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Se equivoca Messori el 17 de mayo de 2008 sobre el complejo de inferioridad tan typical spanish, que no hispánico

Se equivoca Messori, el complejo de inferioridad tan typical spanish, que no hispánico, no es porque España esté en la periferia espacial, que no esencial de la Europa de la Cristiandad.

Como Messori sabe muy bien, el origen de Europa se produce por la cristianización de la civilización clásica grecolatina, ya recibida por los pueblos prerromanos, y la entrada de los pueblos bárbaros en esta civilización. Esta es la originaria y genuina Europa, los reinos de la Cristiandad.

Y la civilización de la europeidad de la Cristiandad está arraigada constitutivamente en los pueblos de España (Hispania) desde los orígenes fundacionales de dicha europeidad y con mucha mayor intensidad y extensión por la militancia y combatividad de España en su defensa en la Reconquista y en la resistencia frente al Imperio Islámico turco y frente a la revolución protestante, mientras la extendía por las Indias de América, Asia, África y Oceanía.

El europeísmo, en cambio, es contrario a la Europa de la Cristiandad por estar cimentado en el laicismo liberal y socialista. "Occidente" es la suplantación de la Cristiandad por la implantación en ella del laicismo, liberal y socialista.

En esto sí que acierta Messori. Cuando dice que la ideología de Occidente es el laicismo. Aunque se hace ilusiones con que es el laicismo del siglo XIX y que hoy es anacrónica su radicalización. Por desgracia, como él lamenta constantemente, lo políticamente correcto en el siglo XXI en Occidente es un laicismo mucho más radical que el decimonónico. Las nuevas vueltas de tuerca no han sido sólo las de R. Zapatero. Lo han imitado y superado en muchos países. Al destronado Emperador de Austria y rey de Hungría, el beato Carlos I de Austria, le exigían, tras la Primera Guerra Mundial, para recuperar el trono de Hungría que aceptase el matrimonio civil y el divorcio en la legislación. En 2015, lo que exige Occidente es ya la aceptación por la legislación civil de matrimonios entre personas del mismo sexo, como constata la Declaración final del Sínodo de 2015 sobre la familia:
"El Sínodo considera en cualquier caso del todo inaceptable que las Iglesias locales padezcan presiones en esta materia [la homosexualidad] y que los organismos internacionales condicionen las ayudas financieras a los países pobres a la introducción de leyes que instituyan el "matrimonio" entre personas del mismo sexo".
"Il Sinodo ritiene in ogni caso del tutto inaccettabile che le Chiese locali subiscano delle pressioni in questa materia e che gli organismi internazionali condizionino gli aiuti finanziari ai Paesi poveri all’introduzione di leggi che istituiscano il “matrimonio” fra persone dello stesso sesso".
(Declaración final del Sínodo, 24.10.2015, nº 76).

A este europeísmo sí que somos los últimos en llegar; en la Europa del europeísmo sí que somos unos advenedizos. En esto sí que hay que hacerlo todo por puntillo, por aparentar que somos más europeos europeístas que nadie. Al europeísmo contrario a la Europa de la Cristiandad sí que hemos llegado tarde, mal y nunca; España más que nadie en Europa.

El contraste más que paradójico entre el afán por demostrar que se es europeo y la pertenencia de España a Europa desde sus orígenes en la cristianización de los pueblos romanizados, se resuelve en el hecho histórico de que la Europa a la que pertenece España desde su origen y como una de las fundadoras es la Europa de la Cristiandad, y no la Europa del europeísmo.

La Hispanidad es la extensión por España (Hispania) y las Indias de esta europeidad de la Cristiandad, que en España es mucho más intensa por su militancia y combatividad. Triplemente potenciada en intensidad la pertenencia de España a la Europa de la Cristiandad en las Navas, en Mühlberg y en Lepanto, y exponencialmente aumentada al extenderla ecuménicamente por las Indias de Oriente y de Occidente. Y prolongada a ultranza en las guerras antiliberales del XIX y en la Cruzada de 1936. Y la que triunfará en el futuro.

Tras la ruina del europeísmo y de todo laicismo radical y moderado vendrá traida por Cristo la Cristiandad universal futura y en ella la Hispanidad futura.

Tras la ruina del imperio de Satanás producida por la segunda venida de Cristo, vendrá el Reino de Cristo en el que Él reinará pese a todos los que se le oponen, como Él mismo prometió:

«¡Reinaré, a pesar de mis enemigos y de todos los que a ello querrán oponerse
(Santa Margarita Mª de Alacoque: Autobiografía, 92; Carta de 1689 al Padre Croisset; Carta de 1690).

«Reinaré en España y con más veneración que en otras partes».
(Jesús al beato Bernardo de Hoyos en la acción de gracias de la misa del jueves, 14 de mayo de 1733, fiesta de la Ascensión).

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Vittorio Messori dijo en La Razón y en Religión en Libertad (17.05.2008): "Yo en el zapaterismo veo mucho provincianismo. Aparece un complejo de inferioridad hispánico. España, junto a Rusia, son los extremos de Europa, han sido la periferia geográfica e históricamente. Por ello España siempre ha tratado de ser más europea que los europeos. Así, lo políticamente correcto, que es la ideología de Occidente, aquí se radicaliza porque se quiere ser más europeo que en Europa. Zapatero, pobrecito, ha oído ciertas cosas de la cultura europea, y en ese complejo de inferioridad, quiere ser superior a los maestros. Se inspira en el laicismo francés del XIX y lo radicaliza. Y hoy es un anacronismo. Los inventores del laicismo francés se avergonzarían de lo que está haciendo Zapatero".