El 11M de 2004
Crónica del siglo XXI

Los sindicatos policiales dicen que la querella de 2009 contra Manzano debería ir más arriba

Libertad Digital 2009-07-07

Según informa El Mundo, El Sindicato Unificado de Policía (SUP) y la Confederación Española de Policía (CEP) han señalado que la querella contra Sánchez Manzano debería apuntar "más arriba". Pilar Manjón se ha opuesto a la acción judicial ya que el ex comisario "ya ha sufrido lo suficiente".

Ambos sindicatos –los mayoritarios de la Policía– han informado de que la Unidad Tedax que dirigía Sánchez Manzano cuando ocurrieron los atentados estaba a la orden de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana, dirigido por Santiago Cuadro.

El periodista Joaquín Manso recuerda en El Mundo que Santiago Cuadro fue acusado durante el juicio por el 11-M por Pedro Díaz-Pintado, ex subdirector general operativo de la Policía, de revelar a las 13:00 horas del día de los atentados que el explosivo utilizado había sido Titadyn, una información que llevó al ministerio del Interior a apuntar a la ETA.

En declaraciones a El Mundo, el portavoz del SUP ha declarado que su sindicato apoyará cualquier investigación que pueda clarificar las cosas ya que "la verdad del 11-M se tiene que saber; no puede quedar ninguna duda sobre el mayor atentado que ha habido en la Historia de España". Por eso, opina que "había que querellarse contra los que no han querido que se sepa la verdad o lo están impidiendo".

Desde el CEP se recuerda que los sindicatos se opusieron al nombramiento de Sánchez Manzano porque "era un gestor" y que "había responsables de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana, y otros cargos políticos, que estaban por encima de él".

La que se ha opuesto a la querella ha sido Pilar Manjón, presidenta de la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo. Este lunes dijo que Sánchez Manzano "ya ha sufrido lo suficiente" y que cree en la "buena fe" de personas como el ex jefe de los Tedax.

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Contundente querella de Ayuda a las Víctimas del 11M contra Manzano por el arma homicida del 11M

Libertad Digital. ÁNGELA MARTIALAY, miércoles, 2009-07-08

La Asociación Ayuda a las Víctimas del 11-M ha presentado este miércoles, 2009-07-08, una querella contra el ex responsable del los Tedax, Sánchez Manzano, por omisión del deber de perseguir delitos, encubrimiento por ocultación de pruebas y de falso testimonio respecto a los atentados del 11-M.

Pocas veces una querella refleja de forma tan exacta y bien relatada los hechos que la motivan como la que ha redactado el abogado José María de Pablo. La Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M ha presentado este miércoles, 2009-07-08, en los Juzgados madrileños de Plaza de Castilla su anunciada querella contra el ex responsable de los TEDAX Juan Jesús Sánchez Manzano. Le acusan de omisión del deber de perseguir delitos, encubrimiento por ocultación de pruebas y falso testimonio. Ninguna de las acusaciones queda sin carga probatoria: las palabras del propio Sánchez Manzano, las de la perito de los TEDAX y las de varios mandos y agentes del cuerpo.

La sentencia del 11-M sostuvo que “no se sabe con absoluta certeza la marca de dinamita que explotó en los trenes”. Un desconocimiento por parte del tribunal de la Audiencia Nacional que juzgó los hechos que para la Asociación de Ayuda a las Victimas del 11-M parte del “encubrimiento y falso testimonio” del ex responsable del los Tedax, Juan Jesús Sánchez Manzano y la jefa del laboratorio de los Tedax.

En la contundente querella de 41 folios, la asociación de víctimas que preside Ángeles Domínguez denuncia la ocultación a la Policía Científica de los restos recogidos en los doce focos de explosión de los atentados del 11 de marzo de 2004 por parte de Sánchez Manzano.

Denuncian las víctimas que durante el 11 y 12 de marzo, los Tedax recogieron “de todo” tipo de pruebas en los cuatros escenarios de los brutales atentados (estaciones de Atocha, Santa Eugenia y El Pozo, junto con la madrileña calle Téllez) para que se pudiera esclarecer qué material explotó en los trenes y quiénes fueron sus autores. Esos “kilos y kilos” de muestras estaban a cargo de Sánchez Manzano.

No se siguió el protocolo de actuación

Dichos vestigios, siguiendo el protocolo oficial de actuación que durante la celebración del juicio defendió el propio subdirector general operativo del Cuerpo Nacional de Policía, Pedro Díaz Pintado, se remiten “siempre” al laboratorio de la Comisaría General de la Policía Científica, donde se realizan los análisis científicos definitivos, ya que la labor de los Tedax cuando se produce un atentado se limita a realizar un primer análisis “para orientar a las unidades de investigación”.

Sin embargo, declaran las víctimas que el entonces responsable de los Tedax, Sánchez Manzano, no envió esos restos de las explosiones (arena, tierra, telas, algunas muestras de acetona y agua, etc) a la Policía Científica para que continuase con la investigación. “Es, probablemente, la primera ocasión en los últimos veinte años en la que los Tedax impiden a la Policía Científica analizar los vestigios de los focos de explosión de un atentado terrorista”, subraya la querella.

Durante el juicio del 11-M, Manzano argumentó que dicho envío no se había producido porque “los vestigios de las explosiones nunca se enviaban a la Policía Científica”. Sin embargo, en un informe remitido como prueba pericial por dicho cuerpo policial al tribunal de la Audiencia Nacional que juzgó los atentados consta que Sánchez Manzano había firmado “en multitud de ocasiones” la remisión a la Policía Científica de restos explosionados en diferentes atentados .

El mismo tipo de restos que durante el juicio Manzano declaró que nunca se enviaban, y que según las víctimas, impidió que la investigación pudiera determinar sin lugar a dudas la marca comercial del explosivo utilizado por los terroristas del 11-M.

Asimismo, la Asociación de Ayuda a las Victimas del 11-M se querella contra la jefa del laboratorio de los Tedax ya que ésta “tuvo en sus manos y analizó vestigios correspondientes a los 12 focos de explosión e hizo desaparecer los extractos de agua y acetona obtenidos durante sus análisis, impidiendo así cualquier prueba o contranálisis”.

Sólo una parte de esos vestigios fueron lavados con agua y acetona por la jefa del laboratorio mientras que el resto fue almacenado sin ser sometidos a tratamiento alguno. Pero un segundo informe pericial elaborado a petición de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional concluyó que los restos no lavados con agua y acetona, que eran la mayoría puesto que de cada vestigio se extrae una pequeña parte para ser analizada, habían desaparecido. En total, la jefa del laboratorio de los Tedax conservó 23 muestras (no llega ni a dos muestras por cada foco de la explosión, como tornillos y clavos) de los kilos iniciales de material que se recopilaron.

Para las víctimas, los querellados “ocultaron a la Policía Científica los centenares de vestigios que los Tedax habían recogido en los focos de explosión, impidiendo un análisis científico de los mismos que habría favorecido el esclarecimiento de los hechos; escondieron la inmensa mayoría de los vestigios procedentes de los focos de explosión, entre ellos los más valiosos para la investigación (los que no fueron lavados con agua y acetona), impidiendo que los ocho peritos designados por el Tribunal los pudiesen analizar;  hicieron desaparecer el extracto de agua y acetona en el que fueron lavados algunos vestigios; e incluso a día de hoy los querellados continúan ocultando esa inmensa mayoría de vestigios desaparecidos, cuyo paradero todavía se desconoce”.

Otro punto de la querella es el referido a la nitroglicerina. Sánchez Manzano habló de este componente en la Comisión del Investigación del Congreso pero dio marcha atrás ante el juez Del Olmo. El 1 de junio de 2007, en este mismo diario se informó de que la Goma 2 EC no contenía esa sustancia desde 1992, según datos enviados por la empresa que fabricada ese explosivo. Si embargo, lo que sí contiene nitroglicerina es el Titadyn, un elemento que se utilizó en la masacre del 11-M, según reveló el perito Antonio Iglesias hace ya casi dos meses.

Delitos de encubrimiento y falso testimonio

Por ello piden a la Justicia que investigue si Sánchez Manzano, la jefa del laboratorio de los Tedax, así como “el resto de personas que la instrucción determine oportunas”, han incurrido en los delitos de omisión del deber de perseguir delitos, encubrimiento por ocultación de pruebas y de falso testimonio en torno a los atentados del 11-M.

Sostiene la Asociación de Ayuda a las Victimas del 11-M que “la ausencia de depuración de responsabilidades a este respecto nos obliga a asumir nuestra responsabilidad en esta lucha y actuar de manera consecuente”. Con esta querella, las víctimas quieren hacer uso de su derecho para conocer la verdad “frente a todos los aspectos que han quedado sin resolver”.

Asimismo, subrayan que “la oscura actuación de algunos individuos no debe en ningún caso poner en duda o manchar el buen nombre de la integridad del colectivo de miembros de  Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado”. En este sentido, los sindicatos mayoritarios de la Policía, el Sindicato Unificado de Policía (SUP) y la Confederación Española de Policía (CEP), han señalado que la querella contra Sánchez Manzano debería apuntar "más arriba".

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El fin del principio

Luis del Pino Libertad Digital, lunes, 6 de julio de 2009

La noticia de la querella que va a presentar la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M contra Sánchez Manzano y la jefa del laboratorio de los Tedax es la crónica de una querella anunciada. Si el juez Gómez Bermúdez hubiera estado a la altura de lo que de él se esperaba, si no se hubiera dejado enredar en aquel pacto infame de la sentencia del 11-M, lo normal es que el propio tribunal de la Audiencia Nacional hubiera deducido testimonio contra aquéllos que mintieron durante el juicio por la mayor masacre terrorista de nuestra Historia. En cuyo caso, varios de los presuntos responsables de la cadena de ocultaciones que ha permitido que sigamos sin conocer a los verdaderos autores del 11-M habrían tenido que dar cuenta mucho antes, en sede judicial, de sus actos.

Pero no fue así. Gómez Bermúdez y sus compañeros de tribunal no respetaron la promesa realizada a las víctimas del 11-M y se lavaron las manos en lo que a perseguir los posibles delitos de perjurio se refiere. A partir de ahí, la campaña de manipulación que se desató tras la sentencia, y que pretendía transmitir a la sociedad la idea de que el 11-M era un asunto cerrado y agotado, hizo que durante un tiempo fuera imposible pensar en que las víctimas pudieran pasar a la ofensiva.

Pero el goteo constante de nuevas informaciones sobre el 11-M después la sentencia y la publicación de un par de libros fundamentales ("La cuarta trama" y "Titadyn") han resultado cruciales para remover las adormiladas conciencias de la ciudadanía. Y para crear el caldo de cultivo que permite que, hoy, esa asociación que representa a centenares de víctimas del 11-M, pertrechada con una ingente panoplia argumental, alce la voz para transmitir dos mensajes muy claros. El primero, que seguimos sin saber quién cometió aquella masacre. Y el segundo, que seguimos sin saberlo por culpa de quienes, teniendo la obligación profesional, legal y moral de averiguar los hechos, contribuyeron por acción o por omisión a construir la más turbia trama de encubrimiento de nuestra historia democrática.

Si hubiera que identificar un momento fundamental, un momento crítico, que permitió dar la vuelta a las investigaciones del 11-M y comenzar la larga marcha que culmina en esta primera acción judicial de las víctimas contra los presuntos responsables del encubrimiento, ese momento sería aquél en que nos dimos cuenta de que todo el sumario del 11-M estaba basado en una gran mentira, porque estaba construido utilizando un conjunto de pruebas que habían aparecido fuera de los trenes. Fue entonces cuando nos percatamos de que nos habían hurtado las muestras de los trenes, de que nos habían ocultado los análisis de los focos de explosión, de que habían desguazado los vagones atacados, de que habían incinerado las pertenencias de las víctimas. En resumen: que habían hecho desaparecer el escenario completo del crimen y lo habían sustituido por un decorado de cartón piedra, poblado de personajes vestidos con caretas de Bin Laden, que enarbolaban cintas coránicas compradas en un mercadillo.

A partir de ahí, el objetivo de tapar el 11-M era ya imposible de conseguir, porque el engaño fundamental había quedado al descubierto. Y, una vez tras otra, todos los intentos por pasar página fueron estrellándose contra el muro del sentido común. Y todos aquellos que han intentado apuntalar de un modo u otro la mentira oficial, y todos aquellos que han intentado imponer pactos imposibles, han ido viéndose arrollados por los acontecimientos, por el goteo constante de nuevas revelaciones, por esa tozudez que sólo pueden manifestar los que saben que la verdad y la justicia están de su lado.

Y el foco quedó fijado sobre aquellos que habían participado, de un modo u otro, en ese engaño primigenio, en ese escamoteo de los trenes reventados. Sobre aquellos que permitieron o consiguieron que en el sumario del 11-M no conste ni un mísero listado de las muestras recogidas en cada foco de explosión, ni un mísero análisis del explosivo utilizado en los trenes, ni un mísero informe de reconstrucción de los artefactos que mataron a 192 españoles. Y era sólo cuestión de tiempo que las personas que resultaron heridas en los trenes de la muerte, o que perdieron a sus familiares en aquel atentado ignominioso, alzaran su dedo acusador para preguntarles: ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué has consentido que sigamos sin saber la verdad?

Yo no sé si el señor Sánchez Manzano y su jefa de laboratorio son los máximos responsables de que sigamos sin saber lo que pasó el 11-M. Lo dudo mucho. Pero está claro que tanto el uno como la otra tienen la obligación profesional, legal y moral de contar todo lo que saben. Y de decirnos dónde están las toneladas de restos recogidos en los trenes. Y de aclararnos qué análisis se realizaron el 11-M y los días sucesivos. Y de explicarnos por qué no se enviaron muestras de los focos para que el laboratorio de la Policía Científica determinara el explosivo. Y de contarnos por qué han callado durante estos cinco años, mientras las víctimas del atentado pedían justicia.

Y, si no lo hacen, entonces habremos de suponer que están asumiendo ellos la responsabilidad sobre esas decisiones iniciales con las que se convirtió en una trágica farsa lo que debía haber sido una investigación objetiva.

Cinco años han pasado desde aquel atentado cometido tres días antes de unas elecciones. Y en ese tiempo hemos visto de todo, porque cada cual ha ido retratándose de la forma que ha querido. Y nos hemos llevado muchas decepciones. Pero también es cierto que la labor ingrata y constante de muchas personas y de unos pocos medios de comunicación ha ido cambiando poco a poco la percepción social con respecto al 11-M. Y toda esa labor culmina hoy con la noticia que nos trae el periódico El Mundo en su portada.

Porque la querella de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M contra Sánchez Manzano y su jefa de laboratorio no representa en sí misma el final de las investigaciones, pero sí que representa el inicio de una nueva etapa, en la que podremos por fin ahondar en lo que sucedió entre bambalinas en aquellos tres días fatídicos en los que se decidió la Historia de España y en los que alguien impuso la voluntad descarnada de tapar lo sucedido en la peor tragedia de nuestra historia democrática. Como dijo Churchill, esto no es el principio del fin, pero sí que es el fin del principio.

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ETA era capaz de montar bombas activadas con móviles como las del 11M

Libertad Digital 2009-07-10

Además de las pruebas aportadas en la demanda de Sánchez Manzano, El Mundo presentó un oficio de la Guardia Civil en el que se señalaba que en 2002 se intervino a un etarra el diseño de un móvil para activar bombas como las del 11-M. Esto fue omitido por Manzano cuando Del Olmo le pidió un informe.

Según informa este viernes Joaquín Manso en El Mundo, Juan Jesús Sánchez Manzano no informó en mayo de 2006 al juez Juan del Olmo sobre el diseño encontrado al etarra Balbino Sáenz Olarra cuando éste le pidió un informe sobre los atentados en los que ETA usó un móvil para activar la carga explosiva y así compararlos con el artefacto de la mochila de Vallecas.

De hecho, en el informe comparativo de Manzano, éste señaló sólo tres atentados de ETA: uno en Inchaurrondo, otro Zarauz y el último en el puerto de Pasajes. Pero precisó que los móviles fueron montados de una manera distinta al 11-M ya que los etarras activaron las bombas mediante una llamada y no a través de su "alarma recordatorio diario".

Recuerda El Mundo que en mayo de 2002 fue desarticulado el grupo Txirrita de ETA en Madrid y que fue intervenida una nota manuscrita del etarra Balbino Sáenz Olarra con instrucciones para montar un móvil como iniciador de un artefacto explosivo. Después se las investigaciones se determinó que el sistema era idéntico al utilizado en las bombas del 11-M. Así lo señaló además la Guardia Civil en el informe remitido a la Audiencia Nacional tras el arresto de los terroristas.

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La querella

9 de Julio de 2009 - 13:20:37 - Luis del Pino

Ayer se presentó la querella de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M contra el comisario Sánchez Manzano, contra su jefa de laboratorio y "contra el resto de personas que la instrucción determine", por los posibles delitos de encubrimiento, falso testimonio y omisión del deber de perseguir delitos.

Merece la pena leer completa la querella, porque el trabajo realizado por el abogado José María de Pablo es admirable. Incluso para aquéllos que no hayan seguido las investigaciones del 11-M, la querella relata con una claridad meridiana en qué consistieron las manipulaciones iniciales que viciaron desde el principio toda la instrucción sumarial del 11-M. De todos modos, esas otras personas que no cuenten con el tiempo necesario para leer la querella completa (aunque, insisto, merece la pena hacerlo), pueden quedarse con el excelente
resumen realizado por Angela Martialay.

Ayer, en La Linterna, César Vidal entrevistó a Angeles Domínguez, la presidenta de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, que dejó claro que su asociación se ha visto obligada a iniciar esta ofensiva judicial en vista de que los poderes públicos
están haciendo dejación de sus funciones, como resalta el editorial de Libertad Digital. Hoy, el periódico El Mundo informa en detalle acerca de esa querella, centrándose en las "pruebas perdidas" que las víctimas denuncian en su escrito. Y hoy también, en el programa La Mañana de Federico Jiménez Losantos, el abogado José María de Pablo ha estado hablando de los detalles de la querella, en la que quizá lo más llamativo sea cómo se demuestra palmariamente que el comisario Sánchez Manzano mintió ante el tribunal del 11-M.

Y, de la misma forma que merece la pena leer completa la querella, hoy es uno de esos días en que merece la pena leer y guardar el periódico El Mundo. Porque informa hoy también ese periódico de la vista que tuvo lugar ayer en relación con la demanda de protección al honor que el comisario Sánchez Manzano ha presentado contra El Mundo. Aportaron a la juez los abogados del periódico un escrito en el que queda patente que
se incumplieron los protocolos marcados para atentado terrorista, así como un informe pericial que desmonta la historia sobre cómo se determinó, en las primeras horas del 12-M, el modo en que estaba programado el teléfono de la mochila de Vallecas (pregunta para iniciados: ¿a qué hora fueron tomadas las fotografías en que se ven todos los componentes de la mochila de Vallecas despiezados?).

Hemos recorrido un camino larguísimo hasta llegar aquí, pero parece que por fin vamos a poder empezar a escarbar en la realidad de los hechos inmediatamente posteriores al 11-M, a nada que la Justicia cumpla con la misión que tiene encomendada. Porque las cosas se están empezando a mover.

Por cierto: felicidades a todos los peones negros que tanto trabajo dedicaron a transcribir el juicio del 11-M, porque el fruto de su labor está siendo infinitamente más útil de lo que nadie hubiera supuesto.

Bombas con móviles

LD. 10 de Julio de 2009 Luis del Pino

Publica el periódico El Mundo hoy una nueva exclusiva, con las pruebas de que a ETA se le incautaron, dos años antes del 11-M, documentos que describían un sistema de activación de bombas con móviles similar al utilizado en la (falsa) bolsa-bomba de Vallecas. Y revela el periódico que Sánchez Manzano no comunicó esa información al juez Del Olmo, que le había solicitado un informe sobre las ocasiones  en que ETA pudiera haber utilizado teléfonos móviles en sus artefactos explosivos. Otra presunta ocultación de pruebas, por tanto, del que fuera comisario jefe de los tedax.

El Mundo no sostiene (como deja bien claro en su editorial) que de ahí pueda deducirse que ETA cometió el 11-M. De hecho, los análisis químicos prueban que en los trenes NO se utilizó Goma2-ECO, lo que quiere decir que la bolsa-bomba encontrada en Vallecas (la cual contenía Goma2-ECO) es una prueba más falsa que un euro de madera. Y si la bolsa-bomba de Vallecas es una prueba falsa, entonces todo lo que esa bolsa-bomba contenía (por ejemplo, el teléfono móvil) es una prueba "colocada" a posteriori del 11-M, para orientar las investigaciones en una determinada dirección.

En otras palabras: que del hecho de que en la (falsa) bolsa-bomba de Vallecas hubiera un teléfono móvil no podemos deducir que en los artefactos de los trenes se usaran teléfonos móviles como iniciadores. A fecha de hoy, gracias a la actuación de algunos, seguimos sin saber qué sistema de iniciación usaban las bombas del 11-M.

¿Qué importancia tiene entonces la noticia que Joaquín Manso publica en El Mundo? Pues tiene una importancia doble: en primer lugar, incrementa la lista de actuaciones sospechosas de Sánchez Manzano, que no habría incluido en el informe enviado en su día al juez Del Olmo los datos sobre ese sistema de iniciación incautado al etarra Sáenz Olarra. Pero, en segundo lugar, incrementa las sospechas de que a lo largo de la instrucción del 11-M hubo un intento continuado y generalizado de evitar que en el sumario pudiera deslizarse ningún dato (por inocuo que fuera) que pudiera mínimamente apuntar a ETA.

Y algún día alguien tendrá que explicarnos de quién partieron las órdenes para actuar así. De quién partieron las órdenes para declarar a ETA especie protegida dentro de la instrucción del 11-M.