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La c es de castidad en la estrategia abc

NÉSTOR PONGUTÁ PUERTO. El País. Roma. Jueves, 4 de mayo de 2006.

Entrevista a ALFONSO LÓPEZ TRUJILLO / Presidente del Consejo para la Vida y la Familia de la Iglesia católica

"El abc, suena más claramente en inglés ya que se lo inventaron en Estados Unidos. A, de abstinencia; b, de Be faithful, ser fiel. Y la c no es de condón como dicen algunos. La c es de castidad"

Está demostrado que en Uganda, donde se ha trabajado con rigor el abc, ha bajado el contagio. En los otros países sigue aumentando a pesar de los cargamentos de profilácticos

Uganda ha reducido el SIDA del 18% al 6'6% con el programa de castidad de la hermana Duggan apoyado por el gobierno

"No hay nada sobre la aceptación del uso del preservativo"

"El cardenal Lozano Barragán, que es el presidente del Pontificio Consejo para la Salud, ya declaró al diario Avennire que no ha recibido jamás ese encargo"

"Todo lo que ha dicho en estos últimos meses Benedicto XVI es recomendar la fidelidad, la continencia, la castidad"

"La de Martini es una opinión personal que no se conoce en el magisterio. Hasta ahora muchísimos no ven el camino de aceptación [del condón]"

"Jamás la Iglesia ha reconocido el aborto en el caso de que la vida de la madre sea amenazada por el hijo, nunca se ha permitido y no se permitirá"

El cardenal colombiano, Alfonso López Trujillo, (Tolima, 1936) es el presidente del Pontificio Consejo para la familia de la Santa Sede. Tras el debate suscitado sobre la posibilidad de que la Iglesia cambie su postura sobre el uso del condón, decidió romper su silencio para aclarar que la Iglesia no va a revisar su posición. La entrevista se celebró el martes en la sede de este consejo en la plaza San Calisto de Roma.

Pregunta. El cardenal Carlo Maria Martini considera el uso del condón como "un mal menor" frente al sida. ¿Qué opina de esto?

Respuesta. Él pretende estar presente en el campo pastoral. No es ésa actualmente su tarea. Martini es un especialista en la Biblia, y desde luego ha hablado a título personal. Y los moralistas y las personas que traten estas cuestiones pastorales sopesarán las cosas en la forma correcta. Pero lo que sí puedo decir es que en el Dicasterio, al cual yo sirvo desde hace 16 años, no hay ninguna instrucción para presentar nuestro trabajo con algún tipo de novedad.

P. Hace unas semanas se dijo que el cardenal Javier Lozano Barragán había declarado que el Papa le había encargado un estudio sobre el uso del condón. ¿Que sabe sobre esto?

R. Ningún pontífice hasta ahora ha abierto esa posibilidad. No lo ha hecho Pablo VI, no lo ha hecho Juan Pablo II a lo largo de 27 años, ni lo ha hecho este Papa, que esta trabajando mucho por la familia y por la vida. Todo lo que ha dicho en estos últimos meses Benedicto XVI es recomendar la fidelidad, la continencia, la castidad. Es lo único que yo he leído hasta ahora y eso es lo que da la plena seguridad. El cardenal Lozano Barragán, que es el presidente del Pontificio Consejo para la Salud, ya declaró al diario Avennire que no ha recibido jamás ese encargo.

P. ¿En qué se basa este argumento?

R. En todos los documentos y libros que tenemos. Esto no puede ser olvidado. Desde luego, si hubiera alguna posición o algo para revisar yo lo sabría.

P. Entonces, ¿la Iglesia no ha cuestionado jamás la posibilidad del uso del condón como medio de prevención ante una enfermedad tan grave como el sida?

R. En cuanto a este caso, es bien curioso que nunca había aparecido antes, cuando ya había enfermedades de transmisión fácil y peligrosa como es el caso de la sífilis. En ningún documento se puede invocar que un Papa o que una autoridad con la fuerza de la Iglesia hubiera permitido su uso.

P. Entonces, ¿qué hay que hacer en el caso de que uno de los esposos tenga sida?

R. Los esposos pueden entrar en un plan de continencia, de castidad, para no poner en riesgo la seguridad del otro. Algunos moralistas se han referido al grado de relatividad de la seguridad del condón. La Organización Mundial de la Salud (OMS) sabe que hay una relatividad, un peligro.

P. Volviendo al tema, ¿no es posible por ahora la aceptación del preservativo en casos específicos, como dijo Martini?

R. Ésa es una opinión personal que no se conoce en el magisterio. Hasta ahora muchísimos no ven el camino de aceptación. Pero advierto, en algunos casos podría ser estudiado por las personas competentes y por los dicasterios competentes. Pero por ahora no hay nada.

P. Usted había hablado en una oportunidad de la estrategia abc. ¿Qué es exactamente?

R. El abc, suena más claramente en inglés ya que se lo inventaron en Estados Unidos. A, de abstinencia; b, de Be faithful, ser fiel. Y la c no es de condón como dicen algunos. La c es de castidad.

P. ¿Y qué pasa con la situación del contagio en África?

R. Tenemos un estudio sobre África y está demostrado que en Uganda, donde se ha trabajado con rigor el abc, ha bajado el contagio. En los otros países sigue aumentando a pesar de los cargamentos de profilácticos, y es que en la medida en que las costumbres se relajan y que buscan el hedonismo a todo precio, es allí donde no hay unos valores fundamentales sobre todo para los jóvenes, las familias, y esto hace que se derrumbe el edificio moral y viene la muerte a los pueblos.

P. En cuanto al aborto, el cardenal Martini indicaba que en el caso específico de que la vida de la madre corriera peligro se podría considerar la situación. ¿Cuál es su postura?

R. Esto sólo puede explicarse con una mala transcripción. Jamás, por ninguna razón se puede eliminar la vida del inocente, y la vida del inocente es el feto. Jamás la Iglesia ha reconocido el aborto en el caso de que la vida de la madre sea amenazada por el hijo, nunca se ha permitido y no se permitirá, porque es la única doctrina de la Iglesia. Yo creo que en ese sentido el cardenal fue malinterpretado, porque una persona tan importante con una vasta gama de conocimiento sabe muy bien que nunca la moral católica ha dicho otra cosa.

P. Otro tema sobre la mesa fue la eutanasia. ¿Cuál es la posición de la iglesia?

R. La eutanasia es un mal intrínseco y hay quienes acuden a una piedad pero ésa es una piedad que se vuelve agresiva e injusta contra la misma persona. Es una especie de suicidio asistido porque la verdadera eutanasia, apresurar directamente o el infligir directamente algo que elimine al paciente para evitarle el dolor en semejante drama, no es aceptado por la Iglesia.

P. ¿Y el uso de los adelantos médicos para alargar la vida?

R. Ése es un tema muy diferente. Cuando se acude a estos aparatos costosísimos y extraordinarios para prolongar la vida, eso se llama encarnizamiento terapéutico. Es una especie de invasión terapéutica en la cual se quiere a toda costa preservar la vida. A eso no se está obligado, pero se puede aceptar.

P. ¿Y cuando el paciente no quiere seguir viviendo?

R. Quitar la vida a un paciente que lo pide no es aceptable. Un médico que haga eso comete un delito punible. La Iglesia puede comprender el drama, la tragedia. Yo vi la película Mar adentro, he leído mucho sobre casos similares y duele en el alma este drama, yo no los condenaría. Quien los condena es precisamente la misma ley de la vida, la cual hay que mantener. El único señor de la vida es Dios y no lo podemos reemplazar.

P. Pero ya hay países en los que se permite la eutanasia.

R. Es cierto, hay algunos países que se han burlado de la naturaleza y de la ciencia. El cristiano no lo puede aceptar.

P. ¿Qué le tiene que decir al cardenal Martini?

R. Al cardenal Martini le tengo un gran aprecio. Cuando tenga la oportunidad de verlo, conversaremos. Y seguramente me dará la buena noticia de que algunas de sus declaraciones se tomaron mal.