Los pronósticos del IPCC sobre el cambio climático no son válidos en un 80 por ciento

Libertad Digital. 22-02-2008

El último informe del IPCC sobre cambio climático afirma que existe un 90 por ciento de posibilidades de que el temible calentamiento del planeta se deba a la actividad del hombre. Sin embargo, un trabajo científico presentado en EEUU desmonta tal consideración: la probabilidad de que los pronósticos de la ONU sean científicamente falsos se eleva hasta el 79,1 por ciento.

LD (Manuel Llamas) El pasado mes de noviembre tuvo lugar en Valencia la 27 sesión plenaria del Grupo Intergubernamental de expertos en Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés) de la ONU. Los expertos que conforman el citado Panel, referente mundial en la lucha contra el denominado cambio climático, acordaron entonces el llamado Cuarto Informe de Evaluación (AR4), que sirvió de base para alcanzar posteriormente un principio de acuerdo a nivel global contra el calentamiento que sufre el planeta en la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático celebrado en Bali el pasado 15 de diciembre.   Tal reunión dio origen a una hoja de ruta para lograr un consenso en 2010 sobre la era post-Kioto, ya que el citado Protocolo internacional caduca en 2012. Este documento, aprobado en Valencia, concluye que existen evidencias científicas sobre el origen antropogénico del cambio climático que tanto alarma a los políticos y a la sociedad en general. Así, el AR4 afirma que la actividad humana está provocando un aumento de la temperaturas y que son necesarios recortes drásticos en las emisiones de los gases contaminantes del efecto invernadero para evitar drásticas olas de calor, inmensas pérdidas de hielo en los polos, así como devastadores aumentos del nivel del mar.   Pero, ¿en qué grado?. Es decir, ¿hasta qué punto hay certeza científica al respecto? El IPCC es rotundo al respecto: La mayor parte del aumento medio de temperaturas registrado en el planeta desde mediados del siglo XX es debido muy probablemente al aumento observado de gases de efecto invernadero producidos por la actividad humana”. Es decir, que la probabilidad de que tal afirmación sea verídica supera el 90 por ciento. O, lo que es lo mismo, que la posibilidad de que los pronósticos del IPCC sean falsos no alcanza siquiera el 10 por ciento.   La clave está en el grado de veracidad   Además, dicho documento añade que el calentamiento global es “inequívoco” y algunos de sus temidos efectos son “irreversibles”: La temperatura subirá entre 1,8 y 4 grados centígrados a finales de siglo; el mar subirá entre 18 centímetros y 59 centímetros y un 20 por ciento de las especies se verán abocadas a la extinción. El último informe del IPCC no deja, pues, lugar a dudas acerca del desolador panorama climático que está causando la actividad productiva del ser humano... ¿O sí?   Para poder valorar correctamente una afirmación de tal calibre es necesario conocer el denominado “Power”. Es decir, la verdadera validez del citado pronóstico. En este sentido, el análisis sobre el informe del IPCC elaborado por Scott Armstrong and Kesten C. Green: Global Warming: Scientific Forecasts or Forecasts by Scientists?, presentado el 13 Septiembre de 2007 ante el Congreso USA, ofrece una amplia visión sobre estos aspectos, tal y como recoge el blog desde el exilio.   Con el objetivo de evaluar la “capacidad científica de predicción” de una determinada teoría, ésta ha de cumplir un determinado conjunto de reglas aceptadas internacionalmente por la comunidad científica, conocidos como “principios de predicción”. Así, cuantos más de estos principios se cumplan, mayor es el poder de predicción de una teoría. Según el trabajo de Amstrong y Green acerca del grado de veracidad científica de las previsiones del IPCC, los pronósticos del 4AR se realizan basándose en sólo 89 de los 140 “principios de predicción” necesarios.   Sin embargo, lo más grave, es que de esos 89, al menos, 72 presentan violaciones o defectos más o menos severos. Es decir, que las predicciones del IPCC sobre el cambio climático apenas cumplen 17 condiciones científicamente necesarias para poder afirmar con solidez que un determinado pronóstico es fiable: el 12,1 por ciento del total de “principios de predicción” existentes (140).   Por otro lado, la relación entre los “principios” cumplidos (89) y los no cumplidos (72), muestra como resultado que tan “sólo el 19,1 por ciento de las afirmaciones que contiene el 4AR posee una auténtica validez científica”.   Y ello, teniendo en cuenta que el propio IPCC estima una probabilidad de cumplimiento del 90 por ciento. Así, incluso si los científicos de la ONU elevaran la probabilidad de sus pronósticos hasta el 100 por cien, las supuestas  predicciones climáticas del Panel Intergubernamental apenas alcanzarían una validez el 20,9 por ciento. Como resultado, la probabilidad de error de tales cálculos se eleva hasta el 79,1 por ciento.   Es decir, en base al trabajo de Amstrong y Green, la probabilidad de que las "muy probables" predicciones del IPCC sobre los efectos del calentamiento global por causa de la acción humana sean falsas alcanza el 79,1 por ciento".    De este modo, apenas existe un 20,9 por ciento de probabilidades estadísticas de que el IPCC lleve razón en su informe acerca del elevado grado de influencia del ser humano en el calentamiento del planeta. Y ello, desde un punto de vista estrictamente científico, en base al citado trabajo.

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LE RESPONDEN QUE "TUVIERON QUE HACERLO"

Un experto acusa al IPCC de falsificar los datos del nivel del mar

06-12-2007

Según informa el diario británico The Daily Telegraph, un reputado geólogo ha acusado al IPCC de falsificar datos sobre los niveles del mar. Nils-Axel Morner, que es el ex director del departamento de Paleogeofísica y Geodinámica de la Universidad de Estocolmo, ha citado varios ejemplos de lo que considera una manipulación. Uno de ellos fue reconocido por los propios expertos del IPCC. La relación de Naciones Unidas con la ciencia es controvertida, y de hecho ha reconocido recientemente que sacrificó el rigor científico en aras del alarmismo, en este caso en el terreno del SIDA.

LD (José Carlos Rodríguez) En una entrevista concedida a George Murphy, Nils-Axel Morner, especialista precisamente en niveles del mar, hace referencia a uno de los estudios avalados por el IPCC, que estudiaba el nivel del mar y las mareas en un punto de Hong Kong. Uno que, de acuerdo con este especialista, al ser un lugar de compactación de la sedimentación, "es el único que no deberías utilizar, como sabe cualquier geólogo".   Pero, al observar los datos, "entonces, la serie de datos que, en sus publicaciones" (en referencia al IPCC), "en su página web, describían una línea recta, de repente cambia bruscamente y muestra una línea de crecimiento muy pronunciada, de 2,3 milímetros al año, el mismo que la medición de las mareas. Y eso no parecía muy adecuado".   IPCC reconoce la manipulación   De hecho, según este científico, "parecía como si ellos hubiesen observado" algún tipo de dato que justificara ese cambio. "Pero ellos no observaron nada". De hecho era el gráfico original, "al que habían añadido un 'factor de corrección' que obtuvieron de las mediciones de las mareas". De este modo, este aumento del nivel del mar "no fue una observación, sino un dato introducido desde fuera".   Morner recuerda cómo pronunció su acusación contra la IPCC con la Academia Rusa de Ciencias como anfitriona. "Les dije: habéis introducido estos factores desde fuera, no es una observación". Y sigue: "Y ellos nos respondieron que tuvieron que hacerlo, ya que de otro modo no obtendrían ningún tipo de tendencia". Morner explica ese comportamiento porque ellos "saben" el resultado antes de realizar el estudio, al revés que el proceder científico, que diseña el experimento y las observaciones para descubrir más tarde los resultados.   "Expertos" que no lo son   El geólogo incide entonces en un punto muy revelador: "He sido un experto consultado por el IPCC en 2000 y el año pasado. La primera vez que lo leí", el informe del IPCC, "me quedé sobremanera sorprendido. En primer lugar, ellos tenían 22 autores, pero ninguno de ellos, ninguno, eran especialistas en niveles del mar. Les dieron esa misión porque prometieron que darían la respuesta correcta".   ONU: Alarmismo frente a ciencia   La relación de Naciones Unidas con la ciencia es más que controvertida. No es ya que el IPCC haya elegido una opinión científica, la más alarmista, y acallado otra. Es que en otros ámbitos también prefiere sacrificar el rigor científico con tal de provocar un mayor alarmismo, como ha reconocido la propia ONU en el caso de la epidemia del SIDA.   En una noticia de 20 de noviembre recogida por The Washington Post, "los principales científicos del SIDA de Naciones Unidas tienen previsto reconocer" que ellos "han sobreestimado el tamaño y el desarrollo de la epidemia, que ahora creen que se ha moderado en la última década.   "Tener millones de personas menos con una enfermedad contagiosa", sigue el diario, "es una buena noticia. No obstante, algunos investigadores se han quejado de que las afirmaciones exageradas de los informes de Naciones Unidas han corrompido las decisiones de patrocinio y han oscurecido las potenciales lecciones sobre cómo detener la extensión del VIH". El alarmismo de la ONU tendría, por tanto, un coste en vidas humanas.  Ello no quiere decir que no se produzcan beneficios, pero no para las potenciales víctimas, ya que "los críticos también han declarado que los funcionarios de Naciones Unidas exageraron la extensión de la epidemia para ganar apoyo político y financiero en la lucha contra el SIDA".