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La UE no admite en 2011 que se excluya el castellano en etiquetas sólo en catalán

Libertad Digital, miércoles, 2011-07-06

El Parlamento Europeo ha aprobado este miércoles, 2011-07-06, con 606 votos a favor, 48 en contra y 26 abstenciones, una directiva que endurece las exigencias sobre el etiquetado de los alimentos. Entre las novedades, está la mención obligatoria del contenido en calorías, grasas, grasas saturadas, hidratos de carbono, azúcares, proteínas y sal por cada 100 gramos o 100 mililitros.

El punto más polémico para España, y sobre todo para los eurodiputados catalanes, estaba en otro asunto: la lengua en que deben estar escritas las etiquetas. La directiva permite a los estados miembros obligar a que estén escritas, como mínimo, en una de las lenguas oficiales de la Unión Europea. Como el catalán no es lengua oficial de la UE, la norma prohíbe el etiquetado exclusivamente en catalán y obliga a que esté también en castellano.

Eurodiputados catalanes, entre los que estaban Ramon Tremosa (CiU), Oriol Junqueras (ERC), Maria Badia, Raimon Obiols (PSC), Raül Romeva (ICV) y Santiago Fisas (PP), se unieron este martes para presentar una enmienda al texto y evitar que España pueda prohibir el etiquetado exclusivo en catalán. Sin embargo, la enmienda no ha sido votada pese a recibir el apoyo de 37 parlamentarios.

En un comunicado recogido por Europa Press, Ramon Tremosa (CiU), Oriol Junqueras (ERC) y Raül Romeva (ICV) han lamentado la decisión, que deja en manos del Gobierno el etiquetaje de productos sólo en catalán. El Ejecutivo, gracias a esta directiva, estará facultado para prohibir las etiquetas que no incluyan el castellano.

En la nota, los eurodiputados se quejan de que el Gobierno no haya presionado para lograr la oficialización del catalán en la UE, vieja pretensión de los nacionalistas, aprovechando la reapertura de los tratados europeos en las negociaciones para la integración de Croacia.

El comunicado concluye pidiendo la independencia de Cataluña: "Cada día más y más catalanes tienen incentivos racionales crecientes para pedir un Estado propio, teniendo en cuenta la inflexibilidad con la que los Estados miembros tratan las realidades europeas que no disponen de un Estado".