Crónica

Los crímenes de la ETA y su castigo

40 días en rojo de víctimas mortales de la ETA en Navarra

DIARIO DE NAVARRA. G.A. PAMPLONA. Miércoles, 7 de mayo de 2008

"40 días rojos. Asesinatos de ETA en Navarra", es el título que cobija al recorrido fotográfico que desde ayer se expone en la Ciudadela de Pamplona y que se corresponde con tres décadas de terrorismo en imágenes y, de forma especial, con los 40 atentados mortales que ha habido en Navarra.

Tomás Caballero, hijo del concejal asesinado y presidente de la fundación que lleva su nombre, recordó en la apertura de la muestra expuesta en el Salón de Armas de la Ciudadela que los 40 días en rojo de víctimas mortales, desde que el 17 de noviembre de 1977 ETA asesinó en Pamplona al comandante Joaquín Imaz, "son miles de días, todos los días desde hace tres décadas, marcados por el dolor personal, el desgarro, el temor, amenazas e insultos que sentimos cada día hasta que la sociedad arrebate las armas del terror y la justicia ponga a los terroristas donde les corresponde con arreglo a la ley". Al final de sus palabras subrayó la obligación social de acabar con ETA, destacando el ejemplo de convivencia y respeto, valores por los que las víctimas dieron su vida.

Las fotografías están organizadas en nueve paneles cronológicos con textos, y los organizadores han editado un catálogo de 144 páginas. Según puso de relieve Caballero, la mayor parte de los testimonios gráficos los tomó Jorge Nagore y otros fotógrafos de Diario de Navarra, así como José Luis Larrión y Mena y otros archivos. También se reproducen algunas primeras páginas de Diario de Navarra, así como declaraciones de varias víctimas extraídas de entrevistas y reportajes.

Uno de los mensajes de la exposición, según expresa el tríptico y el catálogo, y tal como subrayó Caballero, es que "no basta con estremecerse ante el cadáver apenas oculto por una manta o ante el gesto inconsolable de una viuda; es preciso que todos nos preguntemos a continuación dónde estábamos entonces, qué hacíamos, cuánto tiempo tardamos en descubrir que aquel crimen y aquel dolor también formaban parte de nuestras vidas. Todos estamos retratados en estas escenas, aunque sea por omisión".

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Jiménez Becerril: "No quiero una paz que no pueda explicar a mis sobrinos sin avergonzarme"

- Teresa, la hermana del concejal del PP asesinado por ETA en Sevilla, dio una charla en la que defendió la voz de las víctimas

DIARIO DE NAVARRA. BEATRIZ ARNEDO. PAMPLONA. Miércoles, 7 de mayo de 2008

"En la plaza de Colón (en Madrid) dije al presidente del Gobierno (José Luis Rodríguez Zapatero) que jamás aceptaría una paz que no pudiera explicar a mis sobrinos el día de mañana sin avergonzarme. Eso se lo diré a cualquier presidente de cualquier gobierno que venga del color que sea". Teresa Jiménez Becerril pronunció estas palabras ayer en Pamplona, en un acto organizado por la Fundación Tomás Caballero con motivo del décimo aniversario del asesinato del concejal pamplonés de UPN.

Es la hermana de Alberto Jiménez Becerril, el concejal del PP que fue asesinado por ETA en su localidad, Sevilla, el 30 de enero de 1998. Los terroristas terminaron con su vida y la de su esposa, Ascensión García Ortiz. El matrimonio dejó tres hijos de cuatro, siete y ocho años.

Teresa Jiménez recordó las palabras que dirigió al presidente al término de una de las manifestaciones que la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) organizó durante el llamado proceso de paz en contra de una negociación con ETA. Relató que por decir aquello fueron atacados. "Decían que no queríamos la paz, que buscábamos sólo venganza, que éramos marionetas en las manos de un partido... Tuvimos que salir nueve veces a la calle para decir que estaban negociando y nueve veces nos dijeron que mentíamos". "Nadie nos ha pedido excusas".

Hablar públicamente fue fruto de un proceso. Explicó que tras el asesinato de su hermano y su cuñada, hace diez años, en su casa sólo podían "huir del dolor" para arropar a los tres pequeños que habían quedado huérfanos. "Y abrazarnos a la vida diaria para sacar adelante a esos niños sin que se notara la ausencia profunda de sus padres". Con los años, empezó a escribir y a presentarse públicamente como víctima de ETA. Un papel difícil, dijo, pero necesario. "La voz de una víctima es un arma muy potente y los terroristas lo saben", defendió. "Sin nuestro testimonio, los pecados de los asesinos se desvanecen y si no hablamos, nos arriesgamos a que sólo hablen ellos, con su propaganda y sus pistolas".

"No mirar hacia otro lado"

Teresa Jiménez Becerril mantuvo que "no existe una tierra que valga un minuto" de la vida de su hermano y lamentó que ante el terrorismo haya personas "que miran a otro lado". "Sólo el miedo justifica la cobardía".

Hoy vive en Turín, Italia, pero pasa temporadas en Sevilla, donde su madre, que se llama Teresa, como ella, quedó al cuidado de los tres nietos, que hoy son adolescentes y jóvenes. Teresa Becerril seguía ayer en primera fila, en la sala de Armas de la Ciudadela, la conferencia de su hija. Junto a ella estaban los hijos de Caballero Ana, María (que es senadora de UPN), Javier (consejero del Gobierno) y José Carlos, y su viuda Pilar Martínez. El quinto de los hijos del concejal de UPN, Tomás, presidente de la Fundación que lleva el nombre de su padre, fue el encargado de presentar el acto de ayer.

Asistieron casi 300 personas, entre ellas, los consejeros del Gobierno de Navarra Alberto Catalán, Juan Ramón Corpas, Álvaro Miranda, Amelia Salanueva, Begoña Sanzberro y Carlos Esparza; la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, además de diputados, senadores, parlamentarios y concejales de UPN y CDN y Aurelio Arteta, de UPyD.

También acudieron a la conferencia los secretarios generales de UGT y CC OO, Juan Goyén y José María Molinero; el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Navarra, Juan Manuel Fernández; el escultor Juan José Aquerreta; además de numerosas víctimas del terrorismo, entre ellas el presidente de la AVT, Salvador Ulayar, o el empresario Adolfo Villoslada, que fue secuestrado por ETA.

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Familiares y amigos de Tomás Caballero le recordaron en el responso oficiado en el cementerio de Pamplona

DIARIO DE NAVARRA. PAMPLONA. Miércoles, 7 de mayo de 2008

María Caballero agradeció ayer, en nombre de su familia, la presencia de quienes nuevamente les acompañaban, por décimo año consecutivo, en el homenaje que se rindió a su padre, Tomás Caballero Pastor, portavoz de UPN en el Ayuntamiento de Pamplona asesinado por ETA en 1998.

Han sido diez años que no ha podido vivir muchas experiencias. Diez años en los que le hemos echado en falta. Diez años con días largos y oscuros que sin vuestra compañía habrían sido difíciles de llevar", dijo María Caballero, senadora por UPN, tras el responso rezado en el cementerio, ante el nicho de su padre. "ETA consiguió truncar su vida, pero no ha podido aniquilar sus valores, su afán de servicio a la ciudad. Y nosotros seguiremos trabajando por los valores que él siempre defendió, la libertad, la justicia y la paz", añadió.

Ayer a mediodía, un centenar de personas se dieron cita en el camposanto de Pamplona para homenajear al edil asesinado por ETA. Junto a Pilar Martínez, su viuda, y sus hijos Javier (vicepresidente del Gobierno de Navarra), María (senadora), Tomás, Ana y José Carlos, estuvieron el presidente del Gobierno, Miguel Sanz, la alcaldesa Yolanda Barcina y la nueva delegada del Gobierno en Navarra, Elma Sáiz. Tampoco faltaron otros cargos regionalistas y también estuvieron presentes representantes del PSN y NaBai, entre otros. Junto a la familia asistió al acto María Teresa Jiménez Becerril, hermana de Alberto Jiménez Becerril, también asesinado por ETA en Sevilla en 1998.

El responso fue oficiado por el sacerdote Santos Villanueva, que recordó el "vil asesinato" de Tomás Caballero en la mañana del 6 de mayo de 1998, cuando salía de su casa para ir a su trabajo como concejal de UPN en el Ayuntamiento de Pamplona. "Como Tomás, vosotros también estáis empeñados en construir una ciudad más hermosa, pero no sólo en lo tangible, sino en la convivencia, en la pluralidad y en la atención a los más necesitados. En estos diez años han mejorado muchas cosas, ya que el pueblo se mantiene fuerte frente a la violencia", dijo.

Por la tarde, la parroquia de San Saturnino fue escenario de una misa funeral en recuerdo de Tomás Caballero.