Negociaciones del Gobierno Zapatero con la ETA VERSIÓN DIARIO DE NOTICIAS

PSE, Batasuna y PNV fraguaron un acuerdo de mínimos para la normalización en Loiola
El documento contemplaba la creación de dos mesas de partidos este mismo verano
Las reuniones a tres, 11 en total, permitieron suavizar tensiones generadas en los contactos entre la izquierda abertzale y PSE

DIARIO DE NOTICIAS. Sábado 28.07.2007

J. Guindo/J. G. Lurgain. PAMPLONA

La ruptura oficial del alto el fuego de ETA el pasado 6 de junio de 2007 vino precedida por quince intensos meses de declaraciones públicas y de reuniones a puerta cerrada entre los diferentes agentes implicados en el proceso de pacificación y normalización del País Vasco. PSE, PNV y Batasuna llegaron a ponerse de acuerdo en torno a un documento para la normalización que abordaba las claves del conflicto, pero que jamás llegó a salir del lugar en el que se gestó: Loiola.

El camino para alcanzar el consenso fue largo. Sólo dos meses después de que la organización armada anunciara el cese permanente de sus acciones (22 de marzo de 2006), la viabilidad del proceso comenzó a ponerse en cuestión. En el verano de 2006, viendo que la relación entre el Gobierno y ETA comenzaba a hacer aguas y que las relaciones a dos entre el PSE-EE y Batasuna no tenían visos de progresar, en el carril de la negociación política se decide iniciar una nueva etapa de negociaciones trilaterales, en la que el PNV aparece en escena como agente conciliador entre socialistas e izquierda abertzale.

Representantes de las tres formaciones iniciaron una serie de reuniones a tres bandas que tuvieron lugar en una sala de la casa de ejercicios de los jesuitas de Loiola entre septiembre y noviembre del año 2006. Los encuentros, once en total, dieron lugar a un borrador que, a pesar de contar con el visto bueno inicial de las tres partes, acabó frustrándose por el órdago lanzado por Batasuna en el último momento. En cualquier caso, supuso un punto de encuentro histórico entre estas tres sensibilidades en el marco de los últimos 30 años. De haber prosperado y de cumplirse los plazos previstos, este mismo mes de julio de 2007 se hubieran hecho realidad las dos Mesas de Partidos contempladas en el documento, una para el País Vasco y otra para Navarra.

¿Qué ambiente se respiró en estas reuniones, en las que la sintonía inicial derivó en tres últimas citas a cara de perro entre los interlocutores implicados? Los documentos y versiones sobre lo ocurrido durante estos días, a los que ha tenido acceso DIARIO DE NOTICIAS demuestran que se tocó con los dedos la solución y que todo se frustró cuando parecía encauzado.

Nueve fueron los protagonistas de los encuentros trilaterales: Jesús Eguiguren y Rodolfo Ares por parte del PSE-EE, que en una de las reuniones más importantes, la del 31 de octubre, envió como sustituto de Ares a José Antonio Pastor; Josu Jon Imaz e Iñigo Urkullu desde el PNV; y Arnaldo Otegi, Rufi Etxeberria, Olatz Dañobeitia y Arantza Santesteban (éstas últimas alternativamente) por parte de la izquierda abertzale.

SOS al PNV

Las distancias eran patentes desde el comienzo, aunque también el deseo de alcanzar un acuerdo. De hecho, las reuniones a tres comenzaron cuando los representantes del PSE y Batasuna se dieron cuenta de que necesitaban la presencia del PNV para suavizar las tensiones y superar la quiebra de confianza entre ambos. Es Eguiguren quien manda un SOS a los jeltzales, viendo que el proceso se podía ir al traste en torno a junio de 2006, a pesar de que se trata de guardar las apariencias de cara a la opinión pública con actos como la reunión en el Hotel Amara Plaza de San Sebastián de los socialistas Patxi López y Rodolfo Ares con Otegi, Dañobeitia y Etxeberria. El comunicado de ETA el 18 de agosto de 2006 hablando de "bloqueo y crisis" del proceso empuja al PSE, PNV y Batasuna a activar las reuniones tripartitas para intentar salvar los trastos del proceso de normalización política, viendo que el de pacificación podía irse a pique. Socialistas y jeltzales, no obstante, no ocultan que consideran el comunicado de agosto una injerencia inadmisible de ETA en la negociación política. El 20 de septiembre de 2006 tiene lugar el primer encuentro, en el que ya se empieza a redactar un borrador del preacuerdo que pasaría a debatirse en la futura mesa de partidos, donde este texto debía llegar cerrado al menos al 50%. Los participantes no quieren dar puntada sin hilo: convienen en dejar plasmado en un documento secreto las bases políticas de su acuerdo, los principios metodológicos para hacerlo realidad y el protocolo de gestión del proceso, que contemplaba la redacción de un acuerdo-marco final que sería depositado en el Vaticano de manera oficial.

Recelos

Los interlocutores de Batasuna se muestran impacientes y urgen al resto a marcar plazos para salvar la crisis abierta entre Gobierno y ETA. La puesta en escena de tres encapuchados armados en Aritxulegi la víspera del Alderdi Eguna y los actos de kale borroka no contribuyen a disipar recelos. En octubre se suceden las reuniones y Batasuna, PNV y PSE acercan posturas y liman asperezas, a pesar de que el ambiente exterior no contribuye especialmente a que así sea: Iñaki de Juana calificado como "un incontrolado" por la izquierda abertzale abandona su primera huelga de hambre en medio de la polémica (8 de octubre), presuntos miembros de ETA roban 350 armas y munición en la localidad francesa de Vauvert (día 23 de octubre de 2006), la Audiencia Nacional confirma el procesamiento de la cúpula de Batasuna por integración en ETA (día 24)...

A finales de mes, la resolución del Parlamento Europeo respaldando la decisión del Gobierno español de iniciar un diálogo con ETA y la declaración en la que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero insinúa que una nueva marca de Batasuna pasaría los filtros legales permiten asomar un poco de luz sobre los negros nubarrones que se ciernen sobre el proceso. Los de Loiola también están de enhorabuena: el 31 de octubre de 2006 tienen sobre la mesa un calendario de actuación y un texto que cuenta con el visto bueno de los tres partidos. Incluso de un PSE que, en boca de un entusiasmado Eguiguren, insiste en que mientras no haya muertos "todo es posible", a pesar de que lo plasmado en el texto supone un salto cualitativo para un PSOE que podría verse atado de pies y manos por las presiones del PP.

Quedaba por ver si tal afirmación podía traducirse como un cheque en blanco de la cúpula socialista o sólo revelaba su entusiasmo personal. En lo pactado no faltan detalles: Eusko Ikaskuntza contribuiría a dar visibilidad social al acuerdo de bases alcanzado organizando un evento público en diciembre. Enero se abriría con la incorporación de una delegación de socialistas navarros a las conversaciones. Otegi no disimula su satisfacción por un texto en el que algunos de los huesos más duros de roer de Batasuna han reconocido que se encontraba la solución al conflicto vasco. Jeltzales, socialistas y representantes de Batasuna se despiden ese 31 de octubre convencidos de haber marcado un antes y un después. Quedan en rubricar el acuerdo de bases definitivo en la próxima cita, una vez que los respectivos órganos de decisión de sus partidos den un último vistazo al texto redactado y hagan las precisiones terminológicas que consideren oportunas, "Matices", aseguran. Ninguno de los interlocutores imaginaba entonces que este preacuerdo recibido casi con tracas y salvas no vería la luz y quedaría condenado al destierro apenas una semana después.

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PSE, PNV y Batasuna llegaron a un consenso sobre la creación de un órgano común vasconavarro
Plasmaron en un borrador el derecho a decidir y el reconocimiento de Euskalherria
Una delegación de los socialistas navarros se iba a incorporar a las conversaciones en enero de 2007

DIARIO DE NOTICIAS. Domingo, 29.07.2007

J. Guindo/J. G. Lurgain. PAMPLONA

Las reuniones mantenidas entre el PSE-EE, PNV y Batasuna en el Santuario de Loiola para tratar de alcanzar un acuerdo de base sobre el que iniciar un proceso de normalización política dieron su fruto en un tiempo récord. Si en septiembre de 2006 los contactos de años se materializaron en las primeras reuniones a tres, el 31 de octubre ya había sobre la mesa un borrador consensuado de gran calado político que abordaba dos puntos claves: los mecanismos para posibilitar el derecho a decidir del pueblo vasco y un compromiso para promover la creación de un órgano institucional común para el País Vasco y Navarra. Es decir, derecho a decidir y territorialidad.

Un ambicioso acuerdo en el que tanto los socialistas como la izquierda abertzale constataron que estaban dispuestos a dejar muchos pelos en la gatera. Incluso Iparralde salió a la palestra al incluirse en el texto el "compromiso de crear una eurorregión vasca u otras estructuras institucionales que la evolución del Tratado de la UE vaya permitiendo".

Los socialistas llamaron la atención entre bromas del salto que suponía verse de la noche a la mañana reconociendo Zuberoa y Lapurdi como entidades vascas.

En apenas un mes, los representantes designados por estos tres partidos concretaron en el papel lo que hasta el momento había sido un intercambio de opiniones en los despachos del Parlamento Vasco y en conversaciones telefónicas. El texto lo dividieron en tres apartados: las bases políticas para el diálogo; el esquema general del proceso democrático del diálogo multilateral y un protocolo de gestión del acuerdo. En tres palabras: contenido, metodología y certificación ante notario .

Los dirigentes de las tres sensibilidades ideológico-políticas mostraron una disposición absoluta para apuntalar un acuerdo, aunque ello significara incluso ceder en algunos planteamientos entendiendo esta actitud como un "ejercicio de responsabilidad". Es el caso de los socialistas, que llegaron a mostrar su voluntad para hacer posible la actualización de los vigentes ordenamientos jurídicos (Estatuto de Gernika y Constitución) con el fin de recoger los posibles compromisos a alcanzar, siempre que hubiera un "compromiso de pacificación".

40 días intensos

En este intercambio de posiciones políticas, Batasuna expuso los puntos a los que, a su juicio, debía responder el preacuerdo y el PNV trabajó conceptualmente tanto con la izquierda abertzale como con el PSE-EE su propuesta Elkarbizitzarako bake bideak. Fueron 40 intensos días de conversaciones (la primera reunión a tres en Loiola tuvo lugar el 20 de septiembre del año 2006), que desembocaron en un acuerdo de mínimos "satisfactorio" por las tres partes el 31 de octubre de 2006. "Nos estamos acercando a la solución", admitieron los dirigentes de Batasuna, que llegaron a afirmar que "si hay honestidad, en meses se puede cerrar un acuerdo definitivo".

El documento Bases para el diálogo y el acuerdo político, que tanto el PNV, como el PSE-EE y Batasuna dieron por bueno aquel 31 de octubre de 2006, podría entenderse como una fusión de la normativa vigente, el nuevo Estatuto Político para Euskadi, más conocido como el Plan Ibarretxe, y la Alternativa Democrática.

El preacuerdo recoge cinco puntos claves para lograr la normalización política en Euskal Herria, pero resaltan especialmente dos (el 1.2 y el 1.4) por lo que representaban para la izquierda abertzale, tal y como se constató en las últimas reuniones de noviembre, en las que la subida de listón de Batasuna diluyó en un abrir y cerrar de ojos el importante consenso alcanzado. Los eternos escollos: derecho de decisión y territorialidad tampoco se lograron superar en esta ocasión, pese a que se comenzaban a desatar los nudos del conflicto vasco, según Batasuna.

El documento, transcrito en estas páginas, recoge el compromiso del PSE-EE, Batasuna y PNV de defender que "las decisiones que sobre el futuro político adopte libre y democráticamente la ciudadanía vasca sean respetadas por las instituciones del Estado". Además, añade que el acuerdo resultante "garantizará que todos los proyectos políticos pueden ser no sólo defendidos, sino materializados".

Batasuna aceptó este acuerdo, pero repentinamente exigió una mayor precisión sobre el derecho de decisión y se echó atrás alegando que los acuerdos de la ciudadanía vasca no debían ser refrendados por las instituciones españolas: "Dichas decisiones se tomarán teniendo como único límite la voluntad popular", planteó, a última hora.

Respecto a la articulación territorial, se comprometieron a crear un órgano común para Euskadi y Navarra. Los problemas surgieron en torno a las atribuciones ejecutivas de este órgano y, más concretamente, sobre la falta de precisión en torno al marco competencial donde debían acordarse esas funciones. Batasuna puso como condición que dicho órgano debía elaborar un Estatuto de Autonomía para los cuatro territorios de Hegoalde en un plazo no superior a dos años desde su constitución. Ni la primera ni la segunda imposición fue aceptada por el PNV y, mucho menos, por el PSOE-PSE.

Los otros tres puntos hacen referencia a la identidad nacional de Euskal Herria, el respeto a todos los derechos de todos los ciudadanos y, en último lugar, la incorporación de los acuerdos al marco jurídico y posterior refrendo de la ciudadanía a través de una consulta popular.

Cerrado al 50%

Aprobadas las bases políticas, el siguiente paso era poner a disposición del resto de fuerzas políticas el documento, como acuerdo definitivo y cerrado, al menos, en un 50%, con el fin de que le dieran el visto bueno y se pudiera dar el pistoletazo de salida al proceso de normalización política con la oficialización del preacuerdo ante la sociedad a través de un acto público que se encargó a Eusko Ikaskuntza. A continuación, la propia Sociedad de Estudios Vascos organizaría una Conferencia de Paz que acondicionaría el camino para constituir este mismo verano las dos Mesas de Partidos.

Precisamente, el segundo apartado del texto consensuado deja en evidencia una de las renuncias que asumió Batasuna: la de conformar una única Mesa de Partidos, una espinosa cuestión que fue objeto de debate durante los meses previos a las reuniones a tres bandas.

PSE-EE, PNV y Batasuna acordaron finalmente conformar dos Mesas de Partidos, una en la CAPV y otra en Navarra. De hecho, una delegación del PSN-PSOE se incorporaría a partir de enero de 2007 en la comisión negociadora. También se acepta que puedan participar en el proceso otros agentes y movimientos sociales.

En junio se acordó celebrar la segunda parte de la citada Conferencia de Paz para dar cuenta del trabajo realizado por la presidencia. Se realizaría una Declaración para constatar que había bases suficientes para el desarrollo de las dos Mesas. Así, ambos foros políticos se constituirían en julio de 2007, tras las elecciones, y en ellos participarían los partidos, "que así lo deseen, con representación institucional suficiente". Cabe recordar que Batasuna estaba fuera de las instituciones, por lo que esta última apreciación deja en evidencia el carácter optimista de los interlocutores de cara a la legalización de la formación independentista.

Las Mesas estarían compuestas por delegaciones de partidos entre uno y tres miembros, y la presidencia por una terna. Según los plazos fijados, la "fase resolutiva de diálogo" debía desarrollarse, "en ausencia de violencia", entre el presente año 2007 y 2008.

MAYORÍAS NECESARIAS

Otro de los factores que ha sido objeto de polémica es el sistema de mayorías necesarias para aprobar los acuerdos abordados en las Mesas de Partidos. Las delegaciones de Loiola apostaron por adoptar acuerdos por unanimidad. Cuando no fuera posible, acordaron concretar el mínimo necesario que, en cualquier caso, "deberá contar con el apoyo de las grandes tradiciones políticas del país".

De alguna manera, el preacuerdo que alcanzaron PNV, PSE y Batasuna asume los contenidos de la Mesa de Egino que apuntaban a la necesidad de garantizar acuerdos transversales o que integraran las dos sensibilidades del país.

Según el texto consensuado, los acuerdos resultantes de las Mesas de Partidos serían aprobados en los parlamentos correspondientes (vasco y navarro) y en las Cortes Generales españolas. Posteriormente, el acuerdo definitivo se sometería a referéndum y se constituiría, a continuación, el Órgano Institucional Común.

El tercer y último apartado recoge el protocolo para la gestión del acuerdo-marco. Curioso compromiso. Es en este punto en el que las tres fuerzas políticas consensuaron la existencia de un único ejemplar del acuerdo definitivo y que fuese depositado en el Vaticano de manera oficial. Se trasladaría así a la Iglesia la custodia del documento que podía poner punto final al conflicto.

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Ahora dice el Noticias que "El PSE se levantó de la mesa ante las elevadas exigencias de Batasuna sobre Navarra"
que "la izquierda abertzale pidió un solo estatuto en dos años y anular posibles vetos de Madrid"
y que "el PNV secundó el plante socialista ante una fórmula que no podían aceptar "ni como demócratas ni como abertzales""

DIARIO DE NOTICIAS. Lunes, 30.07.2007

J. Guindo/J. G. Lurgain. PAMPLONA

El amago de consenso sobre normalización alcanzado el 31 de octubre del año 2006 en Loiola entre el PSE, PNV y Batasuna se vio convertido en un espejismo sólo una semana después. El 8 de noviembre los socialistas se levantaron de la mesa al ver que la conciliadora izquierda abertzale de la última reunión daba un giro de 180 grados para mostrar su cara más dura y plantear aspiraciones sobre Navarra que rebasaban todos los límites asumibles por el resto de interlocutores.

"Ya sabéis que en nuestra tierra, en un partido de fútbol, cuando un equipo va ganando 5-0 sus hinchas todavía cantan eso de Todos queremos más ". El intento de Arnaldo Otegi de aligerar la tensión acumulada en las tres últimas reuniones trilaterales celebradas en noviembre de 2006 no logró su propósito. La broma la hizo el día 15 de aquel mes, en el último de los once encuentros celebrados en Azpeitia.

Tras el guiño del dirigente de la ilegalizada Batasuna se escondía una inasumible subida del listón de la izquierda abertzale, para la que el borrador alcanzado por los tres partidos el 31 de octubre no era suficiente, a pesar de que en este encuentro no había escondido su satisfacción por ver más cerca que nunca el reconocimiento del derecho a decidir del pueblo vasco, la entidad de Euskal Herria como sujeto de derechos y el compromiso de crear un Órgano Institucional Común para el País Vasco y Navarra con las "atribuciones ejecutivas y de propuesta legislativa" que se acordaran según el ordenamiento jurídico vigente y lo que pudiera negociarse en las mesas multipartitas.

A pesar de todo, pidió más. Nada menos que eliminar la capacidad de veto de las Cortes Generales españolas sobre el acuerdo final que alcanzaran las Mesas de Partidos del País Vasco y Navarra. Para Batasuna, el "único límite" de lo que se gestara en Hegoalde debía ser "la voluntad popular", lo que suponía la modificación del punto 1.2 del preacuerdo. Así lo plantea en la reunión del 8 de noviembre, en la que también pide que la referencia a la posibilidad de debatir todos los proyectos se complete con la alusión expresa a las opciones "autonomista, federalista e independentista". Los socialistas no creían que hubiera que precisar tanto.

Pero lo que rompió definitivamente la mesa fueron las aspiraciones de Batasuna en el apartado sobre la articulación territorial (1.4): la izquierda abertzale consideraba imprecisas las atribuciones y funciones del Órgano Institucional Común vasco-navarro pactado y rechaza que nazca atado a la legislación vigente.

Parlamento a cuatro

No quería correr el riesgo de que este órgano tuviera un mero papel testimonial. Exigió mucho más: un Parlamento para los cuatro territorios con capacidad de determinar el futuro político e institucional de Hegoalde y que elaborara un Estatuto de Autonomía para Álava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra en dos años.

Para el PSE-EE, semejante órdago resultaba inasumible. Los representantes del PNV también advirtieron de que no podían aceptar esa repentina subida de listón "ni como demócratas ni como abertzales". "¿Creéis que los socialistas están al límite?", preguntaba Arnaldo Otegi insistente a Josu Jon Imaz e Iñigo Urkullu. Se demostró que sí.

La campanada de Batasuna el 8 de noviembre es interpretada por socialistas y jeltzales como un aumento del nivel de exigencia de ETA a los interlocutores de la izquierda abertzale en la mesa de Loiola, en un momento en el que perciben que Otegi, Rufi Etxeberria, Olatz Doñabeitia y Arantza Santesteban parecen funcionar como meros "transmisores" de la organización armada.

Las palmadas en la espalda y las caras relajadas del 31 de octubre han desaparecido una semana después. El PSE sabe de antemano que Batasuna llega al encuentro con una nueva propuesta y tiene preparado un texto alternativo que pasa por ser una enmienda a la totalidad al borrador consensuado en octubre. Todo se empieza a torcer.

Batasuna, titubeante

Los interlocutores de Batasuna parecen confusos. Titubean a la hora de presentar al resto el texto en el que plasman su alternativa a los puntos 1.2 y 1.4. Finalmente lo ponen sobre la mesa. Arantza Santesteban se mantiene cabizbaja. Los socialistas no ocultan su indignación.

En una nueva reunión, el 10 de noviembre, Batasuna sigue en sus trece. Argumenta que no puede presentarse ante su gente si no se acepta su reinterpretación de los dos puntos de la discordia, sobre la territorialidad y el derecho a decidir. El PSE-EE recuerda que también tiene en la recámara un texto que echa por los suelos lo consensuado el 31 de octubre. El PNV trata de mediar y se encara con los emisarios de la izquierda abertzale. Les acusa de olvidar lo prometido en Anoeta y pretender imponer sus condiciones. La reunión coincide con los altercados con la Ertzaintza en Bilbao, en los que los radicales rociaron con gasolina a dos municipales.

En el último encuentro, el 15 de noviembre, todo parece perdido. El PNV aporta sus propios matices al texto para tratar de acercar posiciones, pero la izquierda abertzale dice que no pasará por el aro. Otegi, no obstante, no oculta su preocupación "¿Están los socialistas al límite?", insiste, en petit comité, a los jeltzales. Lo estaban.

En lo que quedaba de año tuvieron lugar nuevos encuentros bilaterales. La izquierda abertzale, con serios problemas internos, llega a reconocer al PNV que sus reivindicaciones maximalistas fueron un error estratégico y que sus propias bases en Navarra les tiraron de las orejas por proponer algo "inasumible e irreal".

Pide a los jeltzales que medien ante los socialistas. Éstos trasladan directamente al PSOE el arrepentimiento de la comitiva encabezada por Otegi y plantean que cualquier debate sobre territorialidad cuente con un margen de desarrollo mínimo de dos legislaturas (los dos años que quedaban de la actual y los cuatro de la próxima, suponiendo que los socialistas siguieran en el poder). Se abría un resquicio para la esperanza justo cuando la reaparición de ETA en Barajas el 30 de diciembre de 2006 acabó con cualquier posibilidad de acuerdo a corto plazo.

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Borrador del acuerdo consensuado el 31.10.2006
Bases para el diálogo y el acuerdo político

1.2 Mecanismos que posibiliten la adopción de decisiones a la ciudadanía vasca.
Nos comprometemos a defender que las decisiones que sobre el futuro político adopte libre y democráticamente la ciudadanía vasca sean respetadas por las instituciones del Estado. El acuerdo resultante garantizará que todos los proyectos políticos pueden ser no sólo defendidos en condiciones de igualdad de oportunidades y ausencia de toda forma de coacción o injerencia sino que, además, puedan ser materializados si ese es el deseo mayoritario de la ciudadanía expresado a través de los procedimientos legales. Dichos procedimientos legales podrán ser modificados en el futuro para que no sea una limitación a la voluntad popular sino garantía de su ejercicio.
1.4. Articulación territorial.
Partiendo de la actual realidad jurídico-política nos comprometemos a promover la creación de un órgano institucional común para los cuatro territorios. Este órgano tendrá las atribuciones ejecutivas y de propuesta legislativa en el marco competencial que se acuerde, de conformidad con el ordenamiento jurídico. Dichas atribuciones serán objeto de negociación durante el transcurso del diálogo multipartito.
Nos comprometemos a respetar el derecho de los representantes democráticamente elegidos a crear, impulsar, desarrollar y financiar instituciones del conjunto de los territorios y ámbitos de Euskal Herria.
Nos comprometemos a la creación de una eurorregión vasca u otras estructuras institucionales que la evolución del Tratado de la Unión Europea vaya permitiendo. Nos comprometemos a promover acuerdos y políticas transfronterizas.

Nueva propuesta maximalista de Batasuna

1.2. El ordenamiento jurídico-político resultante para los territorios de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa reconocerá y regulará los mecanismos jurídicos y políticos que permitan a la ciudadanía de los cuatro territorios adoptar decisiones en torno a su futuro político e institucional. Dichas decisiones se tomarán teniendo como único límite la voluntad popular . La utilización de dicho mecanismos permitirá a la ciudadanía de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa establecer libremente su condición política proveyendo asimismo su desarrollo económico, social y cultural.
1.4. Este Órgano Institucional Común elaborará un Estatuto de Autonomía para los territorios de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa en un plazo no superior a dos años desde su constitución. Dicho Estatuto deberá ser refrendado por la mayoría de la ciudadanía de cada ámbito. Asimismo, dicho Órgano Institucional Común garantizará y regulará, entre otros, la gestión de los derechos que pudieran derivarse de la condición nacional de Pueblo Vasco, así como de los mecanismos que dispondrá la ciudadanía de los cuatro territorios para decidir su futuro político e institucional.

Nueva propuesta del PNV

1.2. Añade: "El acuerdo político resolutivo garantizará la inclusión en el ordenamiento jurídico y político resultante para los territorios de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa el reconocimiento y regulación de los mecanismos jurídicos y políticos que permitan a la ciudadanía de los cuatro territorios adoptar decisiones en torno a su futuro político e institucional.
1.4. Los partidos firmantes nos comprometemos a que dichas modificaciones, en caso de contar con el apoyo de la voluntad popular, vayan en la dirección de profundizar y estrechar las relaciones entre ambas comunidades. Se incluirá en el ordenamiento jurídico-político resultante la regulación de los mecanismo que permitan a la ciudadanía de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa, así como de Nafarroa, adoptar las decisiones en torno a su futuro político e institucional en lo referido al marco de relación
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Negociaciones del Gobierno Zapatero con la ETA VERSIÓN SOCIALISTA

Elorza confirma que hubo "cesiones" en la negociación secreta de PSOE, Batasuna-ETA y PNV
EN LOYOLA SE HABLÓ DE AUTODETERMINACIÓN Y NAVARRA

Libertad Digital. Jueves, 2.08.2007

El alcalde de San Sebastián ha confirmado que PSOE, Batasuna-ETA y PNV negociaron en el Santuario de Loyola sobre una ruptura del País Vasco y Navarra con la Constitución. Las declaraciones del socialista Odón Elorza a Radio Euskadi, este miércoles, tienen la relevancia de desenmascarar el secretismo del Gobierno sobre sus tratos con la banda terrorista. "Hubo la posibilidad real de llegar a un acuerdo", ha señalado, "sobre unas bases interesantes, muy trabajadas, con concesiones". Se refiere Elorza, entre otras, al reconocimiento del País Vasco como Nación o a la creación de un Gobierno unificado con Navarra.

Lo que era un clamor, por las evidencias acumuladas, lo ha confirmado el alcalde de San Sebastián: hubo negociación política del PSOE con Batasuna-ETA, en contra de los ampulosos desmentidos del Gobierno de Rodríguez Zapatero.  

Es más,  Odón Elorza, confirma que el acuerdo estuvo al alcance de la mano, durante las conversaciones celebradas en el Santuario de Loyola, entre septiembre y noviembre de 2006, por PSE, Batasuna-ETA y PNV: "Hubo la posibilidad real de llegar a un acuerdo en una mesa inicial entre partidos", ha dicho Elorza este miércoles, 1.08.2007, a Radio Euskadi.   Según el alcalde socialista de San Sebastián, el principio de acuerdo tenía "unas bases interesantes, muy trabajadas, con concesiones", refiriéndose a lo que se ha publicado desde el pasado 28 de julio sobre el "borrador de mínimos" que llegó a manejarse en esas negociaciones.   Entre otros puntos acordados por PSOE, pro-etarras y nacionalistas, se incluía el reconocimiento del País Vasco como nación, un consenso sobre "el derecho a decidir" sobre la ruptura del País Vasco con España, o la creación de un órgano de co-gobierno con Navarra; todo, en coherencia con lo exigido con ETA como precio para dejar de matar, torturar y extorsionar.  

Si no se selló el acuerdo, finalmente, fue "como consecuencia de la actitud, en último extremo, exigente y radical e los abertzales de Otegi, seguramente a indicación de ETA".  

Las versiones difundidas recientemente sobre los tratos secretos de Loyola apuntan que el acuerdo estaba hecho y que, incluso, se había pactado depositar una copia del documento definitivo en El Vaticano, pero que exigencias que los representantes pro-etarras –Otegi, Rufino Etxebarría y Olatz Dañobeitia– intentaron incluir a última hora frustraron el acuerdo final.

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Negociaciones del Gobierno Zapatero con la ETA VERSIÓN PNV DEIA

Los socialistas iban a entregar Navarra y reconocer la autodeterminación a cambio de la paz

Libertad Digital. 29.07.2007

Deia publica este domingo, 29.07.2007, el desarrollo del documento acordado por PSE, PNV y ETA-Batasuna para el futuro del País Vasco y Navarra. Como ya adelantaba el sábado, los socialistas cedieron ante dos de las reivindicaciones de ETA que han causado más de mil muertos. La autodeterminación y la anexión de Navarra al País Vasco. Incluso tenían planes para Francia. Según Deia, "los socialistas llamaron la atención entre bromas del salto que suponía verse de la noche a la mañana reconociendo Zuberoa y Lapurdi como entidades vascas".

Según el periódico afín al PNV, las reuniones comenzaron en septiembre de 2006 y el 31 de octubre ya se había consensuado un borrador que abordaba la autodeterminación y la anexión de Navarra. Incluso se habló de incluir el llamado País Vasco francés.  

El texto tiene tres apartados: contenido, metodología y certificación ante notario, según la clasificación de Deia. Los socialistas tenían una "disposición absoluta" a "ceder en algunos planteamientos" en aras de la "responsabilidad" a cambio de un "compromiso de pacificación".  

El documento, bajo el título de "Bases para el diálogo y el acuerdo político" es una "fusión" de la Constitución, el Plan Ibarretxe y la Alternativa Democrática. Consta de cinco puntos. Uno de ellos recoge que "las decisiones que sobre el futuro político adopte libre y democráticamente la ciudadanía vasca sean respetadas por las instituciones del Estado". Este acuerdo se fue al traste cuando ETA-Batasuna exigió que los acuerdos de los ciudadanos vascos no tenían por qué ser refrendados por el Estado.   En cuanto a la anexión de Navarra, se decidió crear un órgano común con el País Vasco. PSE, PNV y Batasuna acordaron también formar dos mesas de partidos, una en el País Vasco y otra en Navarra y se contemplaba que el Partido Socialista Navarro se incorporara a las negociaciones en enero de 2007. Estaba previsto que las mesas se constituyeran en julio de 2007 y que participaran los partidos que quisieran con representación institucional. Apunta Deia que este punto demuestra que el Gobierno tenía más que claro la legalización de Batasuna.  

Según Deia, "los acuerdos resultantes de las Mesas de Partidos serían aprobados en los parlamentos correspondientes (vasco y navarro) y en las Cortes. Posteriormente, el acuerdo definitivo se sometería a un referéndum y se constituiría, a continuación, el Organo Institucional Común". ETA dio al traste con los planes del PSE.  

Imaz defiende a los socialistas  

El presidente del EBB del PNV, Josu Jon Imaz, ha salido en defensa de los socialistas. Dijo que las negociaciones de Loyola "se rompieron porque, en un momento determinado, Batasuna dio un giro de 180 grados y puso como condición para avanzar que el resto aceptásemos que Gipuzkoa, Bizkaia, Alava y Navarra conformasen una comunidad autónoma única en el plazo de dos o tres años". Además, explicó que los interlocutores socialistas se opusieron "frontalmente" a la petición de Batasuna y que desde el PNV también se opusieron "a que se intentase forzar al Partido Socialista con la amenaza violenta por medio".  

En declaraciones a Europa Press, Imaz remarcó, en referencia a los encuentros del Santuario de Loyola, que se barajaron "algunos borradores" con "aproximaciones en algunas materias", pero "no hubo acuerdo político entre las tres formaciones". En este sentido, sobre la posibilidad de que existiese un borrador de acuerdo que contemplase el derecho a decidir y la territorialidad que hubiese sido aceptado por los socialistas, el líder jeltzale señaló que "no se puede decir en ningún caso que el Partido Socialista aceptase un acuerdo en esos términos".

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Negociaciones del Gobierno Zapatero con la ETA VERSIÓN El Mundo

ETA y el Gobierno negociaron un plan de reinserción para pagar 1.500 euros mensuales a cada terrorista
LA BANDA SE CONVERTIRÍA EN UNA "FUNDACIÓN"

Libertad Digital. 29.07.2007

Según publica El Mundo, el Gobierno socialista, a través del CNI, preparó un plan que aplicaría en caso de que la banda terrorista ETA dejará las armas. Un total de trescientos millones de euros a aplicar en diez años. El objetivo era lograr la "reinserción" de los terroristas que llegarían a cobrar 1.500 euros mensuales. Al parecer, parte del dinero podría provenir de "pequeñas ayudas" proporcionadas por la Unión Europea. Incluso, se llegó a comprometer a un grupo de destacados empresarios vacos para que contrataran a varios etarras.

En su edición de este domingo, 29.07.2007, El Mundo afirma que durante los contactos entre el Gobierno del presidente José Luis Rodríguez Zapatero y la banda terrorista ETA, se llegó a negociar que el Centro Nacional de Inteligencia preparara un "plan" destinado a la reinserción de los terroristas que abandonaran las armas. En total, unos trescientos millones de euros cuya gran parte se utilizaría para pagar a los terroristas 1.500 euros al mes.  

Según el reportaje firmado por Antonio Rubio, el plan se iba a desarrollar en un máximo de diez años y en cada uno de ellos se aplicarían, al menos, treinta millones. La vigencia del proyecto, explica, se fundamentaba en la "población carcelaria" etarra, tanto en España como en Francia. Según fuentes oficiales, son 610 los terroristas presos.  

Después de que la banda terrorista dejará las armas, según las fuentes cercanas al CNI, las excarcelaciones de etarras se realizarían de forma escalonada, "un goteo". Al parecer, fueron los propios presos los que insistieron en que el plan de reinserción fuera lo suficientemente amplio para que ninguno de ellos quedara fuera.  

Para lograr ese propósito, los negociadores terroristas llegaron a recordar al Gobierno lo costoso que para el Estado significa una campaña de atentados en las playas durante el verano y lo fácil que para ETA representa llevarla a cabo. Para cerciorarse de que el plan cumplía con sus expectativas, según las fuentes, los representantes del Gobierno facilitaron a los intermediarios etarras "un borrador con las líneas generales" del proyecto de reinserción.  

De acuerdo con expertos en la lucha antiterrorista consultados por El Mundo, el plan de reinserción del Gobierno pretende evitar que, como en el caso de los terroristas del Ejército Republicano Irlandés y de los paramilitares desmovilizados, se convirtieran en traficantes de drogas o engrosaran las filas de la delincuencia. Los informantes recuerdan que "siempre ha habido cercanía entre el entorno de ETA y el mundo del tráfico de hachís" por lo que no sería de extrañar que "algunos de ellos dieran el paso al otro lado".   Del posible acuerdo, siempre según El Mundo, figuraba que ETA, tras comprometerse al cese definitivo de la violencia, se convertiría en una "institución o fundación" para que, de esa forma, pudiera recibir y administrar el dinero que le proporcionaría el Estado. Al margen del plan, destaca también el diario que tras la declaración de tregua de marzo de 2006, un grupo de importantes empresarios vascos se había comprometido ya a dar empleo a etarras que hubieran abandonado las armas o que fueran excarcelados.  Al dinero que la "fundación ETA" recibiría del Gobierno español, explica El Mundo, habría que sumársele las posibles subvenciones o ayudas que se tramitarían ante la Unión Europea bajo el argumento de que se utilizarían para "crear o activar" empresas que darían trabajo a los ex miembros de la banda terrorista, reinsertados, excarcelados o prófugos.

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Negociaciones del Gobierno Zapatero con la ETA VERSIÓN BATASUNA-ETA

Goirizelaia dice que el PSE habló "de Euskal Herria como nación"
DURANTE EL ENCUENTRO PNV, PSE Y ETA-BATASUNA

Libertad Digital. Lunes, 30.07.2007. Europa Press

Tras destaparse las "veladas" y molestas a posteriori conversaciones, la jurista de ETA-Batasuna ha acusado al PNV de "filtrar" y "manipular" detalles del encuentro para "tapar sus propias miserias" y por los resultados electorales. Goirizelaia ha reconocido que "se habló de Euskal Herria como nación, del derecho a decidir y de la territorialidad". Según la abogada, se "siguió hablando" incluso "cuando aquello se frustró". Aunque ha acusado a PSE de "imponer una serie de cuestiones por encima de otras" y asegurado que "ése fue el verdadero problema", ha reconocido que existen acuerdos "encima de la mesa a partir de los cuales hay que seguir trabajando".

La abogada y representante de ETA-Batasuna Jone Goirizelaia cosideró este lunes que el PNV "tapa sus propias miserias y frustraciones" levantando "una cortina de humo" sobre el proceso, mediante "la manipulación de datos". Además aseguró que la plataforma proetarra, en las conversaciones a tres bandas, actuó "con las manos libres", es decir, sin supeditación a ETA, y que el PNV y PSE-EE "se levantaron de la mesa" para no concretar aspectos de los que habían hablado los tres partidos, como el derecho a decidir o la territorialidad.  

En una entrevista en Radio Euskadi, recogida por Europa Press, Goirizelaia acusó al PNV de "filtrar" detalles de las conversaciones de Loyola porque los resultados electorales "no han sido en absoluto buenos" y por "los problemas internos" que, a su juicio, atraviesa el partido, aunque consideró que, "sobre todo, tiene que ver con una idea que a veces y constantemente el PNV quiere hacer, que es quitarse la responsabilidad y traspasarla a otras personas o a otras organizaciones o a otros partidos políticos como si en nada de lo que pasase en Euskal Herria el partido tuviera esa responsabilidad".  

Según dijo Goirizelaia, en las conversaciones que mantuvieron PNV, PSE y ETA-Batasuna "se habló de Euskal Herria como nación, del derecho a decidir, de buscar una solución democrática y de la territorialidad" pero "en términos muy genéricos, muy difusos y tan amplios, que luego cada uno los podía interpretar de una manera o no interpretarlos".  

Defendió que lo que hizo la formación ilegal fue intentar que esos términos se concretaran porque "si todo es muy amplio el problema está luego en las interpretaciones y en la concreción", y aseguró que fue entonces cuando "comenzaron a surgir los problemas".  

"La izquierda abertzale hizo una propuesta, que fue la propuesta de marco democrático, la propuesta de un Estatuto a cuatro con derecho a decidir, que es eminentemente democrática y que tiene su base y su fundamento en la decisión de los hombres y las mujeres que la tienen que sustentar. Y ante esto, el PNV y el Partido Socialista no hicieron una contrapropuesta, no dijeron por qué les parecía mal y lo que hicieron fue levantarse de la mesa", explicó. En su opinión, el problema es que "no se ha querido concretar el derecho a decidir" e insistió en que ése fue "el auténtico problema y el auténtico eje donde giró la discusión".  

Respecto al PNV, lo acusó de manipular al asegurar que las conversaciones de Loyola se rompieron porque ETA-Batasuna presentó un acuerdo diferente al que habían alcanzado las tres formaciones con anterioridad. "El PNV, para tapar sus propias miserias y sus frustraciones, está intentando levantar una cortina de humo y está manipulando los datos y manipulando la realidad. Está intentando explicar que (el acuerdo) no ha sido posible porque alguien ha intentado una serie de exigencias", censuró.  

A su entender, en el momento de la concreción, es cuando el PNV "hizo el papel de seguidismo total y absoluto, y el trabajo a Madrid", al preferir apostar "por el no proceso, el no acuerdo, el no a la solución", y optó por mantener la situación actual, "un estatus en el cual ellos están muy cómodos porque gestionan y les interesa y les interesa para su bolsillo y para su situación". Aseguró que la propuesta presentada por ETA-Batasuna era "total y absolutamente flexible", por lo que denunció que "antes de hablar sin ningún tipo de concreción, el PNV decidió levantarse de la mesa y dijo que no a todo eso".  

En este sentido, consideró que los resultados electorales "tienen mucho que ver con lo que ha pasado en el proceso de negociación" y "han pasado factura" al PNV, y reprochó a la formación de Imaz que, para explicar lo que ha pasado, "echa la culpa a los demás, en vez de asumir sus propias responsabilidades y ponerlas encima de la mesa". "Ahora se está intentando explicar, manipulando los datos y no ajustándose a la realidad, lo que pasó, dando una versión muy interada para intentar salvar sus propias miserias", reiteró.  

"Manos libres"  

Preguntada por el "tutelaje" de ETA y la supuesta "desautorización" de la banda a ETA-Batasuna para aceptar el acuerdo presentado por PNV y PSE, Goirizelaia subrayó que "la izquierda abertzale actuó total y absolutamente con las manos libres", y que planteó sus propuestas después de reflexionar y discutirlas con su militancia.   Recordó que las conversaciones de Loyola fueron "una mesa de partidos políticos" donde cada uno puso encima de la mesa sus propuestas y la plataforma proetarra actuó "con total y absoluta libertad y coherencia" para buscar una solución en base al derecho a decidir y la territorialidad. "Cualquier otra cosa no soluciona el conflicto político. Ya hemos tendo demasiados parches", añadió.  

Según Goirizelaia, incluso "cuando aquello se frustró" la ilegalizada formación siguió intentado buscar una solución, también durante la campaña electoral, y "siguió hablando con sus interlocutores políticos". No obstante, acusó a PNV y PSE de no querer buscar un acuerdo, sino "imponer una serie de cuestiones por encima de otras" y aseguró que "ése fue el verdadero problema".  

Proceso con prisas  

Reconoció que la "prisa" por encontrar una solución "ha pasado factura", aunque reconoció que se han conseguido avances y existen acuerdos "encima de la mesa", a partir de los cuales hay que partir para seguir trabajando.   Señaló que "el diálogo es el instrumento y el acuerdo es la fórmula" para encontrar una solución y defendió la propuesta de marco democrático presentada por Otegi porque "incluso desde la legalidad española vigente es posible y es factible".   En referencia al alto el fuego, manifestó que fue ETA quien tomó esa decisión y la responsable de las consecuencias, mientras que la intención de ETA-Batasuna "ha tomado la decisión de seguir trabajando para buscar un acuerdo que cierre definitivamente el conflicto político".   Por ello, reprochó al Gobierno central que, tras el comunicado de ETA, variase su planteamiento y que "lo primero que hace es trasladar a Iñaki de Juana, lo segundo que hace es encarcelar a Arnaldo Otegi y lo tercero es seguir desarrollando toda la política judicial, policial, que tenía más o menos medio parada, pero que se reabre al minuto siguiente".

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NEGOCIACIONES DE LOIOLA
Goirizelaia: "PNV y PSOE se levantaron de la mesa para no concretar el derecho a decidir"

GARA. Lunes, 30/07/2007. BILBO

La abogada Jone Goirizelaia ha considerado hoy que PNV y PSOE "se levantaron de la mesa" para no concretar aspectos de los que habían hablado los tres partidos, como el derecho a decidir o la territorialidad. Así, ha señalado que el PNV "tapa sus propias miserias y frustraciones" levantando una cortina de humo" sobre el proceso "manipulando datos".

En una entrevista realizada en Radio Euskadi, Goirizelaia ha acusado a PNV de "filtrar" detalles de las conversaciones de Loiola porque los resultados electorales "no han sido en absoluto buenos" para la formación jeltzale y por "los problemas internos" que, a su juicio, atraviesa el partido, aunque ha considerado que, "sobre todo, tiene que ver con una idea que a veces y constantemente el PNV quiere hacer, que es quitarse la responsabilidad y traspasarla a otras personas o a otras organizaciones o a otros partidos políticos como si en nada de lo que pasase en Euskal Herria el partido tuviera esa responsabilidad".

Según dijo Goirizelaia, en las conversaciones que mantuvieron PNV, PSOE y la izquierda abertzale "se habló de Euskal Herria como nación, del derecho a decidir, de buscar una solución democrática y de la territorialidad" pero "en términos muy genéricos, muy difusos y tan amplios, que luego cada uno los podía interpretar de una manera o no interpretarlos".

Ha defendido que lo que hizo la izquierda abertzale fue intentar que esos términos se concretaran porque "si todo es muy amplio el problema está luego en las interpretaciones y en la concreción", y aseguró que fue entonces cuando "comenzaron a surgir los problemas".

"La izquierda abertzale hizo una propuesta, que fue la propuesta de marco democrático, la propuesta de un Estatuto a cuatro con derecho a decidir, que es eminentemente democrática y que tiene su base y su fundamento en la decisión de los hombres y las mujeres que la tienen que sustentar. Y ante esto, el PNV y el PSOE no hicieron una contrapropuesta, no dijeron por qué les parecía mal y lo que hicieron fue levantarse de la mesa", ha explicado

En su opinión, el problema es que "no se ha querido concretar el derecho a decidir" e insistió en que ése fue "el auténtico problema y el auténtico eje donde giró la discusión".

Cortina de humo

Respecto a PNV, ha acusado a la formación jeltzale de manipular al asegurar que las conversaciones de Loiola se rompieron porque la izquierda abertzale presentó un acuerdo diferente al que habían alcanzado las tres formaciones con anterioridad. "El PNV para tapar sus propias miserias y sus frustraciones está intentando levantar una cortina de humo y está manipulando los datos y manipulando la realidad. Está intentando explicar que (el acuerdo) no ha sido posible porque alguien ha intentado una serie de exigencias", ha censurado.

A su entender, en el momento de la concreción, es cuando PNV "hizo el papel de seguidismo total y absoluto, y el trabajo a Madrid", al preferir apostar "por el no proceso, el no acuerdo, el no a la solución", y optó por mantener la situación actual, "un estatus en el cual ellos están muy cómodos porque gestionan y les interesa para su bolsillo y para su situación".

Ha asegurado que la propuesta presentada por la izquierda abertzale era "total y absolutamente flexible", por lo que ha denunciado que "antes de hablar sin ningún tipo de concreción, el PNV decidió levantarse de la mesa y dijo que no a todo eso".

En este sentido, ha considerado que los resultados electorales "tienen mucho que ver con lo que ha pasado en el proceso de negociación" y "han pasado factura" a PNV, y ha reprochado a la formación de Imaz que, para explicar lo que ha pasado, "echa la culpa a los demás, en vez de asumir sus propias responsabilidades y ponerlas encima de la mesa".

"Ahora se está intentando explicar, manipulando los datos y no ajustándose a la realidad, lo que pasó, dando una versión muy interada para intentar salvar sus propias miserias", ha reiterado.

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Jefes de ETA presos en Francia critican a Ternera por su gestión del proceso

ABC. Lunes, 30/07/2007. J. PAGOLA / D. MARTÍNEZ. MADRID.

Ex cabecillas de ETA presos en cárceles de Francia mostraron su disconformidad, por motivos diferentes, con la forma en la que la actual dirección de la banda, con «Josu Ternera» a la cabeza, estaba gestionando el denominado «proceso de paz». Algunos, como Félix Alberto López de la Calle, «Mobutu», y Mikel Albizu, «Mikel Antza», reprocharon a los jefes de la banda la escasa información suministrada a la «izquierda abertzale» a lo largo del «alto el fuego permanente», y otros, como José Javier Arizcuren Ruiz, «Kantauri», y José Antonio Olarra Guridi, criticaron «la falta de rumbo» y que se había llegado a la «tregua» sin «acumulación de fuerzas», ni en el «frente político», ni en el «militar».

El debate suscitado entre estos antiguos cabecillas se produjo entre enero y febrero de este año, no mucho después del brutal atentado contra la Terminal 4 de Barajas, y se desprende de las diferentes investigaciones llevadas a cabo por los servicios de Información sobre los presos de la banda.

Tradicionalmente, salvo alguna excepción, como ocurrió con Domingo Iturbe Abásolo, «Txomin», los jefes de la banda dejan ya de tener capacidad de decisión y mando en el momento en que son detenidos. Automáticamente toma el relevo el etarra que ejercía como «número dos» en el «aparato» correspondiente. Pero hace unos años, y ante el vacío de poder en ETA como consecuencia de la sucesiva caída de cabecillas, la banda decidió constituir una especie de «consejo de ancianos», integrado por algunos de los antiguos dirigentes recluidos en cárceles de Francia, que aunque no tuviera capacidad de decisión en cuestiones operativas, sí disponía de cierta influencia en la estrategia global.

Voces críticas

La mayoría de estos antiguos dirigentes presos en el vecino país discrepan de la forma en la que los actuales jefes de ETA han gestionado el «alto el fuego», pero lo hacen por motivos bien diferentes. De las «aportaciones» de unos y otros se desprende, sin embargo, que nadie se replantea la «legitimidad» de la actividad terrorista. A lo más, cuestionan que en un momento concreto sea oportuno ejercerla.

Para el antiguo responsable del «aparato logístico» Félix Alberto López de la Calle Gauna, «Mobutu», la «Organización» no ha sabido dirigir el alto el fuego por «falta de rumbo», al tiempo que pone en evidencia una serie de contradicciones durante este periodo, como que un día la banda dijera que el proceso avanzaba y al siguiente todo lo contrario; es decir, que estaba bloqueado. Pero aquí no acaban sus críticas. «Mobutu» arremete contra la actual dirección por haber tenido «desinformada» a la izquierda abertzale, especialmente a los «políticos». Cree, en este sentido, que durante los catorce meses de tregua se han creado muchas expectativas en Batasuna y sus grupos satélites y «todo para nada». En opinión del etarra, el atentado de ETA en el aeropuerto de Barajas no sólo causó sorpresa en la izquierda abertzale sino que «no lo entendió». Su perplejidad fue «pública y así lo pudimos ver todos». Para Mobutu, el asesinato de los dos ecuatorianos, fue el fin de la tregua y por ello no alcanza a entender por qué la «Organización» la mantuvo hasta el pasado 5 de junio. Ante esta situación, el preso llega a poner en duda que la dirección etarra tuviera una «idea clara de lo que quería» durante el «proceso» y, por este motivo, se plantea si en lugar de la negociación, lo que pretendía era una «parada táctica».

José Antonio Olarra Guridi, miembro del «comando Madrid» antes de pasar a jefe del «aparato militar», es uno de los etarras que en este debate mantuvo posiciones más duras. En su opinión, la «Organización» erró desde el punto de partida debido a que «no hubo la suficiente acumulación de fuerzas», ni «del frente político ni el militar»; es decir, de atentados previos para ir a la mesa de negociación desde una posición de fortaleza. En su opinión, los atentados cometidos en 2005 y 2006 no aportaron presión y por ello cree que el PSOE interpretó la declaración de alto el fuego como una muestra de «debilidad y de que la Organización estaba contra las cuerdas». Todo esto le lleva a pensar que «el Estado», en lugar de abordar «el problema político», lo que ha hecho es «atacar» a la izquierda abertzale y ganar tiempo.

El mismo sentido critico lo mantiene José Javier Arizcuren Ruiz, «Kantauri», que ya se mostró en contra de la tregua anunciada tras el Pacto de Estella. A su juicio, el «proceso» no estaba «maduro» y critica a la actual «Organización» por no haber sabido aprovechar la «experiencia de Lizarra-Garasi». Así, recuerda que en ese proceso la situación «estaba más madura y, sin embargo, el PNV nos engañó». Esto le lleva a pensar que ETA ha tropezado dos veces en la misma piedra, ya que, en su opinión, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, planteó el «proceso» de negociación «en clave de rendición», como si la desaparición de la banda «resolviera el conflicto». Por último, «Kantauri», que se muestra partidario de romper ya, expresa su total desconfianza en los cabecillas etarras y considera que no tienen capacidad «para responder».

Ignacio Gracia Arregui, «Iñaki de Rentería», ex máximo dirigente de la banda terrorista, también cuestiona a la «Organización» hasta el punto de acusarla de improvisación. Al igual que «Kantauri», cree que la cúpula etarra carece de «capacidad de respuesta» y por ello se pregunta si ha sopesado las consecuencias «de volver a la lucha armada». En este contexto señala que no se puede volver a la actividad terrorista y «dejar la iniciativa a las policías española y francesa, con represión».

No cerrar del todo

Para el interlocutor de ETA en la tregua de Estella, Miguel Albizu Iriarte, «Mikel Antza» considera que la negociación que se puso en marcha tenía sus riesgos, pero considera que lo crucial es que la izquierda abertzale entienda bien por qué se abrió el «proceso» y por qué se puede cerrar ahora. Además de advertir que no debe repetirse la experiencia de «Lizarra Garasi», «Antza» se refiere al atentado de Barajas, para decir que fue «contraproducente», no sólo por ser criticado por la izquierda abertzale, sino porque «dio argumentos al Estado para elevar las condiciones y ralentizar el proceso, que es lo que le conviene». El preso considera que la «Organización» no se ha explicado lo suficiente cuando ha dicho que también el Gobierno ha incumplido los compromisos.

Para Félix Esparza Luri, detenido junto a «Mobutu», durante el «proceso» la izquierda abertzale ha estado «desorientada» y el PSOE no ha querido la negociación política. En su opinión, no se ha sabido analizar la situación y al mismo tiempo lamenta que la «Organización» no se haya «rearmado lo suficiente», lo que le lleva a concluir que puede pasar «factura».

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