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Catalanismo racista

ok diario, 15 de abril de 2018 https://okdiario.com/espana/cataluna/2018/04/14/padres-del-separatismo-catalanes-somos-raza-aria-espanoles-son-raza-inferior-2123046

Recopilación de textos elaborada por el historiador y presidente de la asociación Profesores por el Bilingüismo, Francisco Oya

Uno de los fundadores del nacionalismo catalanista Pompeu [Pompeyo] Gener (1848-1920) en un ensayo de finales del XIX, defendía este enfoque racista:

“Creemos que nuestro pueblo es de una raza superior a la de la mayoría de los que forman España. Sabemos por la ciencia que somos arios”.

“En España, la población puede dividirse en dos razas. La aria (celta, grecolatina, goda), o sea del Ebro al Pirineo; y la que ocupa del Ebro al Estrecho, que, en su mayor parte, no es aria sino semita, presemita y aun mongólica. Nosotros, que somos indogermánicos, de origen y corazón, no podemos sufrir la preponderancia de tales elementos de razas inferiores“.

Años después insistió:

“Soñamos con un imperio intelectual y moral mediterráneo, por nuestra influencia sobre las restantes naciones latinas, sin ser desviados por las durezas e ignorancias castellanas (…) Nuestro patriotismo es de Patria superior. Los demás pueblos de España ya nos seguirán, si quieren o si pueden, y si no, peor para ellos. Tal es nuestro cometido”.

 Enric Prat de la Riba (1870-1917), fundador  de la Lliga Regionalista, padre del nacionalismo catalanista. En 1898 escribía:

“Los castellanos, que los extranjeros designan en general con la denominación de españoles, son un pueblo en el que el carácter semítico es predominante; la sangre árabe y africana que las frecuentes invasiones del sur le han inoculado se revela en su modo de ser, de pensar, de sentir y en todas las manifestaciones de su vida pública y privada”.

Frente a ellos contraponía la “fuerza de la prosperidad económica, de energías intelectuales, morales y artísticas” de Cataluña, “la principal representante de la civilización europea en ese fajo mal atado de kabilas africanos que el Estado español encarna“.

El nacionalista catalanista Daniel Cardona i Civit (1890-1943) fundó la organización Nosaltres Sols!, nombre copiado del Sinn Féin, el brazo político del IRA. Hablaba así de los inmigrantes del resto de España:

“Sintiendo como una repulsión instintiva por el trabajo, vienen a nuestra tierra a buscar los garbanzos que les son difíciles de encontrar en la suya (…) Compañeros, hace falta meterse en este importante aspecto de la invasión enemiga. La tierra y la riqueza catalana pasan así fácilmente sin que nadie se dé cuenta a manos de nuestros enemigos. Para una mujer catalana, sólo un patriota catalán como marido. Hace falta infiltrar en la mujer catalana una máxima repulsión hacia toda unión que además de entregar al enemigo tierras y bienes catalanes, vaya a impurificar la raza catalana”.

El nacionalista catalanista Josep Genovès Moles publicó en 1931, ya en la Segunda República:

“Ningún catalán ni ninguna catalana dignos de tal nombre admitirán unión matrimonial con individuo español o hijo de españoles“ ... “consideramos anticatalanas tales uniones y, como tales, las combatiremos. Declaramos mal catalán al que, después de habérsele hecho tales reflexiones, efectúe el matrimonio”.

Francesc Macià (1859-1933), antiguo coronel del ejército español convertido al nacionalismo catalanista, decía por escrito en 1923 de los inmigrantes del resto de España:

“Esta inmundicia de basuras que han colmado la indignación de tantos sutilísimos comodones, no nos ha aterrorizado mucho a nosotros, acostumbrados a soportar la existencia de otra inmundicia más grande, la gitanada inmensa de una clase de gente que lleva gangrenando Barcelona desde hace tiempo; todo este pudridero de barrios bajos en descomposición, en donde se engendra la maldad y el microbio… Y de los barrios bajos que hemos señalados –al decir barrios bajos quiero decir España– son hijas todas las prostitutas de calle y de cabaret que envenenen la vida de nuestra juventud”.

El expresidente de la Generalidad, Jordi Pujol Soley publicó en 1976, el libro La inmigración, problema y esperanza de Cataluña en el que dice:

El hombre andaluz no es un hombre coherente. Es un hombre anárquico. Es un hombre destruido. Es, generalmente, un hombre poco hecho, un hombre que vive en un estado de ignorancia y miseria cultural, mental y espiritual“.... “Es un hombre desarraigado, incapaz de tener un sentido un poco amplio de comunidad. De entrada, constituye la muestra de menor valor social y espiritual de España. Ya lo he dicho antes. Es un hombre destruido y anárquico. Si por la fuerza del número llegase a dominar sin haber superado su propia perplejidad, destruiría Cataluña“.