La postura españolista final de Sabino de Arana pudo ser fraudulenta
A su hermano Luis le explica Sabino de Arana:
He creído llegado el momento oportuno de simular una retirada en toda regla para engrosar nuestras filas, combatir a mansalva y trabajar secretamente nuestra orientación al Norte. Instantáneamente se me ha presentado esta idea como seguramente salvadora caso de llevarse a la práctica: nuestro triunfo se me ofrece seguro y próximo: la independencia de Euskadi, bajo la protección de Inglaterra, será un hecho en día no lejano ( ) Este movimiento parece de defensa: es de ataque. El enemigo no podrá concebirlo, así que el plan comience a realizarse. Quedará engañado. Pocos hombres de Estado podrían comprenderlo, conociendo al Partido Nacionalista. Es fenómeno que no se ha registrado en la historia de los partidos.
El desastre del 98 les pilló a los enemigos interiores de España sin preparación para aprovecharlo. Sabino de Arana diseñó como los otros un plan para aprovecharlo a posteriori. Es lo que dejó en herencia a sus sucesores porque él falleció poco después. Pero José Antonio Arriandiaga, uno de sus seguidores, en carta de una semana después de la muerte de Sabino transmitió a su correligionario Engracio de Aranzadi el plan que le explicó a él el difunto caudillo. El plan de separatismo final de Sabino de Arana consistía en darle
"un plan político a España que la divida en trozos mil haciéndole perder la cohesión que entre sus regiones existe... Y para ello se vale D. Sabino de un programa titulado, al menos por ahora, vasco-españolista ( ) Ese programa tendrá la virtud de disminuir las fuerzas del enemigo y de aumentar las nacionalistas. Y ésa es la evolución al españolismo. ¿Que cómo? Pues deseando que el regionalismo prospere en nuestro País y cunda por España, estableciéndose pleitos y contiendas entre las diversas regiones o aislándose unas de otras de modo tal que no los importe la totalidad de España ( ) Propaguemos ahora el regionalismo vasco-españolista para que sea engendrador de diez, veinte o más regionalismos españoles ( ) Empecemos nosotros a ser regionalistas, y al ver nuestro hermoso programa ha de cundir, también entre ellos, el mismo espíritu, y de ese modo ha de conseguirse la debilitación del conjunto hispano y se nos ofrecerán coyunturas para ir intensificando más y más nuestro regionalismo hasta llegar a renegar de toda unión con las demás (no se ría Vd.) regiones españolas: y el poder que hoy se nos opone y que hace imposible nuestra independencia, se vendría por los suelos ( ) No son los españoles capaces de concebir un plan como lo será el vasco-españolista; demostrémosles, pues, y, además, incitémosles a que lo pongan en práctica: es decir; hagámonos españolistas para poder dejar de serlo algún día ( ) Extendida por el País Vasco la doctrina regionalista, bien presto habrían de ser comprendidas las ventajas que le proporcionaría el aislamiento, dentro de la unidad española, de las demás regiones, y, aunque no más que por egoísmo, habría de despertar, si no en todos en la mayoría de los vascos, el sentimiento de independencia ( ) Consideremos a nuestro país como porción de un todo llamado España y demos a ese todo un plan político que sea provechoso a nuestro Nacionalismo.
Jesús Laínz, España contra Cataluña. Historia de un fraude, editorial Encuentro, 2014.