Bomba de la ETA en el diario El Correo en Zamudio el 8 de junio de 2008
- La explosión del artefacto causó daños considerables en las instalaciones de impresión del periódico
- La banda terrorista no realizó llamada previa anunciando la colocación del artefacto
- A la hora del ataque, cincuenta personas trabajaban en la nave del periódico
DIARIO DE NAVARRA. AGENCIAS. Bilbao. Domingo, 8 de junio de 2008
La explosión de un artefacto ha causado daños materiales, aunque no ha habido heridos, en la planta donde está instalada la rotativa del diario El Correo, en la localidad vizcaína de Zamudio. El diario vasco en su página web atribuye el atentado a la banda terrorista ETA, aunque por el momento se desconoce la autoría. Según ha informado el departamento de Interior del Gobierno Vasco, la explosión, que no fue anunciada previamente, se ha producido después de las 3 de la madrugada en el pabellón en el que está instalada la rotativa de este periódico en el polígono Torre Larragoiti, en Zamudio.
Al polígono se han desplazado unidades de la Ertzaintza, que ha establecido un cordón de seguridad alrededor de las instalaciones afectadas, dotaciones de los bomberos de la Diputación de Vizcaya y personal del ayuntamiento de Zamudio.
El estallido, en la parte trasera del pabellón de El Correo, ha afectado también al local colindante, de una empresa de material deportivo, que ha sufrido daños en el tejado y en las ventanas.
La bomba contenía cinco kilos de un explosivo aún por determinar
La bomba contenía cinco kilos de un explosivo aún por determinar, según informaron fuentes de la lucha antiterrorista. El atentado, que ha ocasionado cuantiosos daños materiales, no ha causado heridos, pese a que la explosión no fue anunciada con anterioridad y a que en el momento del estallido cerca de cincuenta trabajadores se encontraban en el local terminando la edición del domingo.
Dotaciones de la Ertzaintza continúan en el lugar, mientras que la planta ha recuperado el funcionamiento y continúa con su trabajo.
El Correo forma parte del grupo Vocento, cuyos periódicos vascos han sido víctimas anteriormente de otros atentados y ataques de violencia callejera, el más grave de ellos en mayo de 2001, cuando ETA asesinó en San Sebastián al director financiero de El Diario Vasco, Santiago Oleaga.
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Editorial del diario "El Correo" tras el atentado de ETA
- El artefacto destrozó parte de la máquina de impresión
- El medio asegura que continuará defendiendo el derecho a la información
EL CORREO. Bilbao. Domingo, 8 de junio de 2008
No es la primera vez, porque la verdad, en cualquiera de sus formas, da lo mismo impresa que en imagen o hablada, es el principal enemigo de una banda que sólo sabe de violencia y de muerte, que ha hecho de la destrucción su único y estéril discurso.
ETA no tiene mayor oponente que quien contrarresta sus mentiras, sus mensajes totalitarios y sus falacias criminales y los comparte con la sociedad a la que desea dominar y anular.
La realidad es su gran enemigo y contra ella pone bombas, intentando perpetuar un engaño que le permita sobrevivir. Y en esta lucha que ya tiene perdida, la información es la mejor munición contra su totalitarismo, el conocimiento es el valor supremo a defender.
Una tarea en la que llevamos años empeñados, compartiendo un espacio de integridad con otros medios y muchos ciudadanos, convertidos todos en objetivos de sus acciones criminales por resistir, por oponernos a su pretensión de acabar con la democracia en nuestro país.
No ha sido la primera vez que ETA atenta contra EL CORREO, y cada vez que lo ha hecho nos hemos reafirmado en nuestros principios y hemos redoblado nuestro compromiso con la sociedad vasca, a la que nos sentimos orgullosos de pertenecer.
Y hoy sentimos, más que nunca, la obligación de defender el derecho a informar y ser informado, y la exigencia, como cualquier ciudadano de este país, de plantar cara al terror, de levantar un dique de dignidad frente a la banda terrorista.
La bomba contra nuestras instalaciones en Zamudio no parará nuestra rotativa ni mucho menos pondrá mordaza a nuestra voz, la que habla por la boca de cientos de miles de vascos que lo único que anhelan es el fin de ETA.