Textos.....CRISTIANDAD FUTURA.

Los precursores de Jesucristo en su primera venida y en su segunda venida

En el profeta Zacarías (Za 3,3-14)

En el profeta Malaquías (Ml 3,23-24)

En el Evangelio según san Mateo

En el Evangelio según san Marcos (Mc 9,9-13)

En el Evangelio según san Lucas (Lc 1,17)

En el Evangelio según san Juan (Jn 1,21)

En el Apocalipsis (Ap 11, 3-13)

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La profecía de un precursor de Jesucristo

En el profeta Zacarías (Za 3,3-14)

Zacarías 4
1 Volvió el ángel que hablaba conmigo y me despertó como a un hombre que es despertado de su sueño.
2 Y me dijo: «¿Qué ves?» Dije: «Veo un candelabro todo de oro, con una ampolla en su vértice: tiene siete lámparas y siete boquillas para las siete lámparas que lleva encima.
3 Hay también dos olivos junto a él, uno a su derecha y el otro a su izquierda.»
4 Proseguí y dije al ángel que hablaba conmigo: «¿Qué es esto, señor mío?»
5 Me respondió el ángel que hablaba conmigo y me dijo: «¿No sabes qué es esto?» Dije: «No, mi señor.»

6 Prosiguió él y me habló así: Esta es la palabra de Yahveh a Zorobabel. No por el valor ni por la fuerza, sino sólo por mi Espíritu - dice Yahveh Sebaot -.
7 ¿Quién eres tú, gran monte? Ante Zorobabel serás una explanada, y él extraerá la piedra de remate, a los gritos de «¡Bravo, bravo por ella!».
8 Me fue dirigida la palabra de Yahveh en estos términos:
9 Las manos de Zorobabel echaron el cimiento a esta Casa y sus manos la acabarán; (sabréis así que Yahveh Sebaot me ha enviado a vosotros).

10 ¿Quién menospreció el día de los modestos comienzos? ¡Se alegrará al ver la plomada en la mano de Zorobabel! « Esos siete son los ojos de Yahveh: ellos recorren toda la tierra.»
11 Entonces tomé la palabra y le dije: «¿Qué son esos dos olivos a derecha e izquierda del candelabro?»
12 (Añadí de nuevo y le dije: «¿Qué son las dos ramas de olivo que por los dos tubos de oro vierten de sí aceite dorado?»)
13 El me habló y dijo: «¿No sabes qué es esto?» Dije: «No, mi señor.»

14 Y él me dijo: «Estos son los dos Ungidos que están en pie junto al Señor de toda la tierra.»

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En el profeta Malaquías (Ml 3,23-24)

16 Entonces los que temen a Yahveh se hablaron unos a otros. Y puso atención Yahveh y oyó; y se escribió ante él un libro memorial en favor de los que temen a Yahveh y piensan en su Nombre.
17 Serán ellos para mí, dice Yahveh Sebaot, en el día que yo preparo, propiedad personal; y yo seré indulgente con ellos como es indulgente un padre con el hijo que le sirve.

18 Entonces vosotros volveréis a distinguir entre el justo y el impío, entre quien sirve a Dios y quien no le sirve.
19 Pues he aquí que viene el Día, abrasador como un horno; todos los arrogantes y los que cometen impiedad serán como paja; y los consumirá el Día que viene, dice Yahveh Sebaot, hasta no dejarles raíz ni rama.
20 Pero para vosotros, los que teméis mi Nombre, brillará el sol de justicia con la salud en sus rayos, y saldréis brincando como becerros bien cebados fuera del establo.

21 Y pisotearéis a los impíos, porque serán ellos ceniza bajo la planta de vuestros pies, el día que yo preparo, dice Yahveh Sebaot.
22 Acordaos de la Ley de Moisés, mi siervo, a quien yo prescribí en el Horeb preceptos y normas para todo Israel.
23 He aquí que yo os envío al profeta Elías antes que llegue el Día de Yahveh, grande y terrible.
24 El hará volver el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres; no sea que venga yo a herir la tierra de anatema.

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La realidad del precursor de Jesucristo en su primera venida

En el Evangelio según san Mateo

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En el Evangelio según san Marcos (Mc 9,9-13)

Marcos 9
1 Les decía también: «Yo os aseguro que entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean venir con poder el Reino de Dios.»
2 Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, Santiago y Juan, y los lleva, a ellos solos, aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos,
3 y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, tanto que ningún batanero en la tierra sería capaz de blanquearlos de ese modo.
4 Se les aparecieron Elías y Moisés, y conversaban con Jesús.

5 Toma la palabra Pedro y dice a Jesús: «Rabbí, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías»;
6 - pues no sabía qué responder ya que estaban atemorizados -.
7 Entonces se formó una nube que les cubrió con su sombra, y vino una voz desde la nube: «Este es mi Hijo amado, escuchadle.»
8 Y de pronto, mirando en derredor, ya no vieron a nadie más que a Jesús solo con ellos.
9 Y cuando bajaban del monte les ordenó que a nadie contasen lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.

10 Ellos observaron esta recomendación, discutiendo entre sí qué era eso de «resucitar de entre los muertos.»
11 Y le preguntaban: «¿Por qué dicen los escribas que Elías debe venir primero?»
12 El les contestó: «Elías vendrá primero y restablecerá todo; mas, ¿cómo está escrito del Hijo del hombre que sufrirá mucho y que será despreciado?
13 Pues bien, yo os digo: Elías ha venido ya y han hecho con él cuanto han querido, según estaba escrito de él.»

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En el Evangelio según san Lucas (Lc 1,17)

11 Se le apareció el Angel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso.

12 Al verle Zacarías, se turbó, y el temor se apoderó de él.
13 El ángel le dijo: «No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido escuchada; Isabel, tu mujer, te dará a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Juan;
14 será para ti gozo y alegría, y muchos se gozarán en su nacimiento,
15 porque será grande ante el Señor; no beberá vino ni licor; estará lleno de Espíritu Santo ya desde el seno de su madre,
16 y a muchos de los hijos de Israel, les convertirá al Señor su Dios,
17 e irá delante de Él con el espíritu y el poder de Elías, = para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, = y a los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.»

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En el Evangelio según san Juan (Jn 1,21)

9 Y este fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron donde él desde Jerusalén sacerdotes y levitas a preguntarle: «¿Quién eres tú?»
20 El confesó, y no negó; confesó: «Yo no soy el Cristo.»

21 Y le preguntaron: «¿Qué, pues? ¿Eres tú Elías?» El dijo: «No lo soy.» - «¿Eres tú el profeta?» Respondió: «No.»
22 Entonces le dijeron: «¿Quién eres, pues, para que demos respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?»
23 Dijo él: «Yo soy = voz del que clama en el desierto: Rectificad el camino del Señor, = como dijo el profeta Isaías.»

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El anuncio de los precursores de Jesucristo en su segunda venida

En el Apocalipsis (Ap 11, 3-13)

Apocalipsis 11
1 Luego me fue dada una caña de medir parecida a una vara, diciéndome: «Levántate y mide el Santuario de Dios y el altar, y a los que adoran en él.
2 El patio exterior del Santuario, déjalo aparte, no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles, que pisotearán la Ciudad Santa 42 meses.
3 Pero haré que mis dos testigos profeticen durante 1260 días, cubiertos de sayal».
4 Ellos son = los dos olivos = y los dos candeleros = que están en pie delante del Señor de la tierra. =

5 Si alguien pretendiera hacerles mal, saldría fuego de su boca y devoraría a sus enemigos; si alguien pretendería hacerles mal, así tendría que morir.
6 Estos tienen poder de cerrar el cielo para que no llueva los días en que profeticen; tienen también poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y poder de herir la tierra con toda clase de plagas, todas las veces que quieran.
7 Pero cuando hayan terminado de dar testimonio, la Bestia que surja del Abismo = les hará la guerra, los vencerá = y los matará.

8 Y sus cadáveres, en la plaza de la Gran Ciudad, que simbólicamente se llama Sodoma o Egipto, allí donde también su Señor fue crucificado.
9 Y gentes de los pueblos, razas, lenguas y naciones, contemplarán sus cadáveres tres días y medio: no está permitido sepultar sus cadáveres.
10 Los habitantes de la tierra se alegran y se regocijan por causa de ellos, y se intercambian regalos, porque estos dos profetas habían atormentado a los habitantes de la tierra.
11 Pero, pasados los tres días y medio, = un aliento de vida = procedente de Dios = entró en ellos y se pusireon de pie, = y un gran espanto se apoderó de quienes los contemplaban.

12 Oí entonces una fuerte voz que les decía desde el cielo: «Subid acá.» Y subieron al cielo en la nube, a la vista de sus enemigos.
13 En aquella hora se produjo un violento terremoto, y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y con el terremoto perecieron 7.000 personas. Los supervivientes, presa de espanto, dieron gloria al Dios del cielo.
14 El segundo ¡Ay! ha pasado. Mira que viene en seguida el tercero.