......HISTORIA DE NAVARRA.......

Últimos carriquiris en Pamplona

DN Viernes, 20 de agosto de 2010 A PUNTA SECA FERNANDO PÉREZ OLLO

Los descendientes de Carriquiry

Juan Nazario Carriquiri Ibarnegaray vio la luz en el número 9 (entonces) de Chapitela a las 8 horas del 28 de julio de 1805, hijo de Pedro Carriquiri Etchecopar, suletino de Idaux, y de Dominica Ibarnegaray Landutch, navarra de San Juan de Pie del Puerto. La madre de Dominica también era zuberotarra, de Arbe. Antes que Nazario nacieron sus hermanas María Dionisia (1801-1885), que casó en 1831 con Juan Pedro Lagarde Baccarrera, nacido en Lucgarier, y Claudia Dominica (1804), muerta a los dos días.

Al principio, los Carriquiri-Ibarnegaray, casados en San Juan de Pie del Puerto (1801), vivieron en la parroquia de San Nicolás, calle Salinerías, nº 26, lindante con la Plaza de la Fruta (luego Consistorial). El padre se dedicaba al comercio, con tienda de sombreros, pañuelos y menaje de hogar, y no de calderería, como se ha escrito y repetido. El padrón de 1811-1812, Barrio de la Navarrería y Santa Cecilia, dice que Pedro Carriquiri, vecino de Chapitela, acaso incomodado por el bloqueo de la División de Voluntarios, "pasó a Francia con intención de establecer su residencia en aquel Imperio y se le considerará en las subcesivas (sic) contribuciones como forano". No se estableció en Francia y volvió en septiembre de 1815. Carriquiri padre, que solicitó a las Cortes de Navarra la naturaleza foral en mayo de 1801, febrero de 1807 y noviembre de 1817, la obtuvo el día de San Miguel de 1828: se decía dedicado "particularmente al comercio de todas las principales producciones del país, cuales son las lanas". Para entonces y desde hacía una década la familia vivía en el 25 (entonces) de Estafeta y Pedro -cuyo apoderado era Pedro Dutel Labourdette, natural de Nay (sobre el Gave de Pau y el Béez), casado con la pamplonesa Dominica Inda,vecino de Estafeta, 1- aparece como "comerciante con lonja". Carriquiri hijo apadrinó a Jerónimo Nazario (1827-1845), séptimo de los diez hijos que tuvieron los Dutel-Inda.

Carriquiri el liberal aprovechante

Nazario Carriquiri pasó a los 17 años a Francia "de aprovechante", pero estaba de vuelta un año después y en agosto de 1830 firmó ante el notario Javier Mª Goñi las capitulaciones matrimoniales con la tafallesa Saturnina Moso Villanueva, atestiguadas por Dutel y Fulgencio Barrera, diputado del Reino, y Florencio García Goyena, abogado de los Reales Consejos. La boda se celebró por poderes cuatro meses después. El primogénito, F., murió a poco de nacer en noviembre siguiente, bautizado por "el Dr. Jaime Salvá, catedrático del R. Colegio de Medicina y Cirugía de este Reino". En su etapa local, antes de trasladarse a Madrid, Carriquiri participó -como Moso- en la conspiración liberal de O"Donnell en Pamplona (1840) y en la desamortización.

Resulta sorprendente que Carriquiri no figure en el Espasa -el hierro taurino, sí-, ni entre los cuatrocientos Temas de Cultura Popular, ni en la serie de Javier Ibarra dedicada a navarros ilustres. Hombre que se movió en la órbita de Riánsares y del marqués de Salamanca, es decir en el círculo español de Rothschild, vivió severos altibajos de fortuna y ostentó actas de senador, siempre por Navarra. Cuando murió en Madrid el 26 de enero de 1884, El Eco de Navarra insertó una breve necrológica que atribuía al difunto prócer 83 años y resaltaba que la "Reina Cristina, abuela de nuestro Soberano, tan desgraciada en la elección de sus administradores, halló en Carriquiri un amigo fiel hasta el sacrificio y un probo gestor en los intereses que le fueron confiados." Abierto a todos, "servía con decisión al general Narváez, porque fue moderado, mientras existió este partido, y el general Prim (le) consideraba como uno de sus mejores amigos". La nota no ocultaba que el extinto "fue muy rico y la política ha cercenado considerablemente su fortuna, porque el Sr. Carriquiri poseía en alto grado la honradez navarra". También es cierto que los negocios de Carriquiri, privados, se apoyaban no poco en el favor político. La semana siguiente la Asociación Éuskara de Navarra manifestó "el profundo sentimiento que le había causado la pérdida de tan exclarecido (sic) hijo de Navarra", socio honorario desde 1877 a propuesta de Nicasio Landa, aprobada por unanimidad en batzarre que presidió Esteban Obanos.

Los toros de Carriquiri

Carriquiri cruzó el ganado del tudelano Guenduláin con vacas andaluzas de Lesaca. Debutó en Pamplona en los sanfermines de 1852, primeros de la plaza municipal fija, incendiada y derruida en 1921, arrendada entonces para quince años a Nicolás Aztaráin Algarate, aezcoano de Orbaiceta y carpintero, que pronto alegó pérdidas cuantiosas por el fuerte decaimiento de toros, toreros y afición(?!). Aztaráin no cumplió ni un quinquenio como empresario.

Cobaleda compra los carriquiris

Ha salido a la venta una edición facsímile de la escritura de venta de la ganadería Carriquiri (Pamplona, 2010, Editorial Evidencia Médica, 49 páginas, 20 ?), edición a cargo de Satur Napal Lecumberri. La escritura la formalizó el notario Juan Miguel Astiz en Pamplona el 30 de abril de 1908.

La pieza notarial reproducida no es la original protocolizada, sino la primera copia expedida por Astiz "a instancia de los otorgantes", Pablo Galbete Campión y Romualdo García Marticorena, vecinos de Pamplona y Olite, respectivamente, y Bernabé Cobaleda Berrocal, ganadero y vecino de Castraz (Salamanca) que compró la vacada navarra. Galbete ejercía como apoderado de su esposa, Doña Clotilde Moso Subiza, y de Doña María, hermana de la anterior; García Marticorena, de Doña Catalina Moso Subiza. Las damas eran hijas de los condes de Espoz y Mina, el pamplonés Juan Moso Irure (1843-1907) y Martina Subiza Barrenechea (ca. 1848-1906). A Moso, sobrino de Carriquiri y nieto de Clementa, hermana de Espoz y Mina, le amadrinó Juana María Vega, ya viuda del ex guerrillero y general (1781-1836). De los difuntos condes de Espoz y Mina -a cuyo hijo Juan Pablo pasó el título- heredaron las hijas la ganadería a terceras partes y pro indiviso. Moso Irure, concejal (1872) y teniente de alcalde de Pamplona (1874) y diputado foral (1875-77), mereció al notario Leandro Nagore este apunte: "Don Juan M., con título de conde (nada menos) y todo el recorte de jesuita, pero honrado propietario". Astiz Baráibar (1843-1931), larraundarra de Arruitz, que ejerció en Yaben (1873-77) antes de casarse e instalarse aquí, en la calle de San Francisco, y llegó a decano del Colegio Notarial pamplonés, fue político liberal, diputado foral (1877) y diputado a Cortes (1879).

La transcripción del documento es correcta, si bien hay una línea, "Imprenta de Aramendía y Oncalo", inexacta e inexplicable. El segundo apellido de la imprenta y librería, en el número 2 de Héroes de Estella, era Onsalo, no Oncalo, y esa línea no aparece en la copia manuscrita. La pieza notarial es interesante: da noticia de una realidad taurina más mitificada que conocida. La ganadería de Espoz y Mina, sumaba en 1908 un total de 418 reses: 41 toros cuatreños o cinqueños, 34 novillos, 40 becerros, 38 erales, 40 vacas de un año, 115 preñadas, 86 machorras y 24 cabestros. El precio total fue de 130.000 pesetas, de las que Cobaleda entregó 62.500 al firmar. La otra mitad debería abonarlas antes del 1 de mayo de 1909, descontadas 12.500 por las hierbas que pastaba el ganado bravo en los sotos de Murillo de Las Limas, Berbinzana y laguna de Añavieja. Quedaban excluidos de la transacción nueve toros, ya apartados para Pamplona y reseñados por nombre, número y capa: dos negros -uno morcillo y bragado y otro listón-, dos castaños, dos colorados ojo de perdiz y tres royos ojo de perdiz -Relamido, también morrifosco-. Seis estaban comprometidos para una tarde de San Fermín y los otros, sobreros, si no se lidiaban, serían de Cobaleda, que pagaría 1.000 pesetas por cada uno. Pero el ganadero salmantino -que adquiría también la divisa, el hierro, la señal y señal y los nombres históricos de la vacada- se obligaba a sustituir a los toros cerrados para Pamplona, si se inutilizaban para la lidia: las vendedoras escogerían los cuatreños o cinqueños necesarios, por cada uno de los cuales pagarían a Cobaleda 1.250 pesetas y cargarían con los gastos de esas reses desde que salieran de las hierbas.

Corrida honda y brava

En 1908, el Ayuntamiento pidió el 27 de junio al Gobierno Civil autorización para la lidia de 33 toros en los seis festejos taurinos de Sanfermines (días 1, 8, 9, 10 y 12), cinco vespertinos y la prueba matinal del 9. La corrida del 12, extraordinaria, en honor de Sarasate, la presidió D.Pablo con lleno total. Fue la última presencia del violinista, fallecido diez semanas después, el 20 de septiembre. El permiso gubernativo (Negociado nº 2 de Espectáculos, oficio nº 489) va firmado el 1 de julio. En realidad se lidiaron 34 toros -Espoz y Mina, Palha, Guadalest, Murube y Zalduendo- a seis por tarde más 3 (de Manuela Lizaso, viuda de Mata) en la prueba y un séptimo "de gracia" el 12. Pero al ruedo salieron seis lizasos, porque lo fueron los toros 4º,5º y 6º del día 12. Lagartijo y Machaquito mataron 10 toros cada uno; Vicente Pastor,5; Bombita,4 y Manolete (Manuel Rodríguez Rodríguez), 5. Sólo hubo una oreja, cortada por Manolete en el séptimo del último día. El presupuesto total era de 120.000 pesetas. Los ingresos sumaron, según este periódico, 137.000. En Contaduría municipal aparecen como "cantidades recaudadas por producto de la plaza de toros": 2.500 pesetas por arriendo de la plaza, 2.750 por impuesto de tarifas y 9.559,99 para fines benéficos. En total, 14.809,99.

Los espoz y mina los lidiaron Lagartijoy Machaquito el 7 de julio, tarde con "mucho aldeano y mucha mujer bonita y alguna que otra fea entre col y col". Las descripciones de las reses coinciden exactamente con las documentadas en la compraventa. Según el cronista de este periódico, "Uno de la Cuenca" (Juan Tulié Sarasíbar, 1871-1909), los carriquiris resultaron "buenos en el primer tercio y muy quedados y sosos en los demás". Tabardillo "entró seis veces a caballos, dio tres caídas y mató dos jacos". Cariñoso, "más persona que el anterior", tomó seis varas por cuatro caídas y y dos pencos. Fuerista, "un buen mozo castaño oscuro y alto y fino de velas, con gran bravura y y poder entró siete veces a los de castoreño, les derribó en seis y les merendó una jaca antiséptica". Guerrita, hondo y fino, "se llegó a los picadores seis veces, dio tres caídas y mató dos potros". Llavero, cinco varas, por tres caídas y un jaco. Sereno "pegó de firme y se merendó tres potros". Lagartijo, en "gran tarde", cosechó ovaciones en sus tres toros.

En el resumen de la feria habló de los carriquiris como "corrida honda, llena, con tipo de toros y bien colocada en lo suyo. Hubo un toro muy bueno, el tercero, otro que también pegó de firme, el sexto, y cuatro que pelearon como bravos sin hacer nada de extraordinario. Los picadores (.) les buscaron bien y les castigaron mejor, con lo que los bravos toros navarros gastaron toda la pólvora en el primer tercio". El mejor toro de la serie, el segundo de Palha. La mejor corrida, la tercera (Guadalest). "Ahora, como bravos en el primer tercio, los carriquiris y los zalduendos se llevaron la palma".