Calentamiento global y cambio climático
Al Gore amplía su compromiso con el medio ambiente comprándose un yate
Libertad Digital. 7.08.2008
El ex vicepresidente de Estados Unidos es conocido por predicar la necesidad de que los demás restrinjan su consumo energético para salvar el planeta del apocalipsis climático. Sin embargo, es bien sabido que no se aplica a sí mismo los estándares que exige para los demás. Su última hazaña por el bien de la Tierra ha sido comprarse un barco.
Al Gore ya no se conforma con dejar el coche en marcha a la entrada de alguna de sus bien pagadas charlas en pro del medio ambiente para que el aire acondicionado siga funcionando y mantenga una temperatura agradable en el auto cuando regrese.
Tampoco le pareció mal usar aviones privados que emiten mucho más dióxido de carbono por persona que un vuelo comercial cuando se presentó al cargo de presidente de los Estados Unidos, pese a haber escrito ocho años antes un libro en el que ya condenaba las emisiones de CO2. Ni siquiera ahora que recorre el mundo predicando su particular evangelio del ahorro energético se priva de emplear esa cara y, según sus teorías, contaminante forma de viajar.
Ni siquiera ha conseguido ahorrar un poco de energía en su hogar, que supera en un mes el gasto en electricidad medio anual de una familia norteamericana.
No, ahora también ha decidido comprarse un barco, algo que todos sabemos es una necesidad imperiosa del ser humano sin la cual no puede sobrevivir. El premiado azote, tanto intelectual como político, contra el supuesto calentamiento global golpea combate las emisiones de CO2, al mismo tiempo que contribuye a su aumento.
Así, su última aportación a la lucha por el clima ha consistido en la compra de un gran yate para recorrer cómodamente el Center Hill Lake, en Tennesse. Su precio podría alcanzar casi 1 millón de dólares, según recoge Pajamas Media, un inflyente portal de bloggers estadounidense. Según el fabricante, la lujosa embarcación que acaba de adquirir Al Gore cuenta con potentes motores que serán impulsados por biodiésel.
El "BS One"
Dicho combustible, pese a emitir menos CO2 a la atmósfera que la gasolina convencional, contribuirá igualmente al calentamiento global que amenaza al planeta. El yate ha sido bautizado con el curioso nombre de BS One (Bio Solar One), emulando al conocido avión que traslada al presidente de los EEUU en sus viajes oficiales (Air Force One).
Y eso que, en los últimos tiempos, la producción y consumo de biocarburantes ha sido puesta en tela de juicio por los principales organismos internacionales. No sólo por su escasa contribución a la reducción de gases de efecto invernadero sino, sobre todo, por encarecer el precio de los alimentos básicos (cereales) a nivel mundial. Es decir, fomentando las hambrunas entre los más pobres y necesitados.
Al Gore emplea así los suculentos beneficios que obtiene de sus prestigiosas conferencias y documentales en defensa del planeta. Pretende frenar el desarrollo industrial y ener´getico de los países más necesitados, mientras él disfruta de su nuevo transporte de alto stánding.
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Los biocombustibles provocan una crisis alimentaria en el Tercer Mundo
Libertad Digital. 10.04.2008
Un estudio adelanta que los elevados precios de los alimentos se prolongarán durante años y relaciona el repunte con factores como la mayor producción de biocombustibles, que está desviando una gran cantidad de la producción de granos como el maíz a generar combustibles de origen vegetal. El presidente del BM, Robert Zoellick, solicita ayuda urgente a la comunidad internacional para paliar la hambruna que está provocando el encarecimiento de los alimentos.
El presidente del Banco Mundial (BM), Robert
Zoellick, pidió hoy a la comunidad internacional que responda a
la "situación de emergencia" que se ha planteado en
países como Haití a raíz de la escalada en los precios de los
alimentos.
En primer lugar, "la comunidad internacional debe de cubrir
al menos el hueco de 500 millones de dólares en el programa
alimenticio de Naciones Unidas para satisfacer las necesidades de
emergencia", señaló Zoellick en rueda de prensa. Sus
palabras llegan tras la publicación el miércoles de un nuevo
informe sobre la crisis alimentaria, que se presentará durante
el fin de semana ante el Comité de Desarrollo, órgano de
gobierno conjunto del BM y el Fondo Monetario Internacional.
El estudio adelanta que los elevados precios de los
alimentos se prolongarán durante años y relaciona el repunte con factores como la mayor producción de
biocombustibles, que está
desviando una gran cantidad de la producción de granos como el
maíz a generar combustibles de origen vegetal, tal y como
adelantó Libertad Digital. "Los
repuntes de precios también están relacionados con el
encarecimiento de la energía y los costes de los fertilizantes,
la debilidad del dólar y las prohibiciones sobre las
exportaciones (agrícolas)", apunta el informe.
El Banco Mundial también ha insistido en que los mayores
precios de los alimentos están contribuyendo a una mayor
inflación en países como Costa Rica, Sri Lanka y
Egipto, informa EFE. El programa de Alimentos de la
ONU pronostica para este año hambre y desnutrición en
el mejor de los casos. Lo curioso es que ya hoy, uno de
cada ocho mauritanos sufren desnutrición severa. Las
causas son muy diversas. Las inundaciones del año pasado
destruyeron buena parte de las cosechas. Pero el aumento
exponencial del cultivo de plantas dedicadas a la obtención de
biocombustibles es la causa principal, no sólo de la
falta de maíz, también del encarecimiento del trigo y el arroz.
Muchos países africanos en vías de desarrollo confiaron en un
aumento de los ingresos gracias al boom de los
biocombustibles. En Senegal, por ejemplo, se creó un Ministerio
para Biocombustibles y Energías Renovables. En Congo el
Gobierno desarrolla un programa para estudiar las posibilidades
de implantar grandes extensiones de tierra dedicadas a los
biocombustibles. En Tanzania, la mitad de la superficie
cultivable ya se dedica exclusivamente a este tipo de plantas.
Pero incluso si en África no se plantase una sola semilla
dedicada a biocombustibles, las consecuencias de la subida de
precios de los alimentos a nivel mundial (y por la misma razón)
serían terribles para las regiones azotadas por guerras y
pobreza. Los empleados de la ONU temen que en pocos meses sea
imposible el suministro regular de alimentos a zonas críticas
como los campos de refugiados de Darfur y Somalia. El presupuesto
asignado no alcanza para cubrir las fuertes subidas en el mercado
de alimentos primarios, según los artículos recopilados en
el blog desdeelexilio. Los efectos perversos de la lucha
contra el cambio climático No es de extrañar
que los agricultores de medio mundo hayan visto una oportunidad
de negocio en el cultivo de biocombustibles. La lucha contra el
cambio climático auspiciada por los gobiernos occidentales ha
impulsado artificialmente la producción y demanda de este tipo
de cultivos supuestamente ecológicos. La Unión Europea (UE) ha
fijado para el año 2020 sustituir el 10 por ciento del
total de consumo de los combustibles fósiles por biocarburantes.
De hecho, España ya contempla para 2010 que, al menos el 5,83
por ciento del consumo total de combustibles proceda de cultivos
verdes.
Los resultados de esta política se ha traducido en una escalada
en los precios de los alimentos básicos. Ello ha provocado
manifestaciones, en algunos casos violentas, en países tan
distantes como Pakistán, México, Egipto o Haití. En el país
caribeño han muerto al menos cinco personas a raíz de las
revueltas. "En Estados Unidos y Europa nos hemos
concentrado durante el último año en el incremento de los
precios de la gasolina", dijo Zoellick, quien añadió que
"mientras que muchos se preocupan de llenar los depósitos
de sus vehículos, muchos otros alrededor del mundo luchan para
llenar sus estómagos". Plan humanitario de
emergencia
El responsable del Banco calculó que el efecto de la actual
crisis alimenticia en la reducción de la pobreza a efecto
mundial equivale a siete años perdidos. "O sea, tenemos que
hacer frente a esto no sólo como una emergencia inmediata sino
también a medio plazo", destacó.
Propuso, además de la necesaria ayuda financiera para inyectar
fondos al programa de ayuda alimentaria de la ONU, convertir el
desarrollo del sector agrícola en una tarea prioritaria.
Recordó, en ese sentido, que el BM ha anunciado que elevará los
préstamos agrícolas para el Africa subsahariana durante el
próximo año, desde los 450 millones de dólares hasta los 800
millones. Insistió, asimismo, en la necesidad de completar la
ronda de negociaciones comerciales de Doha en el marco de la
Organización Mundial de Comercio (OMC).
El precio del trigo ha subido un 120 por ciento
Destacó, asimismo, que el precio el trigo ha subido un 120 por
ciento en el último año. El Banco cita, en ese sentido, el caso
de Europa y Asia Central, donde la inflación media fue del 10
por ciento en el 2007, mientras que la inflación relacionada con
los alimentos alcanzó el 15 por ciento.
En el caso del pan y los cereales los incrementos medios de
precios fueron del 23 por ciento en esas regiones. Ese dato
contrasta con la cifra de inflación general del 6 por ciento en
el 2006 y con el incremento del 6,4 de los precios de los
alimentos ese mismo año.
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Las subvenciones a los biocombustibles multiplican por tres el precio de los cereales
Libertad Digital. 19.03.2008
Un estudio del Programa Mundial de Alimentos (WFP, en sus siglas en inglés), advierte de que los incentivos que aplican los gobiernos de los países más ricos a las inversiones en biocombustibles están presionando fuertemente al alza el precio de los cereales, llegando a triplicarlo en los últimos tres años.
El mecanismo es sencillo, según explica en este estudio el director ejecutivo del WFP, Josette Sheeran, y que recogen Dennis T. Avery y Alex A. Avery: Estamos quemando la comida en nuestros automóviles. La creciente tendencia de las autoridades de los países más ricos por subvencionar y promocionar con ayudas públicas la producción de biocombustibles ha presionado al alza el precio de los alimentos. Las grandes producciones agrícolas han incrementado la producción de este tipo de cultivos en detrimento de los tradicionales (los destinados a la alimentación), provocando la carestía de éstos llegando incluso a triplicar los precios de los cereales en los últimos tres años. El WFP trata de alimentar a más de 70 millones de personas en 78 países mediante contribuciones voluntarias. Unas contribuciones que no crecen frente a unos costes que han ascendido a millones de dólares cada semana. Unos datos poco alentadores para los habitantes del tercer mundo que sufren la hambruna. En muchos países, éstos dedican el 60 o incluso el 80 por ciento de sus recursos en alimentos. Una proporción que podría volverse crítica con un aumento desorbitado de los precios. Este encarecimiento se puede ver en productos como el maíz que ahora cuesta unos 5 dólares por fanega (43 kg), cuando hace tres años costaba 1,82 dólares. Una proporción aplicable a los precios del trigo, la soja, el arroz o incluso el algodón. Esta tendencia ha provocado efectos como que Pakistán se esté planteando imponer de nuevo el racionamiento de alimentos. Una medida que no tomaba desde 1980. Por otro lado, la inflación de los productos alimenticios en China alcanza ya el 18,2 por ciento. En Yemen, el precio de la mayor parte de pan importado y otros artículos alimenticios se ha doblado durante los últimos meses provocando incluso que se formen revueltas durante los repartos de ayuda humanitaria. Desde otros organismos, en cambio, argumentan que el encarecimiento de los cereales se debe a la explosión demográfica de naciones como China e India. Un argumento sin peso, para Dennis y Alex Avery, que recuerdan que ambos países se han aprovisionado de grano y carne durante los últimos quince años para hacer frente a ese crecimiento demográfico. El Financial Times, en una editorial, sostiene estas mismas tésis. Los biocarburantes no alimentarán al hambriento, reza este editorial que señala el fuerte cambio estructural que han provocado los biocarburantes. Según dice, en apenas dos años, EEUU ha desviado aproximadamente 40 millones de toneladas de maíz para producir bioethanol (aproximadamente el 4 por ciento de la población mundial).
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