Crónica

La Policía ocultó al juez documentos que rebaten la versión oficial del 11M en torno a El Chino

Libertad Digital. Domingo, 13-07-2008. Luis del Pino

Jamal Ahmidan es, para la versión oficial de los atentados del 11-M, el cerebro operativo de la masacre. Pero todo lo que rodea a su historial está envuelto en un manto de confusión. Según los informes policiales, su mujer era española y con ella tenía un hijo. Y su domicilio lo tenían en una casa del barrio madrileño de Vallecas, en la calle Villalobos. Sin embargo, varios de los datos fundamentales acerca del alquiler de esa casa, que rebaten lo que se nos ha dicho en torno a El Chino, no llegaron nunca a poder del juez Del Olmo.

En concreto, la policía interrogó al dueño de la casa de la C/ Villalobos 51, que es quien había alquilado ese inmueble a Jamal Ahmidan, pero esa declaración del casero no llegó a incorporarse al sumario. Como tampoco se incorporó al sumario el propio contrato de alquiler. Y quizá haya una buena razón para ello: ese contrato fue firmado por Jamal Ahmidan (bajo la falsa identidad de Said Tlidni) en 2001, una fecha en la que se supone, siempre según la versión oficial, que Jamal Ahmidan estaba en la cárcel en Marruecos.   Todo lo referido a la vivienda de la C/ Villalobos está inmerso, dentro del sumario del 11M, en un mar de confusión. En ninguna parte del sumario consta una historia clara de quién vivió allí, de cuándo fue Jamal Ahmidan a habitar esa vivienda y de con quién vivió en ella.   Se supone que Jamal Ahmidan vivió en ese inmueble del madrileño barrio de Vallecas en los meses previos a la masacre, junto con su mujer y su hijo. Sin embargo, las declaraciones incorporadas al sumario son sumamente contradictorias.  

Así, en su primera declaración policial, la mujer de Jamal Ahmidan afirmó que esa vivienda había sido alquilada por Mustafá, el hermano de Jamal, en 1994, y que ella y Jamal fueron a vivir en ella en octubre de 2003, después de volver Jamal de Marruecos. También declaró que había conocido a Jamal en 1993, pero que había dejado de convivir con él en 1995, volviendo a retomar la relación en el verano de 2003.  

Sin embargo, Mustafá Ahmidan declaró ante el juez Del Olmo que vino a España en el año 2000, por lo que es imposible que alquilara esa vivienda en 1994. También declaró que al venir a España fue a vivir a esa casa de la C/ Villalobos en compañía de Jamal y de su novia. Pero, si la mujer de Jamal no retomó la relación con él hasta 2003, ¿cómo es posible que Mustafá diga que en 2000 vivía con Jamal? ¿O es que en esas fechas Jamal vivía con alguna otra persona?   ¿Quién alquiló la casa de la C/ Villalobos y en qué fecha se alquiló? Hubiera bastado con tomar declaración al dueño del piso para saber la respuesta a esas preguntas, pero al sumario del 11-M no se llegó nunca a incorporar semejante declaración.  

Y, sin embargo, según ha podido saber Libertad Digital, esa declaración existió. La Policía tomó declaración al dueño del piso, y éste hizo entrega de dos contratos de alquiler de la casa. El primero de ellos fue firmado por Jamal Ahmidan con el nombre falso de Said Tlidni en el año 2001. Posteriormente, un año antes del 11-M, le hicieron al casero poner el contrato a nombre de Mustafá Ahmidan. Pero ni la declaración del casero, ni los contratos de alquiler del piso llegaron a poder del juez Del Olmo, porque no fueron incorporados al sumario.   El problema fundamental radica en la fecha: se supone que Jamal Ahmidan estuvo preso en una cárcel de Marruecos entre finales de 2000 y mediados de 2003. Entonces, ¿cómo es posible que firmara un contrato de alquiler en 2001 para entrar a habitar la casa de la C/ Villalobos?   No se trata del único dato que apunta a que Jamal Ahmidan estuvo viviendo en esa casa en las fechas en las que, según la versión oficial, estaba preso en Marruecos. Los vecinos recuerdan perfectamente a ese marroquí que habitó en aquel piso de la C/ Villalobos en los dos años anteriores a la masacre, en compañía de una mujer y de otra pareja (su amigo Abdelilah Abdelilah El Fadual y su compañera sentimental, que abandonaron posteriormente la casa por las discusiones que se producían entre las dos mujeres).  

Asimismo, el análisis de uno de los ordenadores encontrados en la C/ Villalobos muestra numerosos accesos a Internet efectuados por Jamal Ahmidan en el primer semestre de 2003, accesos que no hubieran podido figurar en ese ordenador en caso de que Jamal hubiera estado, efectivamente, en una cárcel marroquí en esas fechas.