes como un derecho, toda corrupción o iniquidad es posible, tanto en el ámbito público como en el privado. Pero atención, para poder matar a un hermano antes hay que matar a Dios (al Padre), o venderlo. «La muerte de Dios en el corazón y en la vida de los hombres es la muerte del hombre» (San Juan Pablo II, 11-5-1980): la peor de las corrupciones «La miseria más peligrosa, causa de todas las demás: (es) la lejanía de Dios, la presunción de poder prescindir de Él» (Papa Francisco, 20-12-2014). Decía el beato Pablo VI: la política es una forma alta de caridad; de ahí la pertinencia de recordar el antiguo adagio: Corruptio optimi, pessima (la corrupción de lo mejor es la peor) El imperio no cede jamás.
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Por un plato de lentejas. La peor de las corrupciones, Pastoral de Mons. Juan Antonio Reig Pla Obispo de Alcalá de Henares, 26 de diciembre de 2014
http://www.religionenlibertad.com/reig-pla-revela-que-rajoy-acepto-el-aborto-a-cambio-de-39558.htm
Recientemente el Presidente del Gobierno de España y del Partido Popular anunció la retirada de la reforma de la ley del aborto que pretendía limitar cuantitativamente la sangría horrenda de los «los niños asesinados antes de nacer» (Papa Francisco, 25-11-2014), ciertamente un crimen abominable (Cf. Concilio Vaticano II, Gaudium et spes, 51), un continuo holocausto de vidas humanas inocentes (San Juan Pablo II, 29-12-1997). Sobre todo ello ya me pronuncié en una nota el pasado 24 de septiembre: «Llamar a las cosas por su nombre. Un verdadero reto para los católicos». Pero ¿cuáles son los verdaderos motivos de esta retirada?
El plato de lentejas: ahora un puesto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, pero también el acceso a otras cuotas de poder y a la financiación
Para entender bien la decisión del Presidente del Gobierno no es suficiente recurrir a análisis electoralistas. Con todo respeto a su persona, hay que decir que una decisión tan grave responde a otras exigencias como nos muestra el documento «Prioridades de España en Naciones Unidas. 69º Periodo de Sesiones de la Asamblea Plenaria»; documento que se puede encontrar en la página web del Ministerio de Asuntos Exteriores. Dichas prioridades forman parte de lo que el Gobierno de España estaba dispuesto a hacer (ya lo venía haciendo en perfecta continuidad con las legislaturas que le precedieron) para conseguir un puesto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. El puesto ha sido conseguido, ahora ya sabemos por qué han hecho lo que han venido haciendo y qué van a seguir haciendo con toda diligencia, tanto a nivel nacional como autonómico. Entre otras prioridades dignas de mención, quiero destacar dos de las indicadas en dicho documento:
a) «Continuaremos impulsando el pleno disfrute y ejercicio de derechos por parte de niñas y mujeres en condiciones de igualdad y no discriminación por razón de género, incluidos los derechos de salud sexual y reproductiva ( )».
b) «Continuaremos promoviendo el pleno disfrute y ejercicio de derechos por parte de personas gays, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales (LGBTI) y la eliminación de todas las formas de discriminación ( )».
Desenmascarando eufemismos
Poniendo siempre por delante el amor, el respeto y el aprecio a
todas las personas, sea cual sea su condición, es necesario
desenmascarar las ideologías que engañan manipulando el
lenguaje.
a) Naturalmente, condenamos, con toda firmeza, cualquier tipo de violencia contra niñas y mujeres y toda discriminación injusta, pero ¿qué significa en realidad pleno disfrute y ejercicio de derechos por parte de niñas y mujeres y en particular los derechos de salud sexual y reproductiva? La respuesta es: promoción de la anticoncepción desde niñas; esterilización; aborto libre, químico y quirúrgico, (en España ya son millones los niños abortados); manipulación de embriones y reproducción asistida (verdadero «pecado contra el Creador», Papa Francisco, 15-11-2014); promoción de la masturbación, con programas ya desde 0 a 4 años; esterilización, con autorización judicial, de personas con discapacidad psíquica; sustraer a los padres de las menores la patria potestad en todo lo que se refiere a la sexualidad de sus hijas; educación sexual obligatoria (teoría y práctica) de menores, por parte del Estado y según la perspectiva de la ideología de género, incluso contra la voluntad expresa de los padres; disminuir la edad legal de consentimiento para tener relaciones sexuales (en España la edad legal de consentimiento está ya en los 13 años); apertura a la sexualidad intergeneracional; etc. Buena parte de todo esto puede encontrarse en los «Estándares de Educación Sexual para Europa» preparados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el asesoramiento de International Planned Parenthood Federation IPPF (Federación Internacional de Planificación Familiar) y de World Association for Sexual Health WAS (Asociación Mundial para la Salud Sexual), así como en publicaciones vinculadas a los lobbys
A todas estas imposiciones del imperialismo transnacional del dinero bajo apariencia de organismos internacionales (públicos y privados) hay que añadir ahora, al menos, dos más:
1) El Gobierno de España ha anunciado que va a reconocer el derecho de inscripción en el Registro Civil de los hijos de españoles nacidos mediante gestación subrogada (vientres de alquiler) en el extranjero. Esto no es más que dar amparo legal a la trata de mujeres extranjeras empobrecidas, con las que se comercia como si fueran ganado, incluso estabulándolas, durante el embarazo, en granjas al efecto. Seamos claros, esta abominable práctica no es más que una nueva forma de esclavitud.
2) Parece que el Gobierno de España quiere cambiar la ley para exigir el consentimiento paterno a las menores que deseen abortar. Que el Estado respete la patria potestad de los padres respecto de sus hijos siempre es un bien; dicho lo cual, con consentimiento paterno o sin él, el aborto es siempre un crimen abominable, que además destroza a la madre y a todos los que participan. Ahora bien, el imperio no cede jamás: siguiendo los criterios de los «Estándares de Educación Sexual para Europa», expertas de Naciones Unidas contra la discriminación de la mujer se han desplazado a España durante diez días para recomendar expresamente al Gobierno español que las menores de 16 y 17 años puedan seguir abortando sin consentimiento de los padres: más presiones, no van a permitir ni un minúsculo paso atrás. España, como buena parte del mundo, ya no es más que una colonia, al servicio del Nuevo Orden Mundial, donde se esclaviza a jóvenes y mujeres, mientras permanecemos aflojados y drogados con mucho circo y cada vez menos pan.
b) También aquí, condenamos, con toda
contundencia, cualquier tipo de violencia contra las personas y
toda discriminación injusta; con toda la Iglesia queremos
continuar prestando ayuda a todos, con verdaderas entrañas de
misericordia, sin juzgar a las personas (Papa Francisco, 28-7-2013).
Pero ¿qué significa en realidad pleno disfrute y
ejercicio de derechos por parte de personas gays, lesbianas,
bisexuales, transexuales e intersexuales (LGBTI) y la
eliminación de todas las formas de discriminación?
La respuesta es: promoción universal de la
llamada ideología de género y de las
teorías queer, así como de su particular
interpretación del concepto de empoderamiento
LGBTIQ; derechos sexuales de los menores, así
llamados, LGBTIQ, tal y como se definen por la IPPF y por la WAS;
derecho desde los 0 años a explorar la identidad
sexual; derecho a partir de los 4 años a recibir información
sobre las relaciones del mismo sexo; derechos de los
menores a su propia orientación de género (LGBTIQ);
en el caso de los menores de edad con deseo de cambiar de
sexo (DCS), derecho a que se les administren,
cuanto antes, hormonas del sexo contrario y, en su caso, derecho
incluso siendo menores de edad a la cirugía de
reasignación aparente de sexo; matrimonio entre personas del
mismo sexo; derecho de las parejas del mismo sexo a adoptar
niños; despatologización vía legislativa de
la así llamada transexualidad, con promoción de nuevas
leyes llamadas de no discriminación y de
reconocimiento de derechos a las personas con deseo de
cambiar de sexo; derecho a la no discriminación e
igualdad de trato que implica situar fuera de la
ley a quienes, como la Iglesia, afirmen que la
particular inclinación de la persona con atracción sexual hacia
el mismo sexo, «debe ser considerada como objetivamente
desordenada» (Congregación para la Doctrina de la Fe,
Carta sobre la atención pastoral a las personas
homosexuales, n. 3) o que «los
actos homosexuales son intrínsecamente desordenados» (Catecismo de la Iglesia Católica, n.
2357); impedir, y penalizar legalmente,
que profesionales de la psiquiatría o la psicología puedan
ayudar a personas con atracción sexual hacia el mismo sexo (AMS)
o con deseo de cambiar de sexo (DCS),
que libremente lo soliciten; sustraer a los padres de los menores
la patria potestad en todo lo que se refiere a la sexualidad de
sus hijos con AMS o DCS; educación sexual obligatoria (teoría y
práctica) a menores, según los criterios LGBTIQ, incluso contra
la voluntad expresa de los padres; disminuir la edad legal de
consentimiento para tener relaciones sexuales entre
personas del mismo sexo (en España, también aquí, la
edad legal de consentimiento está ya en los 13 años);
imponer, por ley, a las empresas e instituciones, la
contratación de un porcentaje de trabajadores llamados LGBTIQ;
inversión de la carga de la prueba cuando se producen denuncias
por presuntas discriminaciones a personas llamadas LGBTIQ;
promoción de la sexualidad intergeneracional LGBTIQ;
etc. Buena parte de todo esto también puede encontrarse en los «Estándares
de Educación Sexual para Europa», ya citados, y en
publicaciones vinculadas al lobby implicado. En todo
caso, hay que advertir que una vez ganada la batalla del mal
llamado matrimonio civil entre personas del mismo sexo y la
posibilidad de adopción, la gran ofensiva en estos momentos
como puede comprobarse en los medios de comunicación
es entorno al deseo de cambiar de sexo (DCS) la mal llamada
disforia de género/transexualidad,
particularmente en la infancia; lo que sigue es la penalización
de los padres, de las confesiones religiosas y de cuantos se
opongan a la agenda prevista para promover estos llamados
derechos sexuales LGBTIQ.
Describir lo que esconden las palabras a través, como hemos dicho, de la manipulación del lenguaje no es ninguna condena a las personas, sino exponer con claridad lo que atenta contra la antropología cristiana a la que el Papa San Juan Pablo II llamaba antropología adecuada. En definitiva, lo que se pretende con estas disposiciones es una mutación antropológica, o lo que es lo mismo, la construcción, cuyas raíces están en la ideología de género y sus derivadas, de un nuevo ser humano inspirado en el transhumanismo y el posthumanismo.
La primogenitura
vendida
Con el documento «Prioridades de España en Naciones Unidas.
69º Periodo de Sesiones de la Asamblea Plenaria» que
estamos comentando, se confirma, una vez más, lo que todos
sabíamos: nos hemos convertido en siervos de las instituciones
internacionales para la promoción de la llamada gobernanza
global (Nuevo Orden Mundial) al servicio del imperialismo
transnacional del dinero, que ha presionado fuerte para que
España no sea ejemplo para Iberoamérica y para Europa de lo que
ellos consideran un retroceso inadmisible en
materia abortista y en los llamados derechos LGBTIQ.
Estamos vendiendo, por un plato de lentejas, el proyecto de Dios sobre sus hijos:
a) el amor y respeto a toda vida humana;
b) la belleza de la igual dignidad, pero también de la diferencia entre el varón y la mujer; y
c) la hermosura de la familia de fundación matrimonial entre un solo hombre y una sola mujer.
Esto no solo está aconteciendo en España, se trata de un humillante vasallaje global ante el poder del dinero, y por ello recientemente (25-11-2014) el Papa Francisco advertía:
«Mantener viva la realidad de las democracias es un reto de este momento histórico, evitando que su fuerza real fuerza política expresiva de los pueblos sea desplazada ante las presiones de intereses multinacionales no universales, que las hacen más débiles y las trasforman en sistemas uniformadores de poder financiero al servicio de imperios desconocidos. Este es un reto que hoy la historia nos ofrece».
«La muerte de Dios en el corazón y en la vida de los hombres es la muerte del hombre» (San Juan Pablo II, 11-5-1980): la peor de las corrupciones
Si matar a un inocente no-nacido se reconoce por la leyes como un derecho, toda corrupción o iniquidad es posible, tanto en el ámbito público como en el privado. Pero atención, para poder matar a un hermano antes hay que matar a Dios (al Padre), o venderlo: ambas cosas hemos hecho. ¡Tanto podríamos decir sobre esto! Que a nadie le extrañe, pues, la situación en la que se encuentra postrada España y buena parte del mundo. Ni los actuales partidos mayoritarios, ni los nuevos de corte marxista que, parece que emergen con gran ímpetu, respetan integralmente la dignidad de la vida humana, del matrimonio y de la familia.
La verdadera respuesta a esta situación pasa por la regeneración moral de nuestro pueblo fruto de una nueva evangelización: proponer con amor y verdad a Cristo, pues «el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado» (Concilio Vaticano II, Gaudium et spes, 22).
Es urgente promover la gestación de auténticos cristianos y de familias católicas (la Iniciación Cristiana de Adultos según el modelo del Catecumenado Bautismal) capaces de impulsar una cultura respetuosa con la vida, el matrimonio y la familia.
También es necesario impulsar una auténtica educación afectivo-sexual de los niños, adolescentes y jóvenes como vocación al amor y al don de sí.
En la «Teología del cuerpo» del Papa San Juan Pablo II encontramos las claves para aprender a amar y desarrollar una auténtica ecología humana.
Como repetía el Papa Benedicto XVI, la permanencia de la civilización cristiana pasa por la promoción de «minorías creativas» capaces de regenerar la sociedad. El instrumento es la Doctrina Social de la Iglesia que debe inspirar la presencia de católicos en las distintas instituciones sociales y en el ámbito de la política.
Como decía el beato Pablo VI, la política es una forma alta de caridad; de ahí la pertinencia de recordar el antiguo adagio: Corruptio optimi, pessima (la corrupción de los mejores es la peor); y es que «la miseria más peligrosa, causa de todas las demás: (es) la lejanía de Dios, la presunción de poder prescindir de Él» (Papa Francisco, 20-12-2014).
Nadie debe dudar que estamos ante una situación de emergencia política. Esta situación está reclamando del laicado católico que sepa organizarse para ofrecer una lúcida respuesta en el campo cultural, en los medios de comunicación y en la política. No hacerlo en estos momentos supone un verdadero pecado de omisión.