Aportaciones urgentes a la teología de la historia: el reino de Dios...Escritos 2022..... Escritos 2021....Artículos......Textos 2022 ....Textos 2021....Textos... ..Enseñanzas pontificias..Fátima....INDEX.

En Fátima la siempre virgen María, Madre de Dios, dijo:

"Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón".

El Inmaculado Corazón de la siempre virgen María, Madre de Dios, simboliza y expresa su personalidad centrada exclusivamente en la voluntad de Dios, viviendo y obrando en conformidad total con la voluntad divina, excluyendo por completo regirse por ella misma, descartando totalmente todo interés egoísta y centrándose puramente en el puro Amor de Dios, sobre todo en su Hijo e Hijo de Dios, el Verbo hecho carne y en el amor al prójimo, a todos los hombres, varones y mujeres, que tiene confiados como hijos por su Hijo; al ser Ella, la llena de gracia, reina y madre de misericordia.

En el evangelio aparece el Corazón de la siempre virgen María, guardando todas las cosas referidas a su divino Hijo. Primero en Belén, cuando el nacimiento de Jesús:

"Sucedió que cuando los ángeles, dejándoles, se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros:
«Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y el Señor nos ha manifestado».
Y fueron a toda prisa, y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, dieron a conocer lo que les habían dicho acerca de aquel niño; y todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les decían.
María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón".
(Lc 2,19)

Y en Nazaret, después de la pérdida y reencuentro del Niño Jesús en el Templo:

"Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón".
(Lc 2,51)

En la Biblia, el corazón significa el núcleo de la persona, el alma espiritual, la mente, con su voluntad unida al intelecto y con la autopresencia de la mente a sí misma. Es mencionado el corazón humano,
por ejemplo, aquí:

Di a la casa de Israel: Así dice el Señor Yahveh:
Os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu nuevo, quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Infundiré mi espíritu en vosotros y haré que os conduzcáis según mis preceptos y observéis y practiquéis mis normas.
(Ezequiel 36, 22;26-27).

La devoción al Inmaculado Corazón de María es no solamente el culto, no solamente es canalizar el culto a Dios por medio de María, no solamente es canalizar por medio del Corazón Inmaculado de María el culto al Corazón divino de Jesús, Hijo de María e Hijo de Dios, el Verbo hecho carne; sino que la devoción al Inmaculado Corazón de María es la entrega de la propia persona a Dios, por medio de María; la consagración de la propia persona al Corazón de Dios, al Corazón divino de Jesús, por medio del Inmaculado Corazón de María; vivir exclusivamente en conformidad con la voluntad divina, vivir solamente según Dios, aprendiendo de María a vivir así, puesto que, como dice san Luis María Grignion de Monfort, se aprende de esto mucho más y mejor en poco tiempo enseñados por María que por otros medios; y san Luis María lo sabía muy bien por experiencia. Esta devoción es la vida cristiana completa y en plenitud. La devoción al Inmaculado Corazón de María es vivir totalmente según Dios y para conseguirlo hacer todas las cosas con María, en unión con María, por María y para María; como decía san Luis María Grignion de Montfort, dándonos del todo a María y a Jesucristo por ella.

Canals explicaba al comienzo de la campaña iniciada en el Año Mariano de 1954, en el centenario de la promulgación del dogma de la Concepción Inmanculada de María que la revista Cristiandad de Barcelona había explicitado en su lema la devoción al Corazón Inmaculado de María para expresar la esperanza en su mediación para la venida a este mundo del Reinado del Corazón de Jesús:

«Desde 1.° de enero de 1952 [nuestra revista] menciona explícitamente la devoción al Corazón de María, expresando así según el sentir de la Iglesia tan insistentemente proclamado por Pío XII, su esperanza en la mediación de este Corazón Inmaculado y Maternal de la que, "porque es Reina del mundo", es "Madre de la divina gracia, Medianera de todas las gracias", para el advenimiento sobre este mundo del "Reinado del Sagrado Corazón de Jesús"».
(Francisco Canals, Bajo la mirada de María. Cristiandad Barcelona. 1 de enero de 1954, portada (pág. 453). Editorial firmada con las iniciales F. C. V.).

Y en el número inicial de 1952 de la revista Cristiandad de Barcelona en el que se introdujo este cambio en su lema se explicó que consagrarse al Corazón de María es consagrarse a Dios:

«En el plan divino, consagrarse al Corazón de Maria es consagrarse a Dios, porque toda criatura no puede, ni debe dedicarse entera y absolutamente sino a su Creador y Señor».
(Razón del cambio de lema de CRISTIANDAD. Cristiandad. Barcelona. 15 de enero de 1952, pág. 26. Nota sin firma).

También en este número viene la oración de consagración de Schola Cordis Iesu al Corazón Inmaculado de María Medianera de todas las gracias:

"¡Oh María, Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, Esposa del Espíritu Santo! Ante Vos, que en esta venerada imagen os dignáis presidir «Schola Cordis Iesu» nos postramos hoy para consagrar a vuestro Corazón Inmaculado nuestras personas y nuestra obra, suplicándoos confiadamente que queráis tomarlas bajo vuestra maternal protección... ¡Alcanzadnos el espíritu de humildad y de pobreza, el desprecio del mundo, el celo por la justicia, la generosa correspondencia al llamamiento de Cristo Rey y una tierna y verdadera devoción al Corazón de Jesús! ¡Abreviad, con vuestra intercesión todopoderosa, este tiempo de aflicción y de prueba que por nuestros pecados hemos merecido; triunfe vuestro Corazón Inmaculado, según habéis prometido, sobre el enemigo del género humano; y advenga ya aquel día dichosísimo en que todos los hombres, redimidos por la Sangre de Cristo y por vuestros sufrimientos al pie de la Cruz, no formarán más que un solo rebaño bajo el cayado de un solo Pastor!
(Cristiandad. Barcelona. 15 de enero de 1952, pág. 28).

Esta consagración fue a sugerencia de Marysia Winowska y se realizó ante una imagen que se describe en un artículo de Jaime Bofill y Tomás Lamarca, que firman con sus iniciales J. B. - T. L. Este artículo finaliza así:

"Hace cuatro años que su imagen, en una excelente copia de la obra de un pintor me;icano del siglo XVII, preside nuestra capilla. El lienzo simboliza el Corazón de María recibiendo los efluvios de Gracia que proceden de la Santísima Trinidad y desde su Corazón Maternal los derrama sobre la Iglesia, quien los vierte a su vez sobre la tierra, haciendo germinar en ella las virtudes de María: el lirio, símbolo de la pureza y la rosa de la caridad. Ante esta imagen, Schola Cordis Jesu, con todas sus obras, ha hecho su Consagración al Inmaculado Corazón de María, Madre de Cristo Jesús y del Cristo Místico, Mater Divinae Gratiae. Y esta Consagración es, al mismo tiempo, un llamamiento. Porque, he ahí que CRISTIANDAD ha nacido de Schola Cordis Jesu y de ella recibe su vida. Si los miembros de Schola quieren dar eficacia a su Consagración y que ésta no sea una mera fórmula, deben recordar que están comprometidos en una empresa que Dios y la V'irgen han puesto en sus manos: difundir infatigablemente el ideal clelReino de Cristo por la devoción a los divinos Corazones. Y esto por medio de CRISTIANDAD". J. B.-T. L.
(Cristiandad. Barcelona. 15 de noviembre de 1951, pág. 434).

La devoción al Inmaculado Corazón de María es la que lleva a la devoción al Sagrado Corazón de Jesús a la que está indisolublemente unida. Y es para conseguir que reine María en uno mismo, en cada uno y en la sociedad, y para conseguir obedecerle del todo a María, para conseguir vivir en la esclavitud mariana de san Luis María Grignion de Montfort, que es conseguir que reine Jesús en uno mismo, conseguir el reino de Dios en uno mismo, en todos y cada uno y en la humana sociedad. San Juan Eudes enseñó ya que a Jesús se va por María. Jesús, el Verbo hecho carne, nos dio a su madre, María, como madre nuestra. También nos fue dada por reina: es la madre de Cristo Rey y en el quinto misterio de gloria se contempla la coronación de María como reina del cielo y de la tierra. Una reina que se cuida de cada uno de sus hijos viadores en la tierra y de las almas del purgatorio, a las que quiere llevar ya a todas al cielo, porque eso mismo es lo que quiere Dios. Pero especialmente es a los que peregrinamos ahora en la tierra a los que nos cuida con todo cuidado, secundada por su esposo san José, que todo nos lo alcanza; por todos los santos; y por los millones y millones de docenas de legiones de ángeles y arcángeles que Dios, su Dueño, ha puesto a su disposición con enorme satisfacción de ellos. Y reina sobre nosotros en la tierra de tal manera que, como enseña la oración de san Bernardo, doctor de la Iglesia, jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a la protección de María, implorando su asistencia y reclamando su socorro haya sido abandonado por Ella.

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El lema de la revista Cristiandad de Barcelona es "Al Reino de Cristo por los Corazones de Jesús y María".

"El Corazón de Jesús es el centro del dogma cristiano y de la vida espiritual" (Ramière, Orlandis en Pensamientos y ocurrencias, 1934)

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Cuando se habla del culto al Sagrado Corazón de Jesús, está claro que se habla de la virtud de la religión. Y cuando se habla del Corazón de Jesús, se habla de la caridad que consiste en que´"Dios nos amó primero" (1Jn 4,19); y que le debemos corresponder con amor, con "el amor de Dios que ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado" (Rom 5,5); para corresponderle con un amor verdadero, es decir amor con locura, como el que nos tiene Jesús. Pidiéndole que Él reine en nuestro corazón, para que aceptemos su reinado en nuestra alma como nuestra liberación. Pidiéndole el Espíritu Santo, como Él nos enseñó (Lc 11,13). Pidiéndole que amemos al prójimo como Él nos ha amado. Pidiéndole como enseña santa Teresa del Niño Jesús que nos produzca alegría recibir sufrimientos y contrariedades, porque así tenemos algo para ofrecerle, ya que Él sufrió tanto por nosotros.
Y pidiendo, como Él nos enseñó, que venga a nosotros el reino de Dios y que se haga Su voluntad en la tierra como en el cielo (Mt 6,10). Que reine plenamente en la tierra el Sagrado Corazón de Jesús, en todos los hombres, varones y mujeres, y en todas las naciones.

Es indebido e imposible separar y menos contraponer el amor y la religión en la devoción al Sagrado Corazón de Jesús:

Consagración y reparación, el doble elemento del culto al Corazón de Cristo conforme a la enseñanza del magisterio de la Iglesia, sintetizan amor y religión en unidad inseparable. La entrega al Amor es acatamiento a la soberanía de Dios; la reparación a la justicia es voluntad de «consolar» el Amor no correspondido.
El culto al Corazón de Cristo ante la problemática de hoy Francisco Canals Vidal (1922 † 2009) • Revista Cristiandad de Barcelona, núm. 467, enero de 1970

"La vida cristiana no se reduce a unos actos de piedad individuales y aislados, sino que ha de abarcar cada instante de nuestros días sobre la tierra. Jesucristo ha de estar presente en el cumplimiento fiel de los deberes de nuestra vida ordinaria, entretejida de detalles aparentemente pequeños y sin importancia, pero que adquieren relieve y grandeza sobrenatural cuando están realizados con amor a Dios. Los mártires alcanzaron la cima de su heroísmo en la batalla en la que dieron su vida por Jesucristo. El heroísmo al que Dios nos llama se esconde en las mil escaramuzas de nuestra vida de cada día".
(Cardenal Saraiva Martins, 28 de octubre de 2007, Homilía en la beatificación de 498 mártires de la persecución en la zona roja durante la guerra de España de 1936).

Escribe Munilla en el año 2005 tras el fallecimiento de sor Lucía:
"Estando sor Lucía entonces en la congregación de las religiosas Doroteas, antes de ingresar en la clausura carmelitana, recibió diversas revelaciones en Tuy y en Pontevedra. De esta forma, a finales de 1925 y comienzos de 1926, se cumplía el anuncio hecho por la Virgen en su aparición del 13 de Julio de 1917, en la que prometía que volvería de nuevo para pedir la extensión de la devoción al Corazón Inmaculado de María, así como la consagración de Rusia al Corazón de María. Los mariólogos especialistas en Fátima han llegado a afirmar que Pontevedra es el “Pentecostés de Fátima”.
De hecho, la Iglesia Católica ha integrado en su liturgia y prácticas marianas diversas aportaciones de las revelaciones privadas de Pontevedra. Por ejemplo, el próximo 22 de Mayo, en el Pilar de Zaragoza, nuestra Conferencia Episcopal en pleno se dispone a
renovar la consagración de España al Inmaculado Corazón de María. Mientras que algunos se ríen del valor de las consagraciones, la Iglesia confía en el poder de mediación e intercesión que Cristo ha puesto en manos de su Madre".
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La Virgen María, en su tercera aparición en Fátima, la del 13 de julio de 1917, había anunciado que Dios quiere establecer en el mundo la devoción al Inmaculado Corazón de la propia Virgen María y que Ella volvería a venir para pedir la consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón, y la comunión de los primeros sábados en reparación de las ofensas a su Inmaculado Corazón, afirmando que si no se cumplían estas peticiones, Rusia extendería «sus errores por todo el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia».

En dicha tercera aparición de la Virgen de Fátima, que se produjo el 13 de julio de 1917, el año crucial de la Primera Guerra Mundial, María les dijo a los pastorcitos:

“Habéis visto el infierno a donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si hicieran lo que os voy a decir, se salvarán muchas almas y tendrán paz. La guerra va a acabar. Pero si no dejan de ofender a Dios, en el reinado de Pío XI comenzará otra peor. Cuando vierais una noche alumbrada por una luz desconocida, sabed que es la gran señal que Dios os da de que va a castigar al mundo por sus crímenes por medio de la guerra, del hambre y de persecuciones contra la Iglesia y el Santo Padre».
«Para impedirla, vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón, y la comunión reparadora de los primeros sábados. Si atendieran mis peticiones, Rusia se convertirá y habrá paz. Si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones contra la Iglesia. Los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá que sufrir mucho, varias naciones serán aniquiladas. Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará a Rusia, que se convertirá y será concedido al mundo algún tiempo de paz. En Portugal se conservará siempre la doctrina de la fe…"

Sor Lucia, en la carta que le escribió al papa san Juan Pablo II el 12 de mayo de 1982, le dice:
«la tercera parte del “secreto” se refiere a las palabras de Nuestra Señora: “[Si atendieren a mis peticiones, Rusia se convertirá y tendrán paz]; si no, diseminará sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá que sufrir mucho, varias naciones serán destruidas”». (Carta citada por Ratzinger en el Comentario del 26.06.2000 al texto del Tercer secreto de Fátima).

Ya en la segunda aparición, la del 13 de junio de 1917, la Virgen María le dijo a Lucía, al pedirle ésta que les llevara al cielo, que a Francisco y a Jacinta sí que los iba a llevar pronto al cielo, pero que Jesús quería servirse de ella, de Lucía, para establecer en el mundo la devoción al Inmaculado Corazón de María, y que por consiguiente tendría que estar sin ir la cielo durante algún tiempo.

El 10 de octubre de 1925, la Virgen María, como había anunciado, se le aparece a Lucía en la Casa de las religiosas de Santa Dorotea en Pontevedra, donde era postulante a la vida religiosa. La Virgen le encomienda propagar la devoción reparadora de los cinco primeros sábados, que Jesús quiere establecer en desagravio del Inmaculado Corazón de María. El 15 de febrero de 1926, el propio Jesús se le aparece a Lucía también en Pontevedra y le concreta algunos puntos de la práctica de esa devoción, que no fue aprobada por el obispo de Fátima-Leiría hasta el 13 de septiembre de 1939.

El 13 de junio de 1929, La Virgen María se le aparece a Lucía en la Casa de las religiosas de Santa Dorotea en Tuy y le dice:

"Ha llegado la hora en que Dios pide que el Santo Padre haga, en unión con todos los obispos del mundo, la consagración de Rusia a mi Corazón Inmaculado; prometiendo salvarla por este medio".

Después de las apariciones de Fátima, Pontevedra y Tuy, hubo varios actos de consagración al Corazón Inmaculado de María:

Pío XI no realizó ninguna consagración, pero sí Pío XII.

En 1942, el Papa Pío XII consagró el mundo al Inmaculado Corazón de María con una fórmula enormemente valiosa, pero sin requerir la participación de los obispos y aludiendo a Rusia sólo veladamente sin nombrarla explícitamente. Al parecer, la beata Alejandrina María da Costa influyó para que el Papa realizase una consagración tan valiosa. Pero no se cumplía la petición de Fátima.

Pío XII, el 31 de octubre de 1942 en un radiomensaje en portugués, consagró el mundo entero al Corazón Inmaculado de María con una alusión velada a Rusia, sin mencionarla explícitamente, y sin la participación de los obispos del mundo. La renueva en italiano el 8.12.1942.

"...A Ti, a tu Corazón Inmaculado, en esta hora trágica de la historia humana, te confiamos, te encomendamos, te consagramos no sólo la Santa Iglesia ... sino también el mundo entero ... víctima de sus propias iniquidades.

A los pueblos separados por el error o por la discordia, es decir, a los que te profesan singular devoción, donde no había casa que no exhibiera tu venerable icono (hoy quizás escondido y reservado para tiempos mejores), dales la paz y condúcelos de regreso al único redil de Cristo, bajo el único y verdadero Pastor.

Obtende paz e liberdade completa à Igreja santa de Deus; sustai o dilúvio inundante de neo-paganismo, todo matéria; e fomentai nos fiéis o amor da pureza, a prática da vida cristã e o zelo apostólico, para que o povo dos que servem a Deus, aumente em mérito e em número.

Obtén la paz y la libertad completa para la santa Iglesia de Dios; detén el diluvio inundante de neo-paganismo, toda materia; y fomenta en los fieles el amor a la pureza, la práctica de la vida cristiana y el celo apostólico, para que el pueblo de los que sirven a Dios crezca en mérito y en número.

Finalmente, así como la Iglesia y todo el género humano fueron consagrados al Corazón de vuestro Jesús, para que, poniendo en Él todas sus esperanzas, les fuese signo y prenda de victoria y de salvación (cf. Litt. Enc. Annum Sacrum: Acta Leonis XIII tomo 19, página 79), así desde hoy también sean perpetuamente consagrados a Ti y a tu Corazón Inmaculado, oh Madre nuestra y Reina del mundo: para que tu amor y tu patrocinio apresuren el triunfo del Reino de Dios, y todas las generaciones humanas, pacificadas entre sí y con Dios, Te proclamen bienaventurada; y contigo entonen, de un polo al otro de la tierra, el eterno Magníficat de gloria, amor, gratitud al Corazón de Jesús, el único en el que se puede encontrar la Verdad, la Vida y la Paz.

El papa Pío XII consagró Rusia al Inmaculado Corazón de María en 1952 en la Carta Apostólica Sacro vergente anno, igualmente sin la participación de los obispos del mundo:

«Así como hace unos años consagramos el mundo entero al Corazón Inmaculado de la Virgen Madre de Dios, ahora, de manera muy especial, consagramos todos los pueblos de Rusia al mismo Corazón Inmaculado» (Carta Apostólica Sacro vergente anno).

El 21 de noviembre de 1964, san Pablo VI renovó la consagración del mundo al Corazón Inmaculado en presencia de los Padres del Concilio Vaticano II:

"Encomendamos a Tu Corazón Inmaculado todo el género humano; condúcelo al conocimiento del único y verdadero Salvador, Cristo Jesús; aleja de él el flagelo del pecado, concede a todo el mundo la paz en la verdad, en la justicia, en la libertad y en el amor".

El papa san Juan Pablo II renovó esa consagración el 13 de mayo de 1982, y de nuevo el 25 de marzo de 1984 y el 8 de octubre de 2000.

San Juan Pablo II compuso una oración para lo que llamó un «Acto de Encomienda» que se celebraría en la Basílica de Santa María la Mayor el 7 de junio de 1981, solemnidad de Pentecostés. Este es el texto:

«Madre de los hombres y de los pueblos,Tú conoces todos sus sufrimientos y sus esperanzas, Tú sientes maternalmente todas las luchas entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas que sacuden al mundo, acoge nuestro grito dirigido en el Espíritu Santo directamente a tu Corazón y abraza con el amor de la Madre y de la Esclava del Señor a los que más esperan este abrazo, y, al mismo tiempo, a aquellos cuya entrega Tú esperas de modo especial. Toma bajo tu protección materna a toda la familia humana a la que, con todo afecto a ti, Madre, confiamos. Que se acerque para todos el tiempo de la paz y de la libertad, el tiempo de la verdad, de la justicia y de la esperanza».

Este acto de consagración del 7 de junio de 1981, lo repitió en Fátima el 13 de mayo de 1982.

El 25 de marzo de 1984, en la plaza de San Pedro, en unión espiritual con todos los Obispos del mundo, precedentemente «convocados», el Papa consagra a todos los hombres y pueblos al Corazón Inmaculado de María, en un tono que evoca las angustiadas palabras pronunciadas en 1981

«He aquí que, encontrándonos hoy ante ti, Madre de Cristo, ante tu Corazón Inmaculado, deseamos, junto con toda la Iglesia, unirnos a la consagración que, por amor nuestro, tu Hijo hizo de sí mismo al Padre cuando dijo: “Yo por ellos me santifico, para que ellos sean santificados en la verdad” (Jn 17, 19). Queremos unirnos a nuestro Redentor en esta consagración por el mundo y por los hombres, la cual, en su Corazón divino tiene el poder de conseguir el perdón y de procurar la reparación.
El poder de esta consagración dura por siempre, abarca a todos los hombres, pueblos y naciones, y supera todo el mal que el espíritu de las tinieblas es capaz de sembrar en el corazón del hombre y en su historia; y que, de hecho, ha sembrado en nuestro tiempo.
...
Madre de la Iglesia: ilumina al Pueblo de Dios en los caminos de la fe, de la esperanza y de la caridad. Ilumina especialmente a los pueblos de los que tú esperas nuestra consagración y nuestro ofrecimiento. Ayúdanos a vivir en la verdad de la consagración de Cristo por toda la familia humana del mundo actual.
Al encomendarte, oh Madre, el mundo, todos los hombres y pueblos, te confiamos también la misma consagración del mundo, poniéndola en tu corazón maternal.

Se dice que en esa consagración san Juan Pablo II también mencionó a Rusia para sus adentros. Ni en el texto escrito, ni en el audio aparece la palabra Rusia.

En el décimo aniversario del atentado que sufrió el 13.03.1981, san Juan Pablo II peregrinó de nuevo al santuario de Fátima (12/13-V-1991).

En su tercera peregrinación a Fátima, san Juan Pablo II beatificó a Francisco y Jacinta, con asistencia de Sor Lucía y de inmensa multitud de peregrinos (13-V-2000).

El mismo 13 de mayo de 2000, la Santa Sede reveló la tercera parte del secreto de Fátima mediante la lectura pública del texto de sor Lucía realizada allí, en el Santuario de Fátima, por el Secretario de Estado, Cardenal Sodano, anteponiendo una introducción suya en la que afirmaba que el texto empleaba un lenguaje simbólico y que su contenido ya se había cumplido con el intento de asesinato sufrido por san Juan Pablo II el 13.05.1981.

El 26 de junio de 2000, la Santa Sede publicó la tercera parte del secreto de Fátima, y Tarcisio Bertone, entonces Arzobispo Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, señaló que Sor Lucía, en una carta de 1989, había asegurado que este acto solemne y universal de consagración correspondía a lo que Nuestra Señora quería: («Sim, està feita, tal como Nossa Senhora a pediu, desde o dia 25 de Março de 1984»: «Sí, desde el 25 de marzo de 1984, ha sido hecha tal como Nuestra Señora había pedido»: carta de sor Lucía de 8 de noviembre de 1989). Y Bertone lo dio como confirmado.

Textos de las tres partes del secreto de Fátima en facsímil,
con su transcripción, traducción y textos introductorios de la Santa Sede

La tercera parte del secreto de Fátima y la versión acomodaticia de su significado

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Benedicto XVI peregrinó a Fátima (2/13-V-2010), consagrando a la Virgen especialmente a todos los sacerdotes de la Iglesia.

El 13 de octubre de 2013 en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco realizó un acto de consagración a la Virgen de Fátima al final de la Misa en la jornada mariana del Año de la fe
"Acoge con benevolencia de Madre
el acto de consagración que hoy hacemos con confianza,
ante esta imagen tuya tan querida por nosotros".

El día anterior: "Esta tarde, Madre, te damos gracias por tu fe de mujer fuerte y humilde; y renovamos nuestra entrega a ti, Madre de nuestra fe. Amén".

Y por fin el 25 de marzo de 2022, el papa Francisco consagró al Inmaculado Corazón de María Rusia y Ucrania, y el mundo entero
"Madre de Dios y nuestra, nosotros solemnemente encomendamos y consagramos a tu Corazón inmaculado nuestras personas, la Iglesia y la humanidad entera, de manera especial Rusia y Ucrania. Acoge este acto nuestro que realizamos con confianza y amor, haz que cese la guerra, provee al mundo de paz".

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Fátima

El 25 de marzo de 2022, el papa Francisco consagra al Inmaculado Corazón de María Rusia y Ucrania, y el mundo entero
"Madre de Dios y nuestra, nosotros solemnemente encomendamos y consagramos a tu Corazón inmaculado nuestras personas, la Iglesia y la humanidad entera, de manera especial Rusia y Ucrania. Acoge este acto nuestro que realizamos con confianza y amor, haz que cese la guerra, provee al mundo de paz".

Antecedentes de la consagración de Rusia del 25 03 2022

Textos de las tres partes del secreto de Fátima en facsímil,
con su transcripción y traducción, y textos introductorios de la Santa Sede