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Calentamiento global y cambio climático

España estrena el Servicio Nacional de Meteorología Espacial en diciembre de 2014 disponible para cualquier usuario

LD 15 dic 2014

Desde esta semana ya está disponible el Servicio Nacional de Meteorología Espacial, una iniciativa liderada por la Universidad de Alcalá de Henares para poder consultar, a través de una web senmes.es, las condiciones actuales del tiempo espacial. Este está determinado por las emisiones de nuestra estrella, el Sol, que de vez en cuando pueden causar problemas serios en los sistemas tecnológicos de la Tierra.

"Cualquier usuario, aunque no tenga ni idea de índices, ni de flujos ni de radiación solar, puede consultar el factor de intensidad y peligro simplemente mirando cuatro barras que informan sobre las condiciones actuales del tiempo espacial a través de una escala gradual de colores que van desde el verde (riesgo bajo) al rojo (severo)", explica la coordinadora del servicio, Consuelo Cid, profesora de la Universidad de Alcalá de Henares.

La primera barra o ‘centinela’ es R, que mide si las comunicaciones de radio se van a bloquear. Este domingo, por ejemplo, su valor ha alcanzado el nivel azul, un paso por encima del verde. "Esta barra está relacionada con el flujo en rayos X que emite el sol, e interesa a todas las compañías de comunicaciones, especialmente las que usan radiofrecuencia", apunta Cid. Cuando se emiten las ondas de radio, se reflejan en la ionosfera, y si esta se ve afectada, pueden rebotar en un punto no deseado. "Lo más grave no es que no llegue la señal, a un barco, por ejemplo, si no que quien la ha enviado piensa que lo ha hecho correctamente", comenta la investigadora.

Otro centinela es S, que valora la cantidad de partículas solares, muy energéticas. Si son muchas pueden originar una tormenta de radiación solar. Según Cid, "esto puede afectar a los satélites en órbita, y cuanto más altos estén, más problemas".

Para elaborar las barras R y S se utilizan los datos del Satélite Geoestacionario Operacional Ambiental (GOES, por sus siglas en inglés), que son claves en el servicio meteorológico de la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) de EE UU. "De hecho, las dos primeras escalas del nuestro servicio nacional, que pronto ofreceremos como un servicio regional de meteorología espacial para sumarse a otros de la Organizacion Meteorológica Mundial, son equivalentes a las estadounidenses", apunta la profesora.

Sin embargo, los otros dos centinelas: G y C, se han diseñado especialmente para el territorio español. Se basan en un índice llamado Local Disturbance index for Spain (LDiñ), desarrollado por los investigadores de la Universidad de Alcalá en colaboración con Red Eléctrica de España. Sirve para determinar la perturbación geomagnética para el territorio español en base al campo magnético registrado en el Observatorio de San Pablo (Toledo), perteneciente al Instituto Geográfico Nacional.

La barra G determina la posibilidad de tormentas geomagnéticas en España, una amenaza para las comunicaciones GPS o de telefonía móvil, por ejemplo. Por su parte, el centinela C avisa de las corrientes electromagnéticas inducidas. Esto afecta especialmente a los sistemas eléctricos, o a los de señalización con tecnología sensible a grandes corrientes, como los oleoductos. "Si alguien va a hacer una prospección petrolífera y se va a orientar por el campo magnético terrestre, si ese día hay una perturbación, más vale que no usen el campo magnético como referencia y se esperen a hacer la prospección otro día", advierte Cid.

La investigadora señala que cada tipo de usuario puede tener un interés concreto: "Por ejemplo, a una compañía eléctrica le importará la barra C, y alguien que trasmita en radiofrecuencia se fijará en el primer centinela". Cada uno de los cuatro se ofrecen con dos valores temporales. En el caso de las escalas R y S se muestra el valor de la máxima perturbación en los últimos 30 minutos y 2 horas. Y en las escalas G y C, esos instantes corresponden a las últimas 2 horas y 24 horas respectivamente.

Otro de los apartados de la web es la sección OBSERVACIÓN, donde se ofrecen las imágenes que facilita constantemente el satélite Solar Dynamics Observatory (SDO) de la NASA, o la película animada de la corona solar que retransmite el satélite Solar and Heliospheric Observatory (SOHO).

A esto se suman los datos sobre el flujo de rayos X y protones de alta energía que emite nuestra estrella, así como parámetros del viento solar medidos en tiempo real por otro satélite, el Advanced Composition Explorer (ACE). Un equipo de la Universidad Complutense de Madrid, que también participa en el proyecto, se encarga de elaborar el último mapa disponible del estado de la ionosfera en España.

Dos servicios de predicción

"También ofrecemos dos servicios de predicción, aunque en el futuro está previsto incorporar más", adelanta Cid. Uno es el tiempo que tardará en recuperarse la magnetosfera una vez que ha ocurrido una tormenta solar intensa, y el otro es predecir una actividad geomagnética severa con entre media hora y un día de antelación: "En este segundo caso, comparando con la meteorología tradicional, es como si avisáramos de que viene un tornado o lluvia torrencial; no alertamos de lluvias pequeñas".

En principio ahora estamos en una fase descendente del ciclo del Sol –de unos 11 años– y España se sitúa en latitudes alejadas de los polos, donde son más probables las incidencias por sus efectos, pero no hay que confiarse: "Tormentas geomagnéticas y emisiones de masa solar se producen en cualquier fase del ciclo, incluso es más peligroso en fase descendente, igual que una tormenta de verano puede ser mucho más grave que otra en invierno. Respecto a la situación de nuestro país, en octubre de 2003 hubo fallos en transformadores y suministro eléctrico en Suecia, pero también en Sudáfrica, que se sitúa a una distancia del ecuador similar a la de España", recuerda la profesora, que insiste en la necesidad de vigilar constantemente a nuestra estrella.

La nueva web forma parte del proyecto de ciencia básica denominado Nuevos retos en la ciencia de la interacción Sol-Tierra ante las necesidades tecnológicas de la sociedad actual, que cuenta con un presupuesto de 100.000 euros para el periodo 2014-2016. Los avances científicos que vayan surgiendo de esta iniciativa se irán incorporando, junto a las sugerencias de los usuarios, al recién estrenado servicio de meteorología espacial.

"España tiene que estar preparada para cualquier problema relacionado con la actividad solar, y nuestra sociedad no tiene que perder lo que somos capaces de ofrecer los científicos: por eso está aquí este servicio", subraya Cid, que concluye: "Vivimos con una estrella, y hay que aprender a convivir con ella, especialmente en la actualidad, donde nuestra tecnología cada vez es más sensible a las emisiones solares".