Los crímenes de la ETA y su castigo

La Audiencia Nacional condena a 83 años al ex jefe de los pistoleros de la ETA Gorka Palacios por matar al agente Luis Ortiz de la Rosa en 2001

LD 2010-09-13 agencias

La Audiencia Nacional ha condenado a 83 años de prisión al ex jefe militar de la ETA Gorka Palacios, por el asesinato en julio de 2001 en Madrid de un policía nacional. Es la primera sentencia tras el anuncio el comunicado del pasado 5 de septiembre en el que la banda anunció una nueva tregua-trampa.

Así consta en la sentencia dictada por la sección cuarta de la sala de lo penal de este tribunal, que juzgó a Palacios tres días después del anuncio de la ETA de cesar sus "acciones armadas ofensivas", y que ha impuesto esta pena al etarra por los delitos de asesinato terrorista por la muerte del agente Luis Ortiz de la Rosa, estragos y lesiones.

También, tal y como solicitaba el fiscal, le obliga a indemnizar con 300.506,05 euros a los herederos de la víctima de forma conjunta y solidaria con los ya condenados Aitor García y Ana Belén Egüés y con 180.304 euros para uno de los heridos que quedó incapacitado para trabajar, así como una multa de 21.600 euros por 16 faltas de lesiones.

Los magistrados consideran probado que el ex dirigente etarra participó junto a los citados compañeros del grupo Madrid de la ETA y otras personas "no identificadas" en la elaboración del artefacto explosivo colocado en el coche-bomba que explotó frente a la delegación del Ministerio de Justicia en la calle Ocaña de Madrid el 10 de julio de 2001, y fue además quien recabó previamente toda la información del lugar para perpetrar el atentado.

Asimismo, aseguran que Palacios, a quien consideran coautor del atentado, robó junto a Egüés el vehículo que explotó y "paralelamente se iba a encargar de efectuar la llamada reivindicativa" en nombre de la ETA, algo que, si bien "no ha sido contrastado, esto "no significa que no lo hiciera".

El tribunal, compuesto por la presidenta Ángela Murillo y los magistrados Teresa Palacios y Juan Francisco Martel, basa sus argumentos en las declaraciones policiales y judiciales que efectuaron Egüés y García tras ser detenidos, a las que consideran "prueba más que suficiente" para condenarle.

De esta forma, aunque los dos afirmaron en el juicio no recordar nada y haber efectuado dichas declaraciones inculpatorias bajo torturas, la sala cree que "es claramente advertible" que no dijeron la verdad, sino que actuaron de la forma que creyeron "conveniente" para alejar a Palacios de las acusaciones.

Subrayan que, a pesar de la incomunicación a la que estaban sometidos, fue "calcado" lo que relataron, un elemento que califican de "crucial" entre todo el material probatorio.

"No es sostenible, dada su dificultad, que se inventasen justamente por separado lo que resultó ser del mismo tenor", afirma el tribunal, que considera que "la verosimilitud" de las declaraciones se convierten en "veracidad" por las coincidencias expuestas.

"Como dato intrascendente pero revelador", la sentencia hace también referencia a las sonrisas que intercambiaron García y Palacios en el plenario con las que demostraron la "plena complacencia para ambos de reencontrarse", pese a que el primero había afirmado que sólo conocía a su compañero "por fotografías en televisión".

Y a ello añade que "el hecho acontecido, la acción terrorista" por la que ya fueron condenados Egüés y García, "no ha sido discutido" por el acusado, que se negó a declarar durante el juicio.

Gorka Palacios fue capturado en 2003 en Francia cuando era considerado jefe de los pistoleros de la banda terrorista, por lo que fue juzgado junto al ex dirigente Juan Ibon Fernández Iradi "Súsper" y condenado el pasado mes de noviembre a 18 años de prisión por el Tribunal de lo Criminal de París.