Canals, el mayor filósofo y teólogo del siglo XX y de su proyección al XXI. .....INDEX.
artículos de Cristiandad de Barcelona
Textos de Francisco Canals Vidal

Redescubrir a Santo Tomás de Aquino
Internet, espacio de profundización filosófica

Declaraciones de Francisco Canals Vidal

http://www.observatoriodigital.net/bol261.htm

Pudiera pensarse que está todo dicho y pensado sobre Santo Tomás de Aquino. Pero hoy uno de sus más ilustres estudiosos, el Dr. Francisco Canals Vidal, está realizando una relectura y síntesis de algunos temas olvidados, y sin embargo vitales, del Doctor Angélico, por lo cual se hace luz sobre aspectos de insospechada actualidad.

El medio informático se presenta como idóneo para una profundización colectiva de estos contenidos: la síntesis del Dr. Canals es una de las áreas dentro de los «Espacios de estudio, formación y diálogo interdisciplinar» de la RIIAL, pero hay también otros muchos sitios Web en los que la filosofía encuentra una difusión nunca antes lograda. Los contenidos elaborados por el Prof. Canals se pueden encontrar en http://www.riial.org/stda/inicio.htm

El SOI ha tomado algunas de las respuestas de la entrevista que Zenit realizó en febrero al Dr. Canals con motivo del lanzamiento de estos Espacios de Estudio.

Dr. Canals ¿Por qué una nueva síntesis de Santo Tomás de Aquino?, ¿no se ha dicho ya todo lo que se podía decir?

No se intenta «crear» una síntesis nueva. En la escuela tomista de Barcelona, originada por el magisterio fecundo del Padre Ramón Orlandis y puesta en marcha por la tarea de Jaime Bofill, tenemos la convicción de que en el estudio directo de los textos mismos de Santo Tomás se hallan siempre perspectivas, en algunos casos poco atendidas, que acercan a un descubrimiento vivo y renovado de su pensamiento, el cual es más conducente a la comprensión auténtica de su síntesis doctrinal que el trabajo indirecto a través de los mejores manuales o estudios monográficos.

Tenemos la convicción de que Santo Tomás, así conocido, ofrece mayores posibilidades para el diálogo filosófico que atienda a los problemas y urgencias contemporáneos. En Santo Tomás se pueden descubrir planteamientos y afirmaciones hasta ahora poco atendidos y que permiten, y aun exigen, pensar muchas cosas nuevas.

Durante años se ha trabajado sobre las veinticuatro tesis de Santo Tomás, ¿no bastan?

Las veinticuatro tesis fueron redactadas y presentadas a la aprobación de la Santa Sede por autores tomistas que buscaban, por una interpretación auténtica de preceptos que establecían la enseñanza de la doctrina de Santo Tomás, la aprobación de sus convicciones sobre la autenticidad de estas tesis como expresión del pensamiento del Angélico. Su intención tendía, principalmente, a delimitar la filosofía tomista respecto de la de los seguidores de Francisco Suárez. Su lectura muestra que, si bien contienen «principios y enunciados mayores» de Santo Tomás, no intentan expresar completamente todos «los principios y enunciados mayores» del Aquinate.

No se contienen en ellas otras doctrinas no menos centrales acerca de puntos capitales de ontología sobre los trascendentales, ni sobre la fundamentación metafísica del conocimiento o de la moralidad. Tampoco se halla en ellas una ontología de la vida como grado de perfección en la participación del ser, ni sobre la dignidad ontológica del ente personal y el puesto único que ocupa en el orden del universo o en el gobierno divino. No se habla del bien, difusivo de sí mismo, ni del fin como causa de las causas, ni de la naturaleza de la felicidad y la constitutiva pertenencia a la misma del amor. No se ofrecen perspectivas sobre el orden del universo ni sobre el bien común de las sociedades humanas.

El Santo de Aquino, ¿tendría algo que decir al ciudadano del mundo actual, tecnificado y globalizado?

No en vano, Juan Pablo II ha calificado a Santo Tomás como Doctor humanitatis. Las actuales globalización y tecnificación vienen a ser el ejercicio de una voluntad de poder prácticamente desconocedora de otros bienes que no sean el bien útil, cuantificable, en el horizonte economicista y el bien deleitable, entendido casi exclusivamente como instrumento de dominio económico-técnico sobre el hombre-masa.

Reitero lo que afirmó Jaime Bofill: «El pensamiento contemporáneo vendría a ser un patente testimonio de la actualidad de la doctrina del Doctor Angélico, reclamada, sin conocerla, por la misma necesidad sentida de una doctrina y de una ordenación social que restaure a la persona en el lugar de dignidad que, por su misma naturaleza, reclama».

¿Qué piensa usted sobre el medio informático como vehículo de transmisión y creación de sabiduría?

En nuestro mundo globalizado y tecnificado, el medio informático está obrando una unificación que tiende a convertirlo en un «ágora» de dimensión planetaria. Como instrumento podría servir, y ha servido, a la dispersión y vaciado de sentido de la vida humana, al modo de los atenienses del tiempo de San Pablo que no se ocupaban en otra cosa que en «decir y oír algo nuevo». Pero también como instrumento puede, y debe, ser utilizado para la comunicación interpersonal que se oriente auténticamente a la transmisión de la sabiduría. Hemos de pensar nuestro mundo semejante al ágora en la que el Apóstol «discutía todos los días con los que allí se encontraban».

La creación de sabiduría tiene principalmente más que ver con aquella «sabiduría del corazón» -que, según Juan XXIII, define el pensamiento de Santo Tomás- y a ella ha de servir toda intercomunicación, que ha de dirigirse a aprovechar esa amplitud planetaria que permite este medio para ofrecer a los hombres palabras estimulantes que orienten contemplativamente su vida.

¿Cree usted que la filosofía tomista está «ya hecha», o cabe pensar en un «diálogo actualizador» de su pensamiento, interpelado por los nuevos descubrimientos científicos y las nuevas fronteras éticas que afronta la sociedad actual?

La filosofía que Santo Tomás insertó en su obra teológico-filosófica -estudiada por admirables historiadores que, en el pasado siglo XX, redescubrieron aspectos olvidados de la misma- nos invita, todavía hoy, a que la conozcamos más completa y vitalmente. Al hacerlo, su mismo estudio estimula a pensar nuevamente problemas antiguos y reflexionar también sobre problemas nuevos, y obtener de ella las posibilidades de respuesta y superación de errores posteriores a ella y contemporáneos.

En cuanto a los nuevos descubrimientos científicos, nos conviene no recaer en el desacierto de aquellos escolásticos eclécticos que, aceptando como verdades ciertas posiciones infundadas como el atomismo que posteriormente se revelarían caducas, se hicieron incapaces para pensar doctrinas perennes como el hilemorfismo -camino óptimo para no desintegrar, en nuestro pensamiento, la unidad del hombre en sus inseparables dimensiones espiritual y corporal.

En lo concerniente a las nuevas fronteras éticas, reitero mi convicción de que la moral de Santo Tomás y su doctrina sobre «los fundamentos metafísicos del orden moral» nos pueden hacer capaces de superar las desviaciones éticas a que nos exponen la decadente modernidad y la posmodernidad. Ni los empirismos utilitaristas o hedonistas ni los trascendentalismos racionalistas han conseguido devolver el sentimiento o la comprensión de la naturaleza perfectiva y atractiva de lo bueno, ni el sentido de la belleza en la naturaleza y en el arte, ni la seriedad de la Ley moral impresa en nuestros corazones.

La sociedad de la información está hecha a base de un aluvión de datos, hechos y noticias, ¿cree usted que en Santo Tomás se encuentran elementos para encontrar el sentido de estos hechos? ¿Cuál sería la aportación del Santo para evolucionar hacia una sociedad del conocimiento?

Es cierto que conocemos estos días noticias que nos informan acerca de los niños que dedican muchas más horas a ver televisión que a asistir a la escuela. También está apareciendo un tipo de «internauta» que no busca en su navegación más que el movimiento continuo y la variedad, estimulantes de la curiosidad fácilmente opuesta al amor al saber y a la capacidad de estimación justa de los hechos.

Sin embargo, a través de la abundancia de noticias puede buscarse un camino para el conocimiento y un acercamiento mayor de los pueblos y culturas entre sí. Santo Tomás, que afirma que sólo se entiende lo plural en lo que podamos encontrar de unitario en él, no nos alienta a la pérdida en el aluvión de datos, a través del cual no hallaríamos nunca el sentido de las cosas. Con su «sabiduría del corazón» es, para el hombre contemporáneo, un eminente estímulo de la comunicación interpersonal auténtica, en la que la verdad sea sentida como parte constitutiva del bien común social, de la perfección humana que sólo se obtiene por los caminos de la verdad y de la amistad. En el horizonte de la verdad y del amor se hace posible la comunicación de los hombres entre sí y con Dios.

Páginas de interés

Extractos de otras aportaciones del Dr. Francisco Canals Vidal presentadas en el espacio para la síntesis doctrinal de Santo Tomás de Aquino: http://www.riial.org/stda/extractos.pdf

Página general de Santo Tomás de Aquino: http://stthaquinas.8m.com/

Página creada por el Dr. Guy Delaporte «El Grand Portail Thomas d´Aquin». Trae textos de/y sobre Tomás de Aquino y un  Forum (en francés).

--------------------------