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Desactivadas en Hernani dos bombas trampa de la ETA contra la Ertzaintza el 16 01 2009
DIARIO DE NAVARRA. AGENCIAS. San Sebastián Viernes, 16 de enero de 2009
ETA intentaba cazar a los agentes en plena trabajo para provocar una auténtica matanza. La banda terrorista colocó dos bombas trampa en los accesos al repetidor del monte Santa Bárbara en la localidad guipuzcoana de Hernani, donde esta pasada noche la ETA hizo estallar sin previo aviso otro artefacto, un cebo que tan solo provocó daños materiales. Las dos bombas trampa, que estaban ocultas en sendas mochilas dotadas de cables ocultos en el camino para activarse cuando los agentes tropezaran, fueron desactivadas por los artificieros de la Ertzaintza. El primero de los artefactos encontrados compuesta por 10 kilos de explosivo y dos de metralla, mientras que el segundo contenía cuatro kilos de amonitol.
En total 14 kilos de explosivos con los que la ETA cuyo objetivo eran los agentes que acudieron a la zona tras la explosión de la pasada madrugada. Ante estas sospechas, y pese a que la explosión tuvo lugar sobre la una de la mañana, la policía vasca decidió retrasar las labores de inspección del lugar del atentado hasta que hubiese luz.
A primera hora de la mañana agentes de la Ertzaintza se desplazaron al lugar de los hechos, donde había varios carteles en los que podía leerse 'Kontuz, bonba ETA' (Cuidado, bomba ETA), y comprobaron que sus sospechas eran ciertas: la ETA les había colocado dos trampas en el acceso al repetidor de Santa Bárbara. Ambas contaban "con un dispositivo de activación similar, basado en un cable oculto entre la hierba que debía provocar la explosión cuando algún agente tropezara con él", según apuntó la Consejería vasca de Interior.
La primera bomba se encontraba oculta en el interior de una mochila a unos sesenta metros del repetidor y a unos diez metros del camino de acceso a pie al repetidor, conectada a un cable que cruzaba este camino. El artefacto, que fue desactivado y neutralizado por los artificieros de la Unidad de Explosivos de la Ertzaintza, estaba formado por un recipiente metálico con, aproximadamente, 10 kilos de explosivo, posiblemente amonitol, y otros 2 kilos de metralla en su interior.
Los agentes siguieron rastreando la zona y en las inmediaciones del lugar donde se encontró este artefacto, la Policía vasca halló esta segunda bomba-trampa, que también fue desactivada y contenía cuatro kilos de explosivo, probablemente amonitol. Dos bombas trampa que, de no ser por las precauciones de la Ertzaintza, hubieran causado una auténtica carnicería. Así lo señalo el sindicato independiente de la Policía Autónoma Vasca ErNE que condenó el último atentado de ETA que demuestra la "necesidad de mantener y extremar las medidas de seguridad". Además, en su comunicado, ErNE aprovechó para trasladar al consejero de Interior del Gobierno vasco, Javier Balza, la "necesidad de atender las reivindicaciones sindicales en materia de seguridad".
La alcaldesa se niega a condenarlo
La que, una vez más, se negó a condenar esta matanza frustrada de ETA fue la alcaldesa de Hernani, Marian Beitialarrangoitia de la ilegalizada ANV, que se limitó a señalar que izquierda abertzale quiere "un futuro en el que todas las expresiones de violencia se superen y no ocurran hechos como los de esta noche" y a manifestar su deseo de "superar todas las expresiones de violencia, incluido lo sucedido esta noche".
El discurso de siempre que motivó que el resto de fuerzas políticas vascas reclamaran a la izquierda radical abertzale valentía para dar un paso adelante contra la violencia de ETA. El Gobierno vasco, a través de un comunicado, condenó "los intentos de asesinato" de ETA y exigió a la "izquierda abertzale radical que se sume a esta condena, si quiere tener alguna legitimidad moral para poder representar a un sector de la ciudadanía".
El secretario general del PSE de Guipúzcoa, Iñaki Arriola, tras condenar el atentado, también exigió izquierda abertzale que "condene los atentados de ETA con la rotundidad con la que condena las bombas que de Israel contra Gaza". "Los vascos tienen el mismo derecho que los palestinos de Gaza a vivir en paz y sin violencia", sentenció. En esta misma línea, Aralar hizo un llamamiento a todos los abertzales de izquierdas para "decir más alto que nunca a la banda terrorista que sobra".