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Sudán del Sur llega a la libertad el 9 de julio de 2011

El Sudán del Sur cristiano nace en 2011 libre ya de las persecusiones de los musulmanes

Nace en 2011 la República de Sudán del Sur con un 60% de cristianos

DN EFE. Juba, sábado, 9/07/2011

La región de Sur de Sudán se convirtió este sábado, 9/07/2011, en un Estado independiente con una gran celebración en Juba, la capital, a la que asistieron más de 3.500 invitados, entre ellos el presidente de Sudán, Omar Hassan al Bashir. Más del 99 por ciento de los sursudaneses decidieron separarse del resto de Sudán en el referéndum celebrado el pasado mes de enero, previsto en el acuerdo de paz que firmaron Jartum y Juba en 2005.

Ese acuerdo puso fin a una guerra civil (1955-2005) por motivos étnicos, religiosos, ideológicos y económicos (por el petróleo) que se cobró la vida de unos dos millones de personas y provocó el desplazamiento de cuatro millones.

Aunque Sur de Sudán será un país rico en petróleo, también será una de las naciones menos desarrolladas del mundo a causa del largo conflicto. Su independencia elevará a 54 el número de Estados en África y a 193 el número de países en todo el mundo. Abrirá 34 embajadas y consulados que podrían llegar a ser 50 dentro de un tiempo.

Las celebraciones comenzaron a partir de la medianoche de este viernes (las 23.00 horas en la España peninsular) en torno al reloj que marcaba la cuenta atrás en el centro de Juba y que mostraba un mensaje con la frase "Libres por fin". Según la cadena británica BBC, las emisoras de radio han estado retransmitiendo en los últimos días el himno de Sur de Sudán.

El presidente de Sur de Sudán, Salva Kiir; el de Sudán, Omar Hassan al Bashir; y el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, pronunciaron discursos durante la ceremonia de independencia, que se celebró en el lugar donde está enterrado John Garang, el líder de los rebeldes sursudaneses que firmó el acuerdo de paz con Jartum.

Durante el acto se leyó la "Proclamación de la Independencia de Sur de Sudán", se arrió la bandera de Sudán y se izó la nueva bandera de Sur de Sudán.

El Parlamento de Sur de Sudán aprobó el miércoles por la noche la nueva Constitución, que estará vigente durante el periodo de transición, según ha informado el portavoz del Gobierno.

Kiir promulgó este sábado la Carta Magna, criticada por algunos que consideran que otorga demasiado poder al presidente y favorece un sistema de partido único, y luego juró su cargo como presidente para un mandato de cuatro años.

PRESENCIA DE AL BASHIR

Al anunciar esta semana su viaje a Juba para participar en los festejos en el nuevo país, Al Bashir aseguró que apoyará al nuevo Estado y expresó su deseo de que sea "seguro y estable".

"Bendecimos a nuestros hermanos del sur por su nuevo país y les deseamos éxito", declaró el presidente, que firmó el acuerdo de paz de 2005 con el Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán (SPLA), que entonces era un grupo rebelde y ahora es el Ejército de Sur de Sudán.

Sin embargo, dejó claro que para que ambas partes mantengan una "relación fraternal", tendrán que mantener la seguridad en las fronteras y no entrometerse en los asuntos del otro país.

CUESTIONES PENDIENTES


Sudán y Sur de Sudán aún tienen que arreglar varias cuestiones pendientes, como la definición de la nueva frontera -aún no se ha decidido a qué país pertenecerá Abyei- o el reparto de las deudas y las reservas de petróleo.

Según varios analistas, para Jartum la prioridad es negociar un acuerdo que le sea favorable sobre los ingresos obtenidos de la venta del petróleo, ya que la mayoría de los yacimientos están en el sur. Actualmente se reparten esos ingresos a partes iguales.

El nuevo Estado se quedará con cerca del 75 por ciento de las reservas petroleras de lo que todavía es Sudán, privando a Jartum de más de una tercera parte de los ingresos nacionales por la venta de petróleo, según indicó el ministro de Finanzas del norte el mes pasado.

Sin embargo, el petróleo del sur se exporta a través de los puertos del norte, y Jartum ha dicho que podría impedir su circulación por los oleoductos si Sur de Sudán no paga lo que le pide. Las autoridades sursudanesas han asegurado que podrían vivir de los créditos y que utilizarían sus reservas petroleras como aval si Jartum cumpliese su amenaza.

También tendrán que abordar el tema de la ciudadanía. Según la emisora pública Sudan Radio, la ciudadanía de los sursudaneses que viven en el norte ha sido revocada. Esta semana, miles de funcionarios sursudaneses que trabajaban en el norte tuvieron que dejar su empleo debido a la secesión.

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Un nuevo estado en el que los cristianos son el 60% de la población

Efe/InfoCatólica 10/07/11

Sudán del Sur proclamó ayer su independencia en una solemne y larga ceremonia a la que asistieron una treintena de jefes de Estado y responsables de organismos internacionales en la que no se evitaron referencias a las dificultades que tendrán que asumir sus autoridades para levantar desde la nada al nuevo país. Se trata de un nuevo estado en el que los cristianos son mayoría, con el 60% de la población. A la ceremonia asistió una amplia delegación católica enviada por el Papa Bendicto XVI.

() “Hemos esperado 56 años y este es un sueño hecho realidad” aseguró el presidente del Sudán del Sur, Salva Kiir Mayardit, en el acto de proclamación celebrado en Yuba, la capital del nuevo país, en el que también juró su cargo al frente del Gobierno y la nueva Constitución que regirá a sus ciudadanos.

Mayardit tuvo un emocionado recuerdo para los 2,5 millones de muertos que han provocado las dos sangrientas guerras civiles que los sudaneses del sur han librado con sus vecinos del norte, algo que, según subrayó, “hemos perdonado, pero no olvidaremos.”

“Ahora tenemos en nuestras manos la responsabilidad de nuestro futuro”, agregó Mayardit desde el estrado en el que minutos antes, el presidente de Sudán, Omar Al Bashir, confirmaba que su país reconoce la secesión del sur y le brindaba su apoyo para entrar a formar parte de organismos internacionales como las Naciones Unidas.

Al igual que Mayardit, Bashir apostó por el diálogo entre ambas naciones para resolver las diferencias que aún persisten y que no han sido resueltas con el acuerdo de paz firmado en 2005 y que han permitido la independencia de los diez estados que desde hoy forman Sudán del Sur.

Precisamente el control, aun no definido, sobre el distrito fronterizo de Abhey y la vecina región de Kodofán del sur, donde se concentran los recursos petroleros de la zona, enfrentan aun a los dos Sudán y mantiene abierto el riesgo de una nueva guerra entre ambos.

“Es un gran día, ha habido mucha sangre en este país pero estamos en el sendero de la libertad” reconocía a EFE Tereza Athian una de las muchas asistentes que rompieron a llorar también cuando se escucharon las notas del nuevo himno del país.

“Tenemos que recordar a la gente que se ha ido, pero su sacrificio no ha sido en vano. Ahora, la esperanza de construir un nuevo futuro nos tiene que unir a todos”, dijo Naomi Addhien, otra de las asistentes.

El respaldo de la comunidad internacional a las secesión del sur sudanés se hizo evidente con la asistencia a los actos celebrados en Yuba de delegados de 70 países y casi una treintena de jefes de Estado, la mayoría de ellos de África. El Papa Benedicto XVI envió una delegación encabezada por el cardenal John Njue, arzobispo de Nairobi y presidente de la Conferencia Episcopal de Kenia, el nuncio apostólico en Sudán, Mons. Leo Boccardi, y el secretario de la nunciatura apostólica en Kenia, Mons. Javier Herrera Corona.

La República de Sudán del Sur es el primer Estado surgido en el siglo XXI y será el 193 de las Naciones Unidas el número 54 de África, un continente que no había vivido un proceso similar desde la secesión de Eritrea de Etiopía en 1993.

Las esperanzas de desarrollo de los sudaneses del sur, dedicados ahora mayoritariamente a la agricultura están puestas en la explotación de sus recursos petrolíferos y de otros productos como el zinc, el acero, el cromo, la plata y el oro para lo que necesitan ayuda exterior.

El río Nilo que cruza el país, devastado por dos guerras civiles, es también un potencial fuerte de riqueza relacionada con los recursos hidroeléctricos y el turismo de aventura , el nuevo país cuenta con una extensión de parques naturales vírgenes y una gran variedad fauna que su gobierno compara con las que tienen Kenia o Tanzania.

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Sudán del Sur tiene el mayor ecosistema de sabana con una migración en masa de herbívoros

ROMA, martes 12 de julio de 2011 (ZENIT.org). Por Paul De Maeyer. [Traducción del italiano por Carmen Álvarez]

En una atmósfera casi de estadio - alguno incluso hacía sonar las vuvuzelas (las ruidosas trompetas de plástico del Mundial de fútbol 2010 de Sudáfrica), como ha destacado Avvenire.it -, Sudán del Sur vivió el pasado 9 de julio el tan esperado día de su independencia de Sudán, convirtiéndose oficialmente en el país nº 54 del continente africano y en el nº 193 del mundo.

En la solemne ceremonia, que se celebró en la capital Juba, en el mausoleo del líder independentista John Garang, que murió en un accidente de helicóptero en julio de 2005, participaron decenas de miles de personas, formando según la Neue Zürcher Zeitung (9 de julio), la más numerosa concentración humana jamás vista en la ciudad situada en las orillas del Nilo Blanco.

La celebración comenzó con las oraciones leídas por dos líderes religiosos, uno musulmán y el otro cristiano, monseñor Paulino Luduku Loro. “Que Dios dé alegría a todos nuestro pueblo”, así rezó el arzobispo católico de Juba, que quiso recordar a todos los que “nos han expresado su solidaridad durante los largos años de guerra” y pidió además, un “nuevo entendimiento” entre el Norte y el Sur (Agence France-Presse, 9 de julio).

El culmen del evento llegó cuando se recogió la bandera sudanesa y se izó la de la República de Sudán del Sur, que después de Eritrea (1993), es la segunda nación africana nacida de una secesión. La independencia de Juba fue precedida por una larga y sanguinaria guerra civil entre el norte musulmán y el sur animista y cristiano que, explotando en 1955, duró (con un pausa de 1972 a 1983) hasta la firma del Acuerdo General de Paz (CPA en acrónimo inglés), que se realizó el 9 de enero de 2005 en la capital de Kenya, Nairobi, entre el presidente sudanés, Omar Hassan al-Bashir y los rebeldes del Movimiento/Ejército Popular para la Liberación del Sudán (SPLA/M) de Garang.

Se calcula que la segunda fase de la guerra civil -la más cruenta- hay causado casi 2 millones de víctimas y más de 4 millones de desplazados. “Nuestros mártires no han muerto en vano”, destacó el presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir Mayardit, dirigiéndose a la multitud (BBC, 9 de julio). “Hemos esperado más de 56 años para este día. Es un día que se quedará grabado en nuestros corazones y nuestras mentes”, continuó el ex jefe rebelde, que llevaba su ya característico sombrero negro de cowboy.

El primer país en reconocer el mismo viernes a Sudán del Sur fue el mismo Sudán. Según la agencia Reuters (9 de julio), se trata de un gesto de buena voluntad de parte del régimen de Al-Bashir, sobre cuya cabeza pende todavía una orden internacional de captura emitida por el Tribunal Penal Internacional (ICC) de La Haya (Holanda) por crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos en Darfour entre el 2003 y el 2004. Al- Bashir participó además, en la ceremonia de independencia. “Nos alegramos con nuestros hermanos del sur por la creación de su nuevo Estado. Compartimos su alegría y su fiesta. La voluntad de la gente del sur debe ser respetada”, dijo el hombre fuerte de Jartum, que pidió a los Estados Unidos levantar las sanciones contra su país(BBC, 9 de julio):

Por su parte, el presidente americano Barack Obama afirmó en una nota estar “orgullosos de declarar que los Estados Unidos reconocen formalmente a la República de Sudán del Sur como un Estado soberano e independiente” (Reuters, 9 de julio). Para la Casa Blanca, la jornada del sábado “nos recuerda que después de la oscuridad de la guerra, la luz de un nuevo amanecer es posible”. Obama lanzó a su vez, un llamamiento a Jartum de si continúa por el camino de la paz, “el gobierno de Sudán puede redefinir su relación con la comunidad internacional y asegurar un futuro más próspero para su pueblo”.

También Egipto ha reconocido a la nueva nación africana. Lo anunció el ministro de exteriores del Cairo, Mohammed el-Orabi. Como explica la agencia Reuters (8 de julio), el gobierno egipcio siguió el proceso de secesión con preocupación a causa de la cuestión de la separación de las aguas del Nilo, que provee el 90% de las necesidades hidráulicas del país. Mientras que seis países de la cuenca del Nilo firmaron el año pasado un acuerdo sobre la redistribución de sus aguas, que eliminaba algunos privilegios concedidos a Egipto en la época colonial, la independencia de Sudán del Sur, que se convierte en el país nº11 de las orillas del Nilo, podía complicar la situación.

Todos están de acuerdo en que con la independencia comienza el verdadero trabajo para Juba. Los retos que esperan al país -uno de los más pobres del mundo, tan grande como España y Portugal juntas- son enormes. El primer desafío es el de la seguridad, no sólo la exterior -como sugieren la crisis en la disputada región de Abyei y la violencia en el Estado sudanés de Kordofán del Sur- sino también la interior. Sobre el terreno de Sudán del Sur actúan al menos, siete movimientos de rebeldes, que según Juba están financiados por Jartum. Para muchos expertos, el verdadero enemigo de Sudán del Sur se esconde, de hecho, dentro del país, y son la corrupción y las divisiones étnicas.

En el frente de la seguridad hay, de todas maneras, alguna buena noticia. El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el pasado viernes 8 de julio la misión UNMISS (United Nations Mission in the Republic of South Sudan), que prevé el envío de 7.000 cascos azules y 900 policías. “Se trata de una fuerte señal de apoyo a Sudán del Sur”, afirmó el embajador de Alemania, Peter Wittig, que este mes asume la presidencia del organismo (Reuters, 8 de julio).

Luego están los espinosos asuntos de las fronteras con Sudán, la deuda sudanesa y sobre todo el del petróleo. Mientras que la mayor parte de los yacimientos sudaneses (al menos el 75%) se encuentran en el territorio del sur, la infraestructura para la exportación del oro negro (en particular el Gran Oleoducto del Nilo y el puerto comercial de Port Sudan) se han quedado en las manos de Jartum). Pero aunque Sudán del Sur se verá obligado a llegar a un acuerdo con el Norte, todo indica que para su desarrollo económico necesitará sobre todo, ayuda de sus vecinos Etiopía, Kenya y Uganda.

Como recuerda Reuters (6 de julio), Sudán del Sur es, de hecho, el principal destinatario de las exportaciones ugandesas, que según Uganda Exports Pormotions Board llegaron, en 2009, a un volumen de 184'6 millones de dólares. EN el mismo años. Kenya exportó bienes y servicios por 157'7 millones de dólares hacia Juba. Según un informe del centro de consulta Frontiers Economics, una posible reanudación de la guerra en Sudán del Sur costaría a sus vecinos hasta el 34% de su PIB combinado durante un periodo de 10 años. Juba es, además, el candidato más probable para convertirse en miembro de la Comunidad de África Oriental (EAC), si los actuales estados miembros (Burundi, Kenya, Ruanda, Tanzania y Uganda), decidiesen ampliar este grupo.

Para su desarrollo, Juba tiene, quizás, un sorprendente as en la manga: podría convertirse en un destino para los amantes del safari. Como recordó el periódico español El mundo (10 de julio), en Sudán del Sur se esconde un Serengeti “secreto”. Exploradores de la sociedad zoológica de Nueva York (Wildlife Conservation Society o WCS) y del National Geographic descubrieron en 2006 una gran migración en masa de herbívoros casi mayor que la de famoso Parque Nacional del Serengeti, en Tanzania. En esta migración participaron hasta 1'4 millones de antílopes y otros herbívoros, entre ellos el cobo de oreja blanca, el antílope alcino y el órice beisa. Junto con el oeste de Etiopía, la zona de Sudán del Sur donde se ha verificado esta migración, forma, según El Mundo, el mayor ecosistema de sabana todavía intacto de toda África.

Mientras tanto, la prioridad absoluta es la creación -casi de cero- de un sistema sanitario y educativo. Con una población igual a la de Milán y Roma juntas -observa Il Corriere della Sera (9 de julio)- el nuevo país africano tiene menos de 499 chicas diplomadas en la escuela superior. Para ayudar en este colosal desafío, las autoridades de Sudán del Sur -un país donde un niño sobre diez muere antes de cinco años y una mujer sobre diez muere durante o después del parto- hay 400 ONG activas además de la Iglesia católica. Este años la diócesis de Torit pretende, por ejemplo, dedicar 9 millones de dólares a proyectos de desarrollo (La Croix, 1 de abril).

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Sudán del Sur fue acogido como el miembro 193 por las Naciones Unidas y el observador de la Santa Sede ante la ONU transmite la bienvenida del Papa a

NUEVA YORK, viernes 15 de julio de 2011 (ZENIT.org)

El Papa Benedicto XVI envía sus abundantes bendiciones para el nuevo país africano, Sudán del Sur, y le desea un futuro de paz y de libertad, afirmó ayer en un comunicado el observador de la Santa Sede en las Naciones Unidas, monseñor Francis Chullikatt.

El nuevo país, nacido el pasado 9 de julio, fue acogido esta semana por aclamación por la Asamblea General de la ONU.

Monseñor Chullikatt quiso expresar el apoyo de la Santa Sede al nuevo Estado, y recordó que hubo una delegación vaticana en la ceremonia de inauguración, encabezada por el cardenal John Njue, arzobispo de Nairobi y presidente de la Conferencia Episcopal de Kenia, por el arzobispo Leo Boccardi, nuncio en Sudán, y por monseñor Javier Herrera.

“Con ocasión de la inauguración del nuevo Estado de Sudán del Sur, el Papa Benedicto XVI invocó las abundantes bendiciones del Todopoderoso sobre el pueblo y sobre el gobierno de la nueva nación, y les deseó que pueda avanzar en el camino de la paz, la libertad y el desarrollo”, afirmó monseñor Chullikatt.

Además, subrayó el compromiso de los católicos en el nacimiento del nuevo país africano: “en Sudán del Sur, con una considerable presencia de católicos, la Iglesia ha sido muy activa en el proceso de reconciliación nacional así como en las actividades para el desarrollo”.

La necesidad más urgente del nuevo Estado, subrayó el observador vaticano ante la ONU, es encontrar un lugar para los refugiados y desplazados, cuyo número se estima en unos 300.000.

Organizaciones eclesiales como Misereor y Caritas, afirmó, “están activamente comprometidas en suministrar asistencia humanitaria a la población”, así como “la jerarquía local y la conferencia episcopal de la región (AMECEA), junto con numerosas congregaciones religiosas”.

Contribución a la paz

Desde el comienzo, afirmó el prelado, los líderes eclesiales “han sido activos en el proceso de paz y, durante su visita de 1993, el beato Juan Pablo II condenó la violencia en el país y abogó por una solución constitucional al conflicto. En la firma del Acuerdo de Paz Global (CPA), los representantes de la Iglesia Católica, junto con otros líderes religiosos desempeñaron un papel vital”.

Entre los retos que afronta el nuevo país, destacó el de la “seguridad para las vidas y propiedades de los ciudadanos, las buenas relaciones con los países vecinos, mejorar los estándares sanitarios – especialmente en el caso de los enfermos de Sida – reforzar las instituciones educativas y planificar la reconstrucción y el desarrollo del país”.

“El camino desde la guerra civil hasta la paz necesita ordenarse y basarse en la justicia y la verdad. El largo viaje que ha costado la vida a las personas, largos sufrimientos, pobreza y humillaciones, puede convertirse en un camino de paz, libertad y desarrollo”, subrayó.

En este sentido, concluyó destacando el compromiso de la Iglesia en “subrayar la importancia del perdón y la reconciliación, que es esencial para una paz duradera, importante no sólo para el nuevo país sino también para toda la región”.