.......HISTORIA UNIVERSAL.....Las declaraciones de Solzenitsin en España en 1976...INDEX.
Juan Pablo I admiraba a Solzenitsin y lo demostró al publicarse Archipiélago Gulag y se hizo enseguida una idea del Concilio Vaticano II en la "hermenéutica de la continuidad"
ReL 5 julio 2012
Al tiempo que la positio de la
beatificación de Juan Pablo I está a punto de ser concluida,
se ha publicado en Italia una exhaustiva obra sobre el Papa Albino
Luciani (1912-1978), uno de los Pontificados más breves
de la Historia: los 33 días que transcurren entre su elección
el 26 de agosto y su muerte imprevista el 28 de septiembre.
La biografía, de 734 páginas, se titula Juan
Pablo I. Albino Luciani, su autor es Marco Roncalli y
L´Osservatore Romano de este jueves le dedica un
extenso artículo donde destaca algunos momentos de la vida del
que sería patriarca de Venecia antes de convertirse en el obispo
de Roma.
En apoyo a Solzenitsin
Entre ellos, la firmeza de su anticomunismo en una época en la
que era muy difícil en Italia adoptar esa posición. Ya en la
posguerra, Luciani no se apuntó al fácil antifascismo con Benito
Mussolini muerto, y teológicamente mantuvo una línea tomista
clásica que le llevó, por ejemplo, a criticar la
filosofía de Antonio Rosmini (1797-1855),
entonces y ahora objeto de discusión, cuando leyó su tesis en
la Pontificia Universidad Gregoriana. Y en 1967,
siendo obispo de Vittorio Veneto, escribió para sus sacerdotes
un Pequeño Syllabus (a
ejemplo del que promulgó Pío IX en 1864) con una síntesis de
los errores contemporáneos en materia de fe.
"En la experiencia de postguerra maduró un
anticomunismo que le acompañó toda la vida",
afirma el articulista de L´Osservatore Romano, Roberto
Pertici. Y aporta un dato concluyente, extraído de la
biografía de Roncalli.
El 20 de diciembre de 1973 se publicó en París
Archipiélago Gulag, de
Alexander Soljenitsin, Premio Nobel de Literatura en
1970. Enseguida se tejió en torno a esa obra una red de silencio
y boicot -por lo demás totalmente ineficaz, pues el libro fue un
best seller en todo el mundo- por parte de la izquierda
en los países occidentales. Pues bien, al patriarca de Venecia,
hombre de extraordinaria curiosidad intelectual y sentido
periodístico, le faltó tiempo para hacerse con un ejemplar,
leerlo y recomendarlo públicamente. Fue apenas
diez días después de la salida del libro, en su homilía
del 31 de diciembre. Algo que no vieron nada bien
incluso quienes en el seno de la Iglesia hacían el juego a la
campaña contra el texto del disidente ruso.
Año y medio después, el 18 de junio de 1975, tres días
después de unas elecciones administrativas que habían supuesto una
gran victoria del Partido Comunista de Italia, volvió a
citar Archipiélago Gulag en una carta pastoral: "Nos
falta conciencia de la situación real", lamentaba
en una época en la que todavía había quien negaba la evidencia
de la represión comunista.
Y en 1977, apenas un año antes de ser elevado al solio
pontificio, el cardenal Luciani ayudó a una reunión de
disidientes socialistas críticos con la Unión
Soviética que tuvo lugar en Venecia.
Ante el Concilio, continuidad sin ruptura
Según la biografía de Marco Roncalli, el futuro Juan
Pablo I tenía también una idea propia del Concilio Vaticano II,
que L´Osservatore Romano sitúa en línea de la "hermenéutica
de la continuidad" de Benedicto XVI.
Eso no era sencillo de aplicar en aquellos años, y el patriarca
de Vencia tuvo problemas "en las relaciones con el clero de
la ciudad y con algunos ambientes intelectuales". Roncalli
se pregunta si al cardenal Luciani se le apagaron, en torno a
1969, los entusiasmos del Concilio. Pero concluye que no
fue él quien cambió, sino el contexto histórico, que
pasó del "reformismo" de la primera mitad de los
sesenta al "radicalismo" de la segunda mitad del
decenio.
Ante esa ola, Luciani permaneció firme y apegado a la sencillez
y simplicidad en la transmisión de la fe que
caracterizaron al llamado "Papa de la sonrisa".