Las piedras que curan según enseña santa Hildegarda... ......La medicina de santa Hildegarda....çVida y obra... ...Santa Hildegarda. ..Explicaciones y desarrollos. ....Enseñanzas pontificias.. ......CRISTIANDAD FUTURA... .
La crisoprasa
9.10.2012
José María Sánchez de Toca
Rafael Renedo Hijarrubia
Los lectores nos preguntan qué es lo que dice
Santa Hildegarda sobre ésta o aquella enfermedad, cosa a la que,
gracias a Dios, podemos contestar. También podemos traducir del
alemán las experiencias de los doctores alemanes pioneros de la
medicina hildegardiana, e informar de nuestras modestas
probatinas. Al cabo de 32 años de machacar las obras de Santa
Hildegarda algo vamos sabiendo de lo que dice.
Pero si los lectores nos preguntaran qué tienen que hacer para
curar su enfermedad, no podríamos contestarles, porque eso entra
en el ámbito de la ciencia médica y escapa a nuestros muy
limitados saberes.
De modo que mientras nos pregunten lo que dice la Santa Doctora,
podremos ir contestando, pero si nos preguntan cómo curar una
enfermedad, no podremos contestar. Así pues, cuando un
comunicante nos escribe bajo el seudónimo "Avizor":
"Una preguntita, si no es molestia: Siendo el reúma
un mal tan común y mas en países húmedos, ¿Cuenta algo de
esto Santa Hildegarda? ", vamos a tratar de contestarle.
Reumáticos y gotosos como somos sabemos que el reúma es uno de
los temas más difíciles del mundo, porque bajo este término
popular que usamos todos sin más precisiones, se esconden más
de cuatrocientas enfermedades. Un reumático es alguien a quien
le duele un miembro y en consecuencia le cuesta o le resulta
imposible valerse normalmente de él; es como tener una fractura,
pero sin romperse nada.
Bueno, pues lo primero es decirle que Santa Hildegarda no
menciona la palabra "reúma" ni una sola vez. No habla
de reúma pero habla muchísimo de dos viejas palabras alemanas
que intercala en sus textos latinos: "Gicht" y "virgichtet".
"Gicht" (que mas o menos suena "guijt")
significa "gota" en sentido estricto, es la enfermedad
de Carlos V, el Gran Duque de Alba y Felipe II, la enfermedad de
los coléricos que los antiguos atribuian a excesos de carne,
bebida y coyunda; la enfermedad hereditaria con la que que uno
paga los pecados de sus antepasados (y los propios). En el
alemán actual, "Gicht" significa gota o podagra, pero
en la descripciones que hace Santa Hildegarda, hay motivos para
pensar que no solo se refiere a la gota, sino más bien a todo
ese conjunto vasto e impreciso de las enfermedades reumáticas
que causan dolor y limitan la movilidad. Lo que el pueblo llano
llama "reúma", y empeora con los cambios de tiempo, el
frío y la humedad y con determinados alimentos y bebidas. Para
Santa Hildegarda, el Gicht también puede afectar al cerebro o al
oído.
Por otra parte, "virgichtet" es la
forma antigua del participio "vergichtet" que en rigor
significa "gotoso", "aquejado de gota", o
"enreumado", pero que Santa Hildegarda usa en el
sentido de "baldado", "tullido" o
"impedido". Y así, por ejemplo dice de uno
que ha sufrido una hemiplejia, que está "virgichtet",
que no es que esté "gotoso", sino "impedido".
Santa Hildegarda se ocupa mucho de "gicht" y "virgichtet".
Atribuye el "Gicht" a una insurrección ("insurgunt")
de las secreciones endocrinas. Los doctores alemanes Hertzka
y Strehlow, pioneros de la Medicina de Santa
Hildegarda, afirman que tiene que curarse con el esfuerzo
integral del paciente: abstinencia moderada de alcohol y cerdo;
régimen alimenticio sano a base de espelta, verduras, y fruta;
sangrías a la manera hildegardiana, tal como se describen en
"Causas y Remedios"; escarificaciones cerca del
espinazo; y por fin, remedios.
La Santa no lo pone tan difícil como estos doctores alemanes, y
ofrece remedios para cuando duele, además de otros remedios
polivalentes para prevenir o alejar enfermedades, y
unas curas o limpiezas de primavera y de
otoño. Un vistazo rápido, pero no exhaustivo, de la
Physica muestra que contra el Gicht puede
usarse ajenjo, álamo, apio, avena, castañas, cebolla, cedro,
centaurea, clavo, cornejo, crisoprasa, endrinas,
eneldo, fresno, galanga, helecho, hinojo, jaspe,
jengibre, laurel, membrillo, menta rizada, oro,
perejil, piretro, tejón, tilo, tomillo, trigo, zafiro, y
zaragatona. La Physica dice cómo deben emplearse
cada una de estas cosas, y especifica además si cada remedio en
cuestión cura, sana o
mejora, si Dios quiere.
De todos ellos hemos probado personalmente las piedras jaspe
y crisoprasa mientras preparábamos la edición del
"Libro de las piedras que curan, que está a punto de
salir y que es la traducción comentada del Libro Cuarto de la
Physica de Santa Hildegarda.
Las dos piedras son baratas y accesibles: la crisoprasa tiene
aspecto de jabón húmedo y cuesta unos tres euros. El jaspe es
el nombre ilustre de cualquier guijarro de pedernal con manchas.
Pero ojo, el guijarro ha de ser de pedernal, no de caliza, lo que
puede verse tratando de rayarlo con la navaja: si se raya, no
sirve porque es caliza, y si no se raya es pedernal. Normalmente
las manchas son grises y rojas, blancas y rojas, o verdes y rojas.
En las tiendas de minerales, esotéricas, de abalorios, o en las
bisuterías suelen tener pedazos pulidos de jaspe, cuentas o
colgantes a uno o dos euros.
El jaspe se lo pone uno donde le duela hasta que la piedra se
caliente. Normalmente el dolor se pasa enseguida, es el
analgésico más rápido que conocemos y su efecto dura bastante.
En cuanto a la crisoprasa, Santa Hildegarda dice que tiene más
energía por la noche. Me puse una encima de los dedos de un pie
en pleno ataque de gota, y a la mañana siguiente tenía el pie
deshinchado, la piel blanca y el juanete, que la noche anterior
parecía un semáforo en rojo, había perdido totalmente su
alarmante color. Pero tengo que advertir lealmente que un amigo
se la puso en la rodilla y se la quitó enseguida porque no le
servía de nada. Y es que, por lo que sea, como reconoce el
propio Dr. Strehlow, la crisoprasa a unos cura y a otros no les
hace nada. (Hildegard Heilkunde
, p. 245) . En
todo caso, si nuestro comunicante prueba ya nos contará qué tal
le va.
Para saber más puede consultar la Physica en www.hildegardiana.es,
y conseguir ejemplares promanuscrito en papel en Librería
Bertrand, C/ Fuencarral 141, Madrid (Metro de Quevedo), Tfno 91
4455631.
Además, este mes aparecerá en librerías El libro de
las piedras que curan de Santa Hildegarda de Binguen. (Voz
de Papel).