La falsa educación sexual
sin criterios ético-morales aumenta los
embarazos de solteras y su explotación sexual; es acientífica,
porque no hay ciencia sin conciencia y es imponer una opción
moral radical, la amoralidad que deshumaniza la sexualidad, que
es decir que la reduce a lo animal y cambia la sexología por la
zoología.
Ante el anuncio de que una vez más, se va a imponer a los alumnos una llamada educación sexual al margen de la moral, sin criterios ético-morales, obligándoles a ir, en edad pediátrica, al sexólogo y al Centro de la Mujer, como profesor de ciencias sociales debo advertir de la correlación estadística entre estas campañas sin valoraciones ético-morales que se dan con el nombre de educación sexual y el aumento de embarazos de solteras y de abortos.
Como educador debo indicar que es esencial para que haya educación la valoración ética y los criterios morales. Es acientífica la llamada educación sexual al margen de la moral, porque no hay ciencia sin conciencia. Y debe señalar que omitir la moral en la enseñanza de la sexualidad es imponer una opción moral radical, la amoralidad, que constituye la deseducación sexual.
Y encima, para una parte de los alumnos, es una deseducación sexual de pago, en manos de una entidad privada (¡la privada, la privada!).
Por otra parte, es inapropiado enviar a personas en edad pediátrica al Centro de la Mujer, como es inapropiado llevarles al sexólogo. El médico de cabecera hasta que se cumplen 16 años es el pediatra. Y se pretende llevar al Centro de la Mujer a quienes están en asistencia de Pediatría, cuando sólo por cumplir la Ley del Menor, se ha visto obligado el Hospital Virgen del Camino a instalar varias camas de hospitalización de Psiquiatría para menores de 18 años separadas de la sección general de hospitalización psiquiátrica sin que estén demostrados perjuicios médicos para los menores que se ingresan en la sección general. Y esta llamada educación sexual al margen de la moral y de la libertad y con reparto de preservativos presenta una correlación estadística creciente con los embarazos de menores y mayores solteras y males aún peores.
Cada día que pasa se constatan más motivos racionales a favor de la libertad de nuestros alumnos respecto a estas imposiciones como la de obligarles a ir al CAM.
Con estas campañas sin valoraciones ético-morales que se dan con el nombre de educación sexual, van creciendo maltusianamente, en progresión geométrica, los embarazos de solteras y los abortos:
Las solteras que dan a luz se duplican en
España entre 1994 y 2001, según el Anuario del INE:
en 1994, hubo 39.862 madres no casadas, un 1076% del total;
en 2001, 80.178 madres no casadas, el 1973% del total.
Las que abortan son el doble y aumentan en la misma medida que estas campañas sin criterios morales que se dan con el nombre de educación sexual: los abortos legales pasan en España en nueve años de 49.367 en 1995 a los 84.985 del año 2004. 232 abortos legales diarios. Contando los abortos extralegales, hay en total 150.000 abortos anuales en España en 2005, según informa Pilar Cernuda en Onda Cero Radio.
Además de los de la píldora abortiva del día después, que se suministra, porque un 80% de las que la piden explican que les falló el condón (llamarle "preservativo" es una de las trampas para adolescentes), según datos de los Centros que los suministran como el Hospital de Badalona y el Hospital del Mar de Barcelona.
Desde 1993 hasta 2004, se practicaron en España 731.039 interrupciones legales de embarazos, matar fetos eufemísticamente hablando, sin contar las provocadas por la píldora del día después y por la utilización de embriones.
Es hora ya de mejorar la calidad de la enseñanza sexual en los Institutos, y no de empeorarla más aún, porque los males causados a los alumnos por la que reciben al margen de toda valoración ética, sin criterios morales son gravísimos y crecientes.
Otros males gravísimos de estas campañas de la llamada educación sexual al margen de la moral son: la utilización sexual de las chicas, aunque no queden embarazadas; la educación sexual falseada; la libertad religiosa violada, porque los que eligen la asignatura de religión católica tienen derecho a que se les enseñe según la Iglesia y no según lo que quieran los profesores, en los centros "privados" y en los "públicos".
Omitir los criterios ético-morales es omitir las normas de comportamiento humano que consisten en obrar conforme a la naturaleza que tenemos. Como todo lo que hay, que es bueno si es conforme a su naturaleza. El hombre (varón o mujer) obra bien cuando se comporta conforme a su naturaleza humana. Cuando se comporta conforme a su naturaleza racional. Cuando se comporta como persona. En el lenguaje corriente se recoge esto cuando, para decir que se obra mal, se dice que se hace una animalada. O que no hay que hacer el bestia. O que no hay que decir o hacer burradas, o cochinadas. Estas normas ético-morales las conocemos por la luz natural de la razón. Excluirlas de la eduación sexual deshumaniza la sexualidad, que es decir que la reduce a lo animal y cambia la sexología por la zoología.
La norma objetiva racional de comportamiento sexual humano, según justicia y racionalidad, según nuestra naturaleza humana es que el acto sexual, y todo lo que lleva a él y lo prepara, sólo es humano, sólo es racional, sólo se puede y se debe realizar en el seno del amor irrevocable sin barreras antihumanas, antiecológicas. El amor es irrevocable en el matrimonio, al menos en la intención y en el propósito y en el compromiso mutuo entre el hombre y la mujer con un mutuo juramento sagrado.
Omitir los criterios ético-morales es echar más gasolina al fuego y aumentar los embarazos de solteras, su explotación sexual, su degradación.
A nadie le gusta pensar y decir que su madre lo
engendró en un acto fuera del amor irrevocable y sin barreras
del matrimonio, en un acto en el que fue usada para satisfacer
algo animal o fisiológico. A nadie. Eso es señal de que la
razón lo dice cuando no se desoye. No hay hijos ilegítimos como
se dice, sino actos ilegítimos de los padres que pagan los hijos
para siempre, se lo hace pagar la limitada y dura justicia humana
llamándoles ilegítimos.
Tampoco las incitaciones a realizar el acto sexual fuera del amor
irrevocable del matrimonio consiguen que se exhiba por parte de
la chica, sino que tienden a enseñar a hacerlo sin que se sepa y
concentran lo principal de su enseñanza sexual sin criterios
éticos en conseguir a toda costa que no quede en evidencia. Tan
a toda costa que suelen enseñar que es preferible incluso matar
a la criatura que evidenciar que se ha realizado el acto sexual.
Que lo ha realizado la chica soltera.
Es la mujer siempre la que tiene las de perder. Primero, porque
la mujer tiene por encima, muy por encima, del impulso sexual el
de la entrega definitiva de su amor, segundo porque la que queda
embarazada es la mujer. El varón si actúa sólo por su impulso,
sin criterios éticos, busca la satisfacción sexual momentánea,
la explotación sexual de la chica para conseguir su placer y
después ya pierde el interés. Incluso, muchas veces, él sí lo
pregona.
Excluir de la educación sexual la valoración ético-moral, que es lo que la hace humana, porque la inserta en en el amor irrevocable, es inculcar en los alumnos la sexualidad como un amasijo de preservativos, SIDA, embarazos de solteras a las que se las culpabilizará perpetuamente, masturbaciones propias y ajenas y otras incitaciones, lo que conduce a que un alto porcentaje, sobre todo de chicas, perciba la sexualidad como algo asqueroso, y las lleve, en la crisis de la adolescencia, a la idea de rechazar el hecho de desarrollarse y de hacerse mayores, rechazo que es una de las raíces o factores de graves trastornos psiquiátricos como los trastornos de la conducta alimentaria, la anorexia y la bulimia nerviosas.
Si esta situación se produce en un centro público, habrá que proponerle al Defensor del Pueblo que en vez de solicitar más recursos a la administración para combatir la anorexia-bulimia, como ha anunciado que proyecta hacer, que solicite que envíen menos factores desencadenantes.
¿No se dan cuenta? ¿Es que les falla la estética y la sensibilidad sexual además de la ética? Pues van a evidenciar que la garantía de la calidad de la enseñanza sexual, como la de toda la enseñanza, está en su conexión con la Iglesia, en la medida en que se realice, sea en los centros gubernamentales o en los sociales. Y van a conseguir que los que no quieran que se les den condones falsamente preservativos a sus hijos los lleven a los centros donde no les sometan a ese peligro.
Todos estos males hacen que sea preferible afrontar el mobbing que el silencio cómplice.
José Manuel Zubicoa Bayón,
Catedrático y Jefe del Departamento de Ciencias Sociales del Instituto Basoko.
Pamplona, 7 de abril de 2006