NOTICIAS..A los 5 años de la muerte de Sor Lucía; un artículo de Monseñor Munilla. Un intento de interpretación del tercer secreto de Fátima por Ratzinger en 2000...Enseñanzas pontificias...Textos . Fátima...INDEX

Muere, a los 97 años, sor Lucía, la última superviviente de los pastorcillos de Fátima

ABC. Lunes, 14.02.2005. JESÚS BASTANTE/BELÉN RODRIGO/

MADRID/LISBOA. «No ofendan más a Dios, que ya está muy ofendido», anunciaba al mundo sor Lucía de Fátima hace unos años, con motivo de la publicación de su libro sobre las«llamadas del mensaje de Fátima». Era la misma frase con que se había revelado, en octubre de 1917, la Virgen María en su última aparición a los tres pastorcillos en Cova de Iría (Portugal).

Lucía, celosa guardiana del tercer secreto -finalmente revelado en mayo de 2000 por Juan Pablo II tras la beatificación de sus dos primos, Francisco y Jacinta Marto-, fallecía ayer a los 97 años de edad, después de una vida consagrada a la oración y fuertemente marcada por la relevancia del santuario mariano de Fátima, que la misma Virgen le mandó construir. Sus restos mortales estarán depositados, mañana, en la catedral de Coimbra, donde tendrán lugar las honras fúnebres por una de las personalidades católicas más relevantes de este siglo.

Lucía de Jesús había nacido el 22 de marzo de 1907 en Aljustrel, un poblado perteneciente a la parroquia de Fátima. Con apenas 10 años, siendo una niña analfabeta, la Virgen se le apareció en diversas ocasiones en esa misma localidad portuguesa junto a sus primos. La primera de estas apariciones tuvo lugar el 13 de mayo de 1917. En aquél día, según el relato de sor Lucía, una «Blanca Señora» les dijo: «No tengáis miedo, yo no os hago daño». Fue la propia Lucía la que preguntó a la visión «¿de dónde eres?», a lo que la Virgen respondió: «Soy del Cielo».

Durante los siguientes seis meses, Santa María continuó apareciéndose a los niños. El 13 de junio, la Virgen anunció que se llevaría pronto a Jacinta y a Francisco, pero que Lucía tendría que permanecer aún «por un tiempo» en la tierra. Francisco falleció en 1919, y su hermana Jacinta apenas un año después. Tras la muerte de Francisco y Jacinta, Lucía de Jesús tomó los hábitos bajo el nombre de María Lucía de los Dolores. De los tres niños, ella fue la única capaz de escuchar lo que la Virgen tenía que decirles. Mensajes que escribió después en un diario. En 1948 ingresó en el Carmelo de Santa Teresa en Coimbra, tomando el nombre de María Lucía del Corazón Inmaculado. En el día 1 de mayo de 1949 hizo sus votos solemnes. Desde esa fecha, Sor Lucía vivó en ese viejo monasterio, donde dedicaba su vida a la oración y la meditación.

Secretos revelados a los Papas

En otras apariciones, Santa María mostró a los niños la visión del infierno y les pidió que se construyera una capilla en aquel lugar, que hoy es uno de los mayores santuarios de la Cristiandad, donde cada año acuden centenares de miles de fieles a implorar a la Virgen. A su vez, la Madre de Dios hizo partícipes a los pastorcillos de tres secretos. Los dos primeros -el fin de la Primera Guerra Mundial (y el advenimiento de la Segunda) y la conversión de Rusia- se hicieron públicos en 1942, mientras que el último de ellos, que sor Lucía únicamente reveló en vida a los Pontífices -Pío XII, Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II-, se hizo público el 13 de mayo de 2000, con motivo de la beatificación de los primos de la religiosa.

Según todas las interpretaciones, se trataba del atentado que Juan Pablo II sufrió en Roma el 13 de mayo de 1981. El escrito que sor Lucía remitió a las autoridades vaticanas en 1944
decía lo siguiente: «Un obispo vestido de blanco... que caminaba hacia la Cruz entre los cadáveres de los mártires, y caía como muerto bajo disparos de arma de fuego». En aquel atentado, el Papa estuvo a punto de morir bajo los disparos del terrorista turco Alí Agca.

En el momento de anunciar al mundo el contenido del tercer secreto, el secretario de Estado vaticano, cardenal Angelo Sodano aclaró que, «según la interpretación de los «pastorinhos», aclaración confirmada recientemente por sor Lucía, el obispo vestido de blanco que ora por los fieles es el Papa. También él, caminando con fatiga hacia la cruz entre los cadáveres de los martirizados, cae a tierra como muerto, bajo los disparos de arma de fuego».

En su primera visita al santuario de Fátima, un año después del atentado, Juan Pablo II depositó la bala que casi termina con su vida en la corona de la Virgen, donde permanece engarzada.

Las reacciones a la muerte de la vidente de Fátima no se han hecho esperar. Así, El Obispo de Coimbra, Albino Cleto, acompañó durante las últimas horas a la hermana Lucía y una vez hecha pública su muerte agradeció a Dios «haberme providencialmente llamado al Carmelo para poder asistir a la muerte de la Hermana Lucía, acompañada de sus hermanas, por el equipo médico y por el Obispo que encomendó su alma al Creador. La hermana partió en una enorme paz».

Sobre su estado de salud el Obispo de Coimbra refirió que desde hace unas semanas estaba muy debilitada y no salía de su cuarto y acerca de su persona dijo ser «un ser de profundísima Fe, muy brillante y enormemente interesada en avanzar en su conocimiento de las cosas de Dios». Durante los últimos años de su vida, estuvo ciega y prácticamente sorda.

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Funeral de Sor Lucía en la catedral de CoimbraFuneral de sor Lucía

Agencias/Coimbra ABC. Martes, 15.02.2005.

Fue el martes, 15.02.2005, en la catedral de Coimbra.

Sor Lucía, última sobreviviente de los tres pastores que dijeron ver a la Virgen María en Fátima en 1917, falleció el domingo, 13.02.2005, a los 97 años.

Los fieles, con ramos de flores o pañuelos blancos en sus manos, se reunieron espontáneamente frente a la puerta de la catedral, rezando a coro el Ave María mientras aguardaban su turno para ingresar al templo y desfilar ante el ataúd de la religiosa.

La catedral se encuentra a pocas decenas de metros del barrio de la Universidad de Coimbra, la más célebre de Portugal y una de las más antiguas del mundo.

Los tres principales canales de televisión del país, que modificaron su programación habitual, transmitían en directo desde la puerta de la catedral con enviados especiales que presentaron desde primera hora un verdadero desfile de invitados.

Tras una misa privada realizada por la mañana en el convento de las Carmelitas, los restos de Sor Lucía, fallecida el domingo, 13.02.2005,
a los 97 años, fueron trasladados a la catedral de Coimbra, lugar de sus exequias.

El 13 de mayo de 1917, tres niños, la hermana Lucía, cuyo verdadero nombre era Lucía de Jesús dos Santos, y sus primos Francisco y Jacinta Marto, aseguraron que habían visto a la Virgen María en un lugar llamado Cova da Iria, en Fátima. El fenómeno se repitió el 13 de cada mes hasta octubre del mismo año. La hermana Lucía afirmó que era depositaria de un "secreto" transmitido por la Virgen. En 2004, el santuario de Fátima, importante centro de culto y peregrinación construido en el lugar de las apariciones, atrajo a 3'75 millones de peregrinos. Portugal observó el martes una jornada de duelo nacional por la muerte de la religiosa.

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Miles de portugueses despiden a Sor Lucía de Fátima

LA NACIÓN. Martes, 15.02.2005.

Miles de personas llegadas de remotos lugares de Portugal hicieron cola toda la noche para rendir el último homenaje a la fallecida sor Lucía, última sobreviviente de los tres niños pastores de Fátima, cuyo funeral se celebra hoy, martes, 15.02.2005, en la catedral de Coimbra, en una jornada de luto nacional.

Largas filas de personas, que rezaban el rosario o caminaban en silencio, se formaron desde el lunes en torno al Carmelo de Santa Teresa, convento de Coimbra donde dejó de existir el domingo, 13.02.2005, a los 97 años, la monja más famosa de Portugal.

Muchos de los fieles participaron un día después del deceso en dos eucaristías oficiadas en Coimbra, ciudad donde pasó los últimos 48 años la religiosa como carmelita y de la salió sólo ocasionalmente para solemnes actos en Fátima, como las visitas del Papa al Santuario.

El obispo de Coimbra, Albino Cleto, que acompañó a sor Lucía en sus últimos instantes, dirigió una vigilia de oración en la capilla del convento carmelita, mientras las personas en fila rodeaban el templo para ver por última vez a distancia a quien muchos portugueses consideran ya santa.

Muchos más desean asistir a las exequias de la vidente, cuyos restos serán llevados a las 11.00 hora local y GMT a la Catedral de Coimbra, donde horas después se celebrará el funeral previo a la inhumación en el claustro del Carmelo.

En una jornada declarada de luto nacional, que ha conseguido frenar en su recta final la campaña para las elecciones legislativas del próximo domingo, otros miles de ciudadanos seguirán por televisión los actos.

Por deseo expreso de la religiosa, nacida en Aljustrel, aldea cercana a Fátima, y bautizada como Lucía de Jesus dos Santos, sus restos permanecerán un año en el convento carmelita y sólo después serán conducidos al lugar que tiene reservado junto a sus primos, Francisco y Jacinta Marto, en el Santuario más visitado de Portugal.