Crónica
Explicaciones y desarrollos

ASESINADOS POR LA ETA DESDE 1960

Los crímenes de la ETA y su castigo

El asesinato del cabo de la Guardia Civil Juan Carlos Beiro por la ETA en 2002 en Leiza no ha sido esclarecido aún

DN AGENCIAS. Leitza Miércoles, 24 de septiembre de 2008

Familiares, autoridades y vecinos de Leitza han rendido hoy un emotivo homenaje al cabo de la Guardia Civil Juan Carlos Beiro, fallecido el 24 de septiembre del 2002 a las afueras de la localidad en el estallido de una bomba-trampa de ETA con unos quince kilos de explosivo.

Juan Carlos Beiro, nacido en Sama de Langreo (Asturias), casado y con dos hijos, falleció poco después de que una bomba-trampa, colocada junto a una pancarta en una carretera, fuera activada con un mando a distancia en el momento en que, junto al sargento del cuartel de Leitza, se acercaba a inspeccionarla.

En el mismo lugar en el que hizo explosión la bomba, hoy se congregaron los padres del agente, su viuda -María José Rama- y sus dos hijos, acompañados por el vicepresidente del Gobierno de Navarra, Javier Caballero, y la consejera de Administración Local, Amelia Salanueva, así como concejales de Leitza y vecinos de la localidad.

Tras un breve responso en memoria de Beiro y de todos los fallecidos en acciones terroristas, la viuda del agente ha depositado un ramo de rosas en el lugar del atentado y, visiblemente emocionada, ha leído un comunicado en el que se transmite el afecto y la solidaridad con la familia del brigada Luis Conde, asesinado en el atentado de Santoña.

Seis años después de la muerte de Beiro, "nada se sabe de sus autores, la investigación, que nunca se ha abandonado, no avanza", ha destacado la viuda del agente, quien ha rogado a la Audiencia Nacional, Ministerio del Interior, Policía Nacional y Guardia Civil que "no caigan en el desánimo" y que "prosigan con cualquier indicio que puedan tener hasta esclarecer quiénes fueron los autores materiales del asesinato de Juan Carlos".

En este sentido, ha asegurado que "el no saber quién mató a nuestro familiar supone un plus de dolor para la familia, dolor que será mitigado cuando se haga justicia, cuando los autores sean detenidos, juzgados y condenados".

Por ello, ha agregado, "pedimos que no se olvide a las víctimas, que se siga investigando cada atentado, que no se pare hasta poder dar una respuesta a las familias", ya que "quedan por esclarecer asesinatos cometidos en esta misma tierra, como los de Julián Embid y Bonifacio Martín", policías nacionales asesinados en la localidad navarra de Sangüesa en 2003.

El vicepresidente del Gobierno de Navarra ha instado por su parte a "mantener viva en la sociedad la llama de la necesidad de luchar contra esta lacra, de romper y acabar con esto".

La cercanía a las familias de las víctimas, ha comentado Caballero a los medios de comunicación, da a las autoridades "ánimo para trabajar, para seguir redoblando esfuerzos y acabar con la violencia", que "en una sociedad democrática no tiene ningún sentido".

Caballero ha asegurado que la lucha contra ETA "debe ser policial y judicial" y ha subrayado que "tenemos que ver que esto es una mera cuestión de criminalidad, de delincuencia y lo que hay que hacer con la delincuencia es perseguirla y acabar con ellos porque la sociedad lo que necesita y lo que quiere es vivir en paz".

Al homenaje también han asistido, entre otros, concejales del Ayuntamiento de Pamplona; el presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo en Navarra, Salvador Ulayar; y la senadora de UPN María Caballero, hermana del vicepresidente del Gobierno de Navarra e hija del concejal pamplonés Tomás Caballero, asesinado por ETA en 1998.