Conversiones...CRISTIANDAD FUTURA... ...Hispanidad Futura.............HISTORIA UNIVERSAL
Bob Fu, líder de China Aid, que defiende a cristianos chinos, líder de Tiennanmen, pierde su fe comunista, y al borde del suicidio, abraza el cristianismo
Durante el terremoto, los cristianos que ayudaban fueron arrestados por simplemente rezar por las víctimas.
Cuando quieres tener tu primer hijo tras el matrimonio, tienes que pedir una tarjeta de permiso de embarazo para que tu esposa pueda quedarse embarazada legalmente. En caso contrario, será arrestada y obligada a abortar. La tarjeta de permiso de embarazo es concedida por la unidad laboral de la mujer.
25 enero 2011 http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=13484
Bob Fu podría haber sido uno de los caídos en la masacre de la Plaza de Tiennanmen, si no fuera porque su novia (su actual esposa) no hubiera enfermado pocos días antes de que el gobierno chino enviara al ejército para sofocar las manifestaciones estudiantiles por la democracia.
Aunque él no estuvo en la plaza aquel día, la masacre cambió la vida de Fu fue el momento en el que perdió la fe en el comunismo. Su detención posterior le condujo a su conversión al cristianismo y a su fuga de China.
Ahora Fu dirige en Estados Unidos la fundación China Aid, que busca ayuda internacional para los cristianos en China.
Fu ha hablado con el programa de televisión Dios llora en la Tierra de la Catholic Radio and Television Network (CRTN), en colaboración con Ayuda a la Iglesia Necesitada, sobre su vida en China y sobre el futuro para los cristianos de su patria.
- Usted fue uno de los líderes
estudiantiles en la Plaza de Tiennanmen. ¿Puede contarnos lo que
ocurrió?
- Sí, en aquel momento, junto a muchos otros
cientos de miles de estudiantes chinos, estaba en la Plaza de
Tiennanmen y protestábamos básicamente contra la masiva
corrupción en el gobierno chino y también buscábamos libertad
y democracia y derechos humanos. Las manifestaciones
mantenidas durante varias semanas se toparon, en
la madrugada del 4 de junio de 1989, con los tanques y cientos de
miles de soldados chinos del Ejército de Liberación del Pueblo.
Los soldados comenzaron a disparar a su propia gente. Yo
había dejado la Plaza de Tiennanmen tres días antes de que
ocurriera la masacre porque mi novia, ahora mi mujer, estaba muy
enferma.
- ¿Qué pasó tras aquello?
- Después de la masacre, estuve básicamente bajo
detención suave, como ellos la llaman. Se formó un
equipo especial de interrogadores para investigarme e
interrogarme día y noche y no se me permitía ir a mis clases en
la universidad. Cada día era tratado como un preso; querían
doblegarme y que firmara una confesión. También se me exigió
que informara sobre todos los que estaban implicados en el
movimiento estudiantil.
- Al final, ¿se doblegó?
- Al final no fue el Partido Comunista el que
verdaderamente me doblegó, sino el Espíritu Santo. Por lo que
di un cambio revolucionario a mi vida.
- ¿Perdió la fe en el sistema?
- Sí, lo hice porque había puesto mi esperanza en el
sistema. Intenté mostrarme activo en el campo político e
intenté cambiar el Partido Comunista uniéndome a las
actividades del partido.
- ¿Creía en él?
- Sí, confiaba en el sistema para cambiar el sistema
pero, cuando el ejército disparó a su propia gente y se acabó
con vidas inocentes, todos nuestros sueños se rompieron y de la
desilusión a la desesperación casi me suicidé, hasta que
llegué a conocer a mi Señor Jesucristo.
- ¿Cómo llegó a conocer a Jesús?
- Ocurrió en el momento en que mi vida estaba en
crisis. No sabía cómo iba a sobrevivir a la siguiente tanda de
interrogantes. Había intentado cambiar a los demás pero muchos
de mis así llamados amigos me traicionaron para demostrar su
lealtad al Partido Comunista. Así que estaba lleno de odio.
Quería matarlos y luego matarme a mí mismo. Fue en aquel
momento que alguien me dio un libro una biografía de un
pastor chino. La trajo, pasada de contrabando, un norteamericano
cristiano, profesor mío, que enseñaba inglés en nuestro
departamento. Leer aquel libro le dio la vuelta a mi vida.
- Usted sólo dijo: Sí,
Señor.
- Sí, y el libro narra cómo un antiguo adicto a las
drogas, un intelectual muy avezado, llegó a abrazar la fe
cristiana y se transformó totalmente y llegó a una nueva
creación en Jesucristo.
- La policía china, la policía
secreta, descubrió su escuela bíblica. ¿Qué ocurrió?
- Oficialmente yo era profesor de inglés en la Escuela
del Partido Comunista Chino de Pekín. Durante el día pasaba
varias horas enseñando inglés a líderes del Partido Comunista.
La tarde y el resto de mi tiempo y el fin de semana lo pasábamos
ocupados en preparar pastores una escuela bíblica
clandestina hasta que fue descubierta por la policía
secreta china. En mayo de 1996, mi esposa y yo fuimos arrestados
y encarcelados.
- Encarcelado de nuevo. ¿Qué
ocurrió? ¿Cómo fue para usted?
- Fue duro. Los primeros tres días y las primeras tres
noches, intentaban no dejarte dormir en ningún momento. Era la
privación de sueño para quebrantar tu voluntad y así llevarte
a la sala de interrogatorios y cada interrogador ocupa su turno
para interrogarte sin parar.
- ¿Qué querían que les revelara?
¿Era información o simplemente que renegara de su fe cristiana?
- Quería que les revelara cuántos cristianos había en
mi iglesia. ¿Cuántos estudiantes? ¿De dónde venían? ¿Quién
lo financiaba? ¿Quiénes eran los profesores? Básicamente
querían que traicionara a mis hermanos y hermanas cristianos.
Hicieron lo mismo con mi mujer. Constantemente me recordaban:
Tu mujer está en otra habitación. Si no nos revela nada,
ella se quedará encarcelada allí.
- ¿Sufrió usted torturas físicas?
Realmente no, en comparación con muchos pastores de la
iglesia, porque, en cierto sentido, me miraban como un
intelectual. Tenían incluso un título en derecho y no dejé de
recordarles que debían obedecer la ley o en caso contrario les
perseguiría hasta que me soltaran.
- Como San Pablo diciendo: Soy
romano.
- Sí, sí, así es cómo los recuerdo. Fue duro, pero
no lo describiría como tortura. No me dejaban dormir y fui
maltratado algunas veces pero hasta ahí llegó el trato que
recibí.
- Quiero hablar un poco sobre las
comunidades cristianas y cómo viven actualmente estas
comunidades su fe. Sabemos, con estimaciones conservadoras, que
hay cerca de 70 millones de cristianos. ¿Es una estimación
conservadora? ¿De qué número podíamos estar hablando
realmente?
- Sabemos por el antiguo director nacional de la
Administración Estatal para Asuntos Religiosos, el señor Ye
Xiaowen, que en el 2007 el número de cristianos chinos había
alcanzado ya los 130 millones incluyendo a los católicos. Así
que siendo conservadores se puede hablar de entre 70 y 130
millones. Solo en Pekín, me encontré con un pastor muy
respetado de la iglesia internacional y, antes de que dejara
China, le dijo el director de la Oficina de Asuntos Religiosos
que solo la ciudad de Pekín tenía más de 9.000 iglesias-hogar.
Así que este crecimiento no tiene precedentes. En 1949, cuando
el Partido Comunista tomó el poder, había menos de un millón
de cristianos, y cuando consideramos que, incluso siendo
conservadores, hay un crecimiento de 70 millones es un
gran crecimiento en 60 años.
- ¿Pero en ocasiones se reprime con
violencia a los cristianos?
- Sí, aunque para ser justos, en los últimos 30 años
ha habido cambios positivos y avances no sólo en cuanto a
prosperidad económica, sino también en términos de libertad
religiosa. Sin embargo, en general, la libertad religiosa no deja
de tener problemas. Hay todavía una extensa persecución en
muchas zonas de China.
- Usted huyó de China. ¿Qué le
llevó finalmente a abandonar su patria?
- Fuimos encarcelados durante dos meses. Debido a la
presión internacional y a que no fueron capaces de tener
evidencias sólidas para procesarnos, fuimos puestos en libertad.
Descubrimos que la vida fuera de prisión era mucho más dura que
dentro. Nos llevaban a la comisaría de policía una y otra vez
y, básicamente, querían que fuéramos informadores. Teníamos
que informar de cada llamada telefónica, de cada visitante. Era
muy duro.
En una ocasión los de seguridad nos llevaron a mi esposa y a mí a un parque y nos recordaron que podían arrestarnos en cualquier momento. Una fuente de dentro nos informó que estábamos en la lista para volver a ser arrestados por nuestra falta de cooperación. Mi esposa en aquel momento estaba embarazada y no tenía una tarjeta de permiso de embarazo.
- Por encuadrar el tema: ¿Qué es este
permiso de embarazo y cómo actúa en la política de un único
hijo?
- El gobierno chino ha llevado a cabo este control
de nacimientos, o la política de un único hijo, basado en la
teoría de que hay recursos limitados y que la única forma de
que la población existente logre el bienestar económico es
limitar el tamaño de la población. Así que, en general,
permiten que cada familia tenga solo un hijo.
Por eso cuando quieres tener tu primer hijo tras el matrimonio, tienes que pedir una tarjeta de permiso de embarazo una tarjeta amarilla para que tu esposa pueda quedarse embarazada legalmente. En caso contrario, será arrestada y obligada a abortar.
La tarjeta de permiso de embarazo es concedida por la unidad laboral de la mujer y como mi esposa, Heidi, había sido despedida de su escuela de graduación de la Universidad del Pueblo debido a su encarcelamiento, no podía conseguir el permiso de embarazo.
- ¿Simplemente no se le daba el
permiso?
No, e intentamos encontrar médicos cristianos que
trabajaran en un hospital de Pekín, y lo intentamos en un
hospital que tenía un médico cristiano, pero el médico
simplemente no podía ayudarnos por miedo a perder su trabajo si
accedía a cuidar a mi esposa.
- ¿Así que se enfrentaban a un
aborto?
Sí, por lo que tuvimos que escapar en medio de la noche
saltando del cuarto de baño de la segunda planta de este
edificio alto.
- ¿Usted huyó a Hong Kong y, luego,
de Hong Kong a Estados Unidos?
Sí, salimos primero de Pekín y nos ocultamos en el
campo porque no teníamos pasaporte ni documentos de viaje. Nos
imaginábamos que nunca podríamos salir de China, pero, Dios nos
mostró su milagro y con un montón de oraciones y muchas ayudas,
pudimos llegar a Hong Kong y, luego, en 1997, a Estados Unidos.
- Quisiera volver a la cuestión de la
política de un único hijo. ¿Qué impacto tiene en la sociedad
china?
Creo que el impacto se manifiesta en diferentes
aspectos. El primero: el concepto tradicional chino de la
importancia de tener un chico. Cada familia quiere tener un hijo
y esto ha causado un gran desequilibrio entre las poblaciones
masculina y femenina.
Segundo: Hay una crisis enorme de padre envejecidos. Una pareja tiene ahora que mantener a dos familias de padres debido a esta política de un único hijo. Tercero: Hay una práctica masiva de esterilización forzada y de abortos. El año pasado, salió a la luz un informe de que cerca de 20 millones de bebés habían sido abortados y el aborto se llevaba a cabo hasta a los nueve meses.
Yo, personalmente, tuve una conversación con una señora cristiana, la esposa de un pastor, que contaba que había estado en un hospital embarazada de ocho meses y, al lado de ella, había otra señora que estaba embarazada de nueve meses. Aquella noche 80 mujeres embarazadas fueron obligadas a abortar inyectando veneno al feto. Este es un asesinato a escala masiva.
- ¿Qué hace esto a la psicología de
la nación?
- Esta es otra ramificación de tal política. Estas
mujeres se deprimen y la tasa de suicidios es muy alta. Esta
política de un solo hijo fuerza a los padres a estropear a este
único hijo creando un niño muy egocéntrico. El año pasado, la
revista Time tenía un artículo sobre la política china de un
solo hijo: La Generación mi de China.
Esto ha creado una generación egoísta una generación
centrada en el mi. Las ramificaciones de esta
política apenas acaban de empezarse a manifestar y a crear otro
enorme problema social.
- ¿Viene del extranjero la
financiación para esta política de un único hijo, y de dónde?
- La política de un único hijo es por supuesto una
política nacional del gobierno central, aunque, irónicamente,
una gran parte de la financiación viene de organizaciones
internacionales como el Fondo de Población de las Naciones
Unidas, que ha donado centenares de millones de dólares.
Los Estados Unidos proporcionan financiación y 40 millones de dólares van a China para ayudar a llevar a cabo la política de un solo hijo. De esta forma, los países occidentales son cómplices de esta política.
- ¿Por qué tiene el gobierno tanto
miedo al cristianismo?
- Espiritualmente hablando, la oscuridad disminuye
cuando se acerca la luz, por eso la oscuridad odia la luz. Los
cristianos muestran integridad, amor y perdón y para la
oscuridad esto es un desafío y una amenaza para su
mantenimiento del poder: una lucha entre el bien y el mal. En la
historia china, el cristianismo es visto como algo extranjero (yang
jiao) y el gobierno chino, especialmente el comunista
chino, se adhiere a la ideología atea especialmente
anticristiana. A través de la propaganda política utilizan la
ideología para oprimir a los cristianos. Presentan a los
cristianos como enemigos del pueblo, que colaboran con Occidente
para derrocar al gobierno chino.
Incluso las actividades benéficas de los cristianos no son reconocidas o dejadas de lado por el gobierno. Durante el terremoto, los cristianos que ayudaban fueron arrestados por simplemente rezar por las víctimas. Hay por tanto diversas de opresión e intimidación a las comunidades cristianas. He oído que, tras el colapso de la Unión Soviética y de Europa oriental, el gobierno chino se puso muy nervioso.
- ¿Por qué ven en ello un ejemplo de
lo que podría ocurrir?
- Sí, decían: ayer fue el hermano mayor, después
será el hermano pequeño, es decir, China.
- ¿Puede el cordero cristiano
domesticar al dragón chino? ¿Abriga esperanzas para el
cristianismo y para su país?
- Tengo muchas esperanzas. Creo que el Evangelio de
Jesucristo es imparable. Se puede atar físicamente a muchos
cristianos, enviarlos a la cárcel o a campos de trabaj o, pero
resulta que Dios vuelve estas cárceles y estos campos de trabajo
en campos de cosecha. Así es como muchos han llegado a conocer
al Señor, en estos campos de trabajo.
Por eso soy muy optimista, y creo que China en el siglo XXI no será sólo un país que reciba misioneros, sino que también, en un futuro próximo, China se preparará para llevar de nuevo el Evangelio a Jerusalén, y puede convertirse en un país de envío de misioneros a todo el mundo. Soy muy optimista.
* * *
Esta entrevista fue realizada por Mark Riedemann para Dios llora en la Tierra, un programa semanal radiotelevisivo producido por la Catholic Radio and Television Network en colaboración con la organización católica Ayuda a la Iglesia Necesitada.
Más información en www.ain-es.org, www.aischile.cl